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Introducción


Introducción

El élder Robert D. Hales, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó:

Elder Robert D. Hales

“… en la actualidad hay profetas que dirigen esta Iglesia. Los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tendrán seguridad si aprenden a escuchar y a obedecer las palabras y los mandamientos que el Señor da por medio de Sus profetas vivientes. Quisiera que el mundo entendiera la importancia de tener un profeta viviente en la tierra hoy en día” (véase de Robert D. Hales, “Escuchemos y obedezcamos la voz del Profeta”, Liahona, julio de 1995, pág. 18).

Como maestro de este curso, usted tiene la oportunidad de ayudar a sus alumnos a reconocer la bendición de vivir en una época en la que hay profetas vivientes sobre la tierra. Usted puede ayudarlos a saber que el Padre Celestial se comunica hoy en día como lo ha hecho en todas las dispensaciones. Cuando los profetas vivientes hablan con autoridad a los miembros de la Iglesia, lo que dicen es “la voluntad del Señor… la voz del Señor y el poder de Dios para salvación” (D. y C. 68:4).

Con espíritu de oración, estudie las Escrituras y los discursos de las conferencias generales. Procure la ayuda del Espíritu Santo para elegir las actividades de aprendizaje que ayudarán a los alumnos a progresar espiritualmente. Ayude a los alumnos a descubrir, comprender y vivir las verdades que se presentan en las conferencias de la Iglesia.

Para complementar su preparación, este manual proporciona información introductoria a los capítulos, señala pasajes de las Escrituras y principios del Evangelio, y sugiere maneras de ayudar a los alumnos a entender las doctrinas y ponerlas en práctica.

Cómo está organizado el manual

La clase de Religión 333 está diseñada para enseñarse en un solo semestre. Este manual contiene siete capítulos.

  1. Nuestra necesidad de profetas vivientes

  2. El profeta viviente: El Presidente de la Iglesia

  3. La sucesión en la Presidencia

  4. El Cuórum de la Primera Presidencia

  5. El Cuórum de los Doce Apóstoles

  6. La conferencia general

  7. Como estudiar los discursos de conferencia general

Los primeros seis capítulos incluyen material e ideas que puede utilizar como un recurso al enseñar los fundamentos doctrinales de esta clase. En calidad de maestro, usted tiene la flexibilidad de enseñar esas lecciones en los primeros seis periodos de clase del semestre o distribuirlas a lo largo del semestre. El capítulo 7 proporciona ideas sobre diversos métodos para enseñar las palabras de las Autoridades Generales que se encuentran en el ejemplar de la revista Liahona que contiene el informe de la conferencia general más reciente. Los demás períodos de clase se deben enseñar del ejemplar de la conferencia.

Las lecciones de este manual están diseñadas para que duren 50 minutos. Si la clase se reúne dos veces a la semana, cada lección debe durar aproximadamente 50 minutos. Si se reúne solo una vez por semana, cada lección debe durar aproximadamente 90 minutos. Para una clase de 90 minutos, podría enseñar una de las lecciones de este manual, así como material de la revista Liahona. Será necesario que adapte el material del curso a sus circunstancias particulares de enseñanza. Durante un semestre típico, la instrucción basada en la revista Liahona constituirá aproximadamente el 75 por ciento del tiempo de la clase.

Cada capítulo de este manual tiene tres secciones:

  • Introducción

  • Algunas doctrinas y principios

  • Ideas para la enseñanza

Introducción

La sección “Introducción” pone de relieve los temas generales del capítulo y le ayudará a obtener un panorama rápido del tema general.

Algunas doctrinas y principios

La sección titulada “Algunas doctrinas y principios” contiene una lista de las doctrinas y los principios fundamentales que se relacionan con el tema de la lección. Además de las doctrinas y los principios que se destacan en el manual, podría encontrar otras verdades importantes en las Escrituras o en los ejemplares de la conferencia de la revista Liahona que sienta que se apliquen a las necesidades de sus alumnos. Esa es su prerrogativa como maestro; sin embargo, tal vez quiera examinar los otros capítulos del manual antes de enseñar principios adicionales. Si en el material que se sugiere para la lección no se trata un principio o una doctrina, tal vez se presente en otro capítulo que corrobore el tema de forma más completa.

