Adicción
Principio 5


“Ten cuidado de ti mismo”, Guía de apoyo: Ayuda para el cónyuge y los familiares de las personas en proceso de recuperación, 2014.

“Ten cuidado de ti mismo”, Guía de apoyo: Ayuda para el cónyuge y los familiares de las personas en proceso de recuperación.

mujer estudiando las Escrituras

Principio 5

Ten cuidado de ti mismo

“Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oigan” (1 Timoteo 4:16).

Aceptar que no podemos controlar a nuestros seres queridos ni sanarlos

Nuestros seres queridos que se encuentran atrapados suelen tomar decisiones equivocadas y es posible que sufran consecuencias graves. Resulta difícil ser testigo de eso y sentirse incapaz de impedirlo. Quizás creamos que la situación no mejorará a menos que intervengamos para resolverla. Es posible que intentemos persuadir, razonar, negociar, castigar, manipular o avergonzar a nuestros seres queridos para conseguir que se recuperen. Esas acciones pueden resultar eficaces durante un tiempo pero, en definitiva, no son suficientes. De las experiencias vividas aprendemos que intentar controlar a los demás solo sirve para crear un ambiente de tensión, miedo y resentimiento. El élder Richard G. Scott nos aconsejó: “No traten de anular el albedrío de la persona; el Señor mismo no lo haría. La obediencia forzada no trae bendiciones” (véase “Ayuden al ser querido que les necesita”, Liahona, julio de 1988, pág. 59).

Es natural que deseemos que nuestros seres queridos experimenten el poder sanador de Jesucristo y que nos esforcemos por ayudarlos de todas las formas posibles. Sin embargo, es importante que entendamos que no podemos salvarlos. Si intentamos salvarlos de las consecuencias de sus malas decisiones, estamos intentando, equivocadamente, usurpar la función de nuestro Salvador y Redentor. De hecho, es posible que parte de nuestros esfuerzos e intenciones en beneficio de nuestros seres queridos retrasen su regreso al Salvador. Para que el Señor pueda sanarlos, tienen que ejercer fe y obedecer Sus mandamientos; no podemos hacerlo por ellos. El Salvador pregunta: “… ¿no os volveréis a mí ahora, y os arrepentiréis de vuestros pecados, y os convertiréis para que yo os sane?” (3 Nefi 9:13). Todas las personas deben decidir por sí mismas si desean venir al Salvador. En el caso de una persona con dificultades, ella es la única que puede decidir hacer lo que sea necesario para recuperarse.

  • ¿De qué forma podemos evitar que el deseo de apoyar a un ser querido se convierta en un intento de anular el albedrío?

Centrarnos en nuestra sanación

Quizás una de nuestras principales motivaciones para pedir ayuda sea entender mejor cómo podemos ayudar a nuestros seres queridos. Quizás creamos o esperemos que la recuperación de nuestros seres queridos conduzca a nuestra propia sanación. El momento en que nos damos cuenta de que lo que debemos hacer es centrarnos en nuestra propia sanación constituye un punto decisivo crucial. Eso no significa que dejemos de apoyar a nuestros seres queridos o de desear su recuperación, sino más bien que nos damos cuenta de que la paz y la sanación personales son nuestra principal prioridad. Las decisiones de nuestros seres queridos no interfieren en nuestro camino hacia el Salvador. El Señor nos invita a todos a venir a Él, sean cuales sean nuestras circunstancias: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:28–30).

  • ¿Cómo se centrará en su paz y sanación personales?

Cuidar de nosotros mismos

Un aspecto importante de nuestra sanación es dedicar tiempo a encontrar el equilibrio y a cuidar de nosotros mismos. Si no tenemos cuidado, podemos llegar a permitir que las decisiones de nuestros seres queridos, así como otros problemas relacionados con ellas, nos consuman o nos lleven a dejar de lado nuestro bienestar personal. El Señor nos pide que seamos “moderados en todas las cosas” (Alma 7:23) y que no “corra[mos] más aprisa de lo que [nuestras] fuerzas [nos] permiten” (Mosíah 4:27). Es importante que nos aseguremos de cubrir nuestras propias necesidades. Eso nos permitirá prestar un mejor apoyo a nuestros seres queridos y a otras personas que nos rodean. La hermana Neill F. Marriot enseñó: “Edificamos el Reino cuando cuidamos de los demás. Sin embargo, a la primera hija de Dios que debemos edificar en el Evangelio restaurado es a nosotras mismas” (“¿Qué haremos?”, Liahona, mayo de 2016, pág. 10).

  • ¿Qué medidas concretas tomará para cuidarse física, emocional y espiritualmente?

  • ¿De qué manera el hecho de cuidarse mejor le permitirá ayudar a su ser querido?

Entender las conductas compulsivas

El aprender sobre las conductas compulsivas nos puede servir para entender mejor las decisiones de nuestros seres queridos. El Señor ha aconsejado: “… buscad palabras de sabiduría de los mejores libros; buscad conocimiento, tanto por el estudio como por la fe” (D. y C. 88:118). Tenemos a nuestra disposición mucha información apropiada sobre lo que podemos hacer para ayudarnos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos. Una forma de encontrar respuestas consiste en escuchar las experiencias de los demás, que pueden servirnos para sentirnos apreciados y dejar de sentirnos tan solos. Además, hay muchos recursos relacionados con el Evangelio que pueden sernos útiles, entre ellos las Escrituras, las palabras de los profetas y de otros líderes de la Iglesia, el Programa para recuperarse de las adicciones (addictionrecovery.churchofjesuschrist.org), el sitio web Sobreponerse a la pornografía (Sobreponersealapornografía.org), artículos en LDS.org, discursos de la Semana de la educación en el campus de la Universidad Brigham Young y muchos otros materiales. Saber qué esperar en una situación relacionada con las conductas compulsivas puede permitirnos ayudar mejor tanto a nuestros seres queridos como a nosotros mismos.

  • ¿De qué manera le ha servido de ayuda el hecho de entender mejor?

una mujer tocando la guitarra

Un aspecto importante de nuestra sanación es dedicar tiempo a encontrar el equilibrio y a cuidar de nosotros mismos. Si no tenemos cuidado, podemos llegar a permitir que las decisiones de nuestros seres queridos, así como otros problemas relacionados con ellas, nos consuman o nos lleven a dejar de lado nuestro bienestar personal.