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LA PERLA DE GRAN PRECIO


LA PERLA DE GRAN PRECIO

La portada. ¿Por qué se le llama la “Perla de Gran Precio”?

“…un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró” (Mateo 13:45–46).

En 1851, había más de 32.000 miembros de la Iglesia en Inglaterra. El élder Franklin D. Richards, miembro del Quórum de los Doce Apóstoles que presidía la misión y la Iglesia allí, publicó una compilación de varias revelaciones y textos de Escritura que había recibido el profeta José Smith y la llamó la Perla de Gran Precio. Él dijo que sería una “fuente de gran instrucción y edificación para muchos miles de santos, los que, al obtener conocimiento de su valioso contenido, estarían más abundantemente preparados para exponer los principios de nuestra santa fe ante todos los hombres y defenderlos” (Millennial Star, 15 de julio de 1851, pág. 217).

El 10 de octubre de 1880, por resolución de la Primera Presidencia y de la conferencia general, la Perla de Gran Precio pasó a ser un libro canónico de la Iglesia. “De acuerdo con las necesidades de la Iglesia, se han hecho varias revisiones del contenido. En 1878 se agregaron partes del Libro de Moisés que no se hallaban en la primera edición. En 1902 se omitieron ciertas partes de la Perla de Gran Precio en las que se repetían escritos que se habían publicado también en Doctrina y Convenios… [En 1976] se añadieron dos revelaciones. En 1979 se quitaron esas dos revelaciones de la Perla de Gran Precio y se incluyeron en Doctrina y Convenios, donde actualmente aparecen como las secciones 137 y 138” (Introducción a la Perla de Gran Precio). Su contenido actual incluye selecciones del Libro de Moisés, el Libro de Abraham (con tres facsímiles), José Smith—Mateo, José Smith—Historia y los Artículos de Fe.

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