Introducción
El presidente Joseph F. Smith prestó servicio en calidad de Autoridad General de la Iglesia durante 52 años: como miembro del Quórum de los Doce, como consejero de cuatro presidentes de la Iglesia y por 17 años como Presidente de la Iglesia. Enseñó el Evangelio restaurado de Jesucristo con elocuencia, con ternura y con convicción, instando a la gente a “vivir en armonía con los designios de nuestro Padre Celestial”1. Caracterizó su ministerio su potente testimonio de Jesucristo: “He recibido el testimonio del Espíritu en mi propio corazón, y testifico ante Dios, ángeles y los hombres… que sé que mi Redentor vive”2.
En la actualidad sus mensajes y sus sermones siguen brindando orientación divina en nuestro camino de progreso eterno. Nuestra obra en este mundo, dijo el presidente Smith, “es hacer el bien, poner fin a la iniquidad, exaltar la rectitud, la pureza y la santidad en el corazón de las personas e inculcar en el pensamiento de nuestros hijos, por sobre todas las cosas, el amor a Dios y a Su palabra”3. Él dijo que “ser Santo de los Últimos Días exige sacrificar las aspiraciones y los placeres mundanos; requiere fidelidad, fortaleza de carácter, amor a la verdad, firmeza para con los principios y el deseo ferviente de ver avanzar la verdad victoriosa”4.
La Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles han establecido la serie Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia con el fin de que sirva a los miembros de la Iglesia para profundizar su comprensión de las doctrinas del Evangelio y se acerquen más a Jesucristo por medio de las enseñanzas de los profetas de esta dispensación. Este libro contiene las enseñanzas del presidente Joseph F. Smith, que dijo: “Para ser Santos de los Últimos Días, los hombres y las mujeres deben ser pensadores y trabajadores; deben ser hombres y mujeres reflexivos, hombres y mujeres que examinen detenidamente el rumbo de su vida y los principios que han escogido seguir… Ustedes verán que cuando las personas entienden el Evangelio de Jesucristo, andan con rectitud, de acuerdo con la palabra del Señor y con la ley de Dios, en estricta conformidad con lo que es constante, justo, recto y en todo sentido aceptable al Señor”5.
Cada capítulo contiene cuatro secciones: (1) una afirmación que resume brevemente el tema central del capítulo; (2) “De la vida de Joseph F. Smith”, que ilustra las enseñanzas del capítulo con un ejemplo de la vida del presidente Smith o de su sabiduría; (3) “Enseñanzas de Joseph F. Smith” presenta doctrinas importantes que se han extraído de sus numerosos mensajes y discursos; y (4) “Sugerencias para el estudio”, preguntas para alentar el estudio y la reflexión personales, así como para ampliar el análisis y aplicar las enseñanzas a nuestra vida en la actualidad.
Cómo emplear este libro
Para el estudio personal. Este libro tiene por objeto ampliar la comprensión individual de los miembros de la Iglesia en cuanto a los principios del Evangelio que el presidente Joseph F. Smith enseñó con convicción. Si cada uno de los miembros lee estas verdades con espíritu de oración y estudia con reflexión, recibirá un testimonio personal de ellas. Además, este volumen se sumará a la biblioteca de textos sobre el Evangelio de cada uno de los miembros y les servirá de importante fuente de consulta tanto para la enseñanza de la familia como para el estudio en el hogar.
Para analizar en las reuniones dominicales. Este libro es el texto de estudio de las reuniones de quórumes del Sacerdocio de Melquisedec y de las reuniones de la Sociedad de Socorro. Los maestros deben concentrarse en el contenido del texto y en los pasajes de las Escrituras relacionados con el mismo, y valerse de las preguntas que figuran al final del capítulo para animar a los miembros de la clase a participar. El examinar las preguntas antes de estudiar las enseñanzas del presidente Smith brindará una comprensión más amplia de dichas enseñanzas.
Las reuniones dominicales deben concentrarse en los principios del Evangelio, en ejemplos personales que enseñen esos principios y en los testimonios de la verdad. Si los maestros procuran con humildad obtener el Espíritu al preparar y al impartir la lección, se fortalecerá el conocimiento de la verdad de todos los que participen. Los maestros deben recordar a los miembros de la clase que lleven a las reuniones sus respectivos ejemplares del libro y mostrar, asimismo, deferencia hacia la preparación de los miembros al enseñarles las palabras del presidente Joseph F. Smith. Tras haber leído el capítulo con anticipación, los miembros de la clase estarán preparados para instruirse y edificarse unos a otros.
No es necesario ni se recomienda que los miembros compren textos adicionales de comentarios o de referencias para complementar el material del libro. Se insta a los miembros a leer los pasajes de las Escrituras que se sugieren para ampliar el estudio de la doctrina.
Puesto que este texto está diseñado para el estudio personal y para referencia del Evangelio, muchos de los capítulos son demasiado largos para tratarlos en su totalidad en clase. Por esa razón, el estudio en el hogar es esencial para recibir la plenitud de las enseñanzas del presidente Smith.
Se espera que, al estudiar este texto, usted llegue a conocer a aquel humilde, fiel e intrépido profeta de Dios, el presidente Joseph F. Smith. Que acepte su consejo de “escoger lo recto porque es lo recto y porque su corazón ama lo recto, y por motivo de que es superior a todo lo demás”6. Que se una al presidente Smith cuando él testificó del poder del Evangelio de Jesucristo: “Nuestra fe en las doctrinas que han sido restauradas… nos confirma y nos fortalece, y establece, fuera de toda duda, nuestra fe y creencia en la divina misión del Hijo de Dios”7 .