Ideas para la enseñanza

La sección “Ideas para la enseñanza” proporciona una idea específica para enseñar cada uno de los puntos que se indican bajo “Algunas doctrinas y principios”. Es posible que esa sección también contenga sugerencias para enseñar ideas importantes que no figuren bajo “Algunas doctrinas y principios”. Esas “Ideas para la enseñanza” lo ayudan a preparar el material de la lección y las actividades de aprendizaje. Adapte las sugerencias de la lección para que se ajusten al entorno del salón, a las necesidades de los alumnos y a las limitaciones de tiempo.

Otras ayudas para la enseñanza

Comentarios en el manual del alumno. El Manual del alumno para el curso Enseñanzas de los profetas vivientes (Religión 333) contiene comentarios valiosos de Autoridades Generales y oficiales generales de la Iglesia. Varias de las ideas para la enseñanza del manual del maestro lo remiten a los comentarios que se encuentran en el manual del alumno. Anime a los alumnos a utilizar ese recurso dentro y fuera de la clase. Además, cada capítulo del manual del alumno finaliza con las secciones “Puntos para meditar” y “Asignaciones sugeridas”. Las preguntas que se encuentran bajo “Puntos para meditar” y las actividades en “Asignaciones sugeridas” ayudan a los alumnos a considerar más detenidamente las lecturas complementarias. Muchas de esas preguntas y actividades también se pueden adaptar para utilizarse en la clase como ideas para la enseñanza.

Palabras de los profetas vivientes, de las Autoridades Generales y de los oficiales generales de la Iglesia. Al estudiar los discursos que se dieron en la última conferencia general y otros artículos de las revistas de la Iglesia, busque material adicional que podría complementar las lecciones de este manual.

Sitio web de Seminarios e Institutos de Religión. Seminarios e Institutos de Religión también tiene un sitio web, institute.lds.org, en el que hay muchos recursos que podrían serle útiles.

Cómo utilizar este manual

Utilice extensamente los discursos de conferencia general de la Primera Presidencia y del Cuórum de los Doce Apóstoles para complementar este manual al preparar las lecciones y presentar información durante la clase. También podría considerar otros mensajes de los miembros de la Primera Presidencia y del Cuórum de los Doce Apóstoles que se encuentren en las revistas de la Iglesia, discursos que hayan dado en otras ocasiones, o comunicaciones oficiales que periódicamente envían las Autoridades Generales.

Este manual se podría utilizar de varias maneras, entre ellas, las siguientes:

  1. Puede elegir seguir al pie de la letra las sugerencias para la enseñanza tal como se indican.

  2. Puede utilizar este manual como una guía de estudio para determinar cuáles son los principios y temas que quiere desarrollar en la lección.

Decida qué es lo que enseñará

Elija doctrinas, principios, acontecimientos y aplicaciones que considere más importantes para que los alumnos conozcan y pongan en práctica. Gran parte de lo que usted enseñe provendrá de este manual y del manual del alumno; sin embargo, asegúrese de considerar utilizar las Escrituras para complementar los principios de los manuales. Permita que las impresiones del Espíritu Santo y las necesidades de sus alumnos lo guíen a medida que decide qué enseñar. (Para más información sobre qué enseñar, véase La enseñanza y el aprendizaje del Evangelio: Manual para maestros y líderes de Seminarios e Institutos de Religión, 2011, sección 4.3.3).

Usted no está obligado a enseñar todas las doctrinas y los principios que se sugieren en cada capítulo, y es probable que se dé cuenta de que no tiene tiempo para hacerlo. El élder Richard G. Scott (1928–2015), del Cuórum de los Doce Apóstoles, aconsejó:

Elder Richard G. Scott

“Recuerden que su mayor prioridad no es presentar todo el material, si eso significa que no se podrá retener apropiadamente. Hagan lo que les sea posible, con inteligencia” (Richard G. Scott, “To Understand and Live Truth”, discurso dirigido a los instructores de religión del SEI, 4 de febrero de 2005, pág. 2).

Decida cómo enseñará

Cuando seleccione diferentes métodos de enseñanza para una lección, recuerde la función que tiene el alumno. Al dirigirse a los educadores religiosos, el presidente J. Reuben Clark Jr. (1871–1961), dijo: “Ustedes no tienen que ubicarse detrás [del] joven que tiene experiencia espiritual [y] susurrarle la religión al oído” (véase “El curso trazado por la Iglesia en la educación” [discurso pronunciado el 8 de agosto de 1938 a los líderes de Seminarios e Institutos de Religión, ], pág. 10). Usted puede esperar que los alumnos sean espiritualmente maduros y que tomen su papel de aprendices seriamente. Al organizar su lección, ayude a los alumnos a asumir la responsabilidad de su propio aprendizaje. Las sugerencias a continuación podrían resultarle útiles:

  • Anime a los alumnos a leer las secciones asignadas del manual del alumno o los discursos de conferencia general y los pasajes de las Escrituras correspondientes antes de cada lección.

  • Brinde a los alumnos la oportunidad de hacer y contestar preguntas. Las buenas preguntas son una herramienta valiosa para ayudar a que los alumnos asuman la responsabilidad de su aprendizaje. Tal vez podría invitar a los alumnos a que, de vez en cuando, vayan a la clase con una pregunta ya anotada. Ayúdelos a ver que las preguntas que ellos hagan en la clase quizás resulten más importantes en el proceso de aprendizaje que las preguntas que formule el maestro. A medida que estudien las enseñanzas de los profetas vivientes, anime a los alumnos a determinar principios, explicar significados, compartir ideas y dar testimonio de las verdades que aprenden. Cree un ambiente en el que los alumnos sientan el Espíritu del Señor y tengan el privilegio y la responsabilidad de escuchar y hablar a fin de edificarse mutuamente (véase D. y C. 88:122).

  • Busque oportunidades para utilizar los pasajes clave de las Escrituras como un segundo y tercer testigo de los principios que enseñe del material de estudio. Conceda tiempo a los alumnos para que localicen versículos de las Escrituras que aporten entendimiento o testimonio a los principios que se estén enseñando.

  • Evite dar un sermón como el único método de enseñanza. En vez de ello, permita que los alumnos descubran verdades al guiarlos a aquellas que usted y los demás hayan encontrado. El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó que los maestros eficaces ayudan a los alumnos a encontrar las respuestas por sí mismos:

    Elder David A. Bednar

    “He descubierto una característica común entre los maestros que más han influido en mi vida: me ayudaron a buscar conocimiento por la fe y se negaron a darme respuestas fáciles a las preguntas difíciles. De hecho, no me dieron respuesta alguna, sino que me indicaron el camino y me ayudaron a dar los pasos necesarios para encontrar mis propias respuestas. No siempre aprecié ese método, pero la experiencia me ha permitido entender que no solemos recordar por largo tiempo la respuesta de otra persona, si es que la recordamos; mas la respuesta que descubrimos u obtenemos mediante el ejercicio de la fe, por lo general la conservamos toda la vida” (véase de David A. Bednar, “Buscar conocimiento por la fe”, Liahona, septiembre de 2007, pág. 23).

    En vez de difundir información únicamente mediante el uso de disertaciones, busque métodos de enseñanza que ayuden a los alumnos a tomar un papel más activo en el proceso de aprendizaje. (Para más información sobre cómo enseñar, véase La enseñanza y el aprendizaje del Evangelio: Manual para maestros y líderes de Seminarios e Institutos de Religión, 2011, sección 4.3.4).

  • Invite a los alumnos a poner en práctica el consejo de los profetas. Ayúdelos a convertirse en discípulos de Jesucristo y no solo en eruditos en el Evangelio. El élder David A. Bednar también nos aconsejó que ayudemos a los alumnos a ir “a más allá de una simple comprensión cognitiva o de retener y recordar información” a fin de ayudarlos a “[despojarse] del hombre natural (véase Mosíah 3:19), [para que experimenten] un cambio en el corazón (véase Mosíah 5:2)” (véase “Buscar conocimiento por la fe”, pág. 20).

Cómo adaptar el manual para personas con discapacidades

Al enseñar a alumnos con discapacidades, adapte las lecciones para satisfacer las necesidades de ellos. Por ejemplo, muchas lecciones requieren que los alumnos lean en voz alta o en silencio y escriban respuestas. Para adaptar la clase a los alumnos que no puedan leer, podría considerar leer en voz alta usted mismo, pedirle a compañeros que lean o bien utilizar materiales pregrabados para narrar las Escrituras (como un casete de audio, un CD o un MP3). Cuando las lecciones requieran respuestas por escrito, usted podría instar a que, en vez de ello, se respondan de forma oral.

Para obtener más ideas y recursos, visite la página disabilities.lds.org y la sección del Seminaries and Institutes of Religion Policy Manual [Manual de normas de Seminarios e Institutos de Religión] titulada “Adapting Classes and Programs for Students with Disabilities” [Cómo adaptar clases y programas para alumnos con discapacidades].