Capítulo 28
Si los hijos de Israel son obedientes, serán bendecidos temporal y espiritualmente — Si son desobedientes, serán maldecidos, heridos y destruidos; les sobrevendrán enfermedades, plagas y opresión; servirán a dioses falsos y serán motivo de burla entre todas las naciones; naciones temibles los esclavizarán; se comerán a sus propios hijos y serán esparcidos entre todas las naciones.
1 Y acontecerá que si escuchas diligentemente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y para poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, Jehová tu Dios te pondrá en alto sobre todas las naciones de la tierra.
2 Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones y te alcanzarán, si escuchas la voz de Jehová tu Dios.
3 Bendito serás tú en la ciudad y bendito serás en el campo.
4 Benditos serán el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tu bestia, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.
5 Benditos serán tu canastillo y tu artesa de amasar.
6 Bendito serás en tu entrar y bendito en tu salir.
7 Jehová hará que tus enemigos que se levanten contra ti sean derrotados delante de ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán delante de ti.
8 Enviará Jehová bendición sobre tus graneros y sobre todo aquello en que pongas tu mano, y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da.
9 Te establecerá Jehová como su pueblo santo, como te lo ha jurado, si guardas los mandamientos de Jehová tu Dios y andas en sus caminos.
10 Entonces verán todos los pueblos de la tierra que eres llamado por el nombre de Jehová, y te temerán.
11 Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, y en el fruto de tu bestia y en el fruto de tu tierra, en el país que juró Jehová a tus padres que te daría.
12 Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para dar lluvia a tu tierra en su tiempo y para bendecir toda la obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado.
13 Y te pondrá Jehová por cabeza y no por cola; y estarás arriba solamente, y no estarás debajo, si obedeces los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y los cumplas;
14 y no te apartes de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a la derecha ni a la izquierda, para ir tras dioses ajenos para servirles.
15 Pero acontecerá que si no escuchas la voz de Jehová tu Dios, para cuidar de poner por obra todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te ordeno hoy, vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te alcanzarán:
16 Maldito serás tú en la ciudad y maldito serás en el campo.
17 Malditos serán tu canastillo y tu artesa de amasar.
18 Malditos serán el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.
19 Maldito serás en tu entrar y maldito en tu salir.
20 Y Jehová enviará contra ti maldición, quebranto y reprensión en todo cuanto pongas tu mano y hagas, hasta que seas destruido y perezcas prontamente a causa de la maldad de tus obras por las cuales me habrás dejado.
21 Jehová enviará sobre ti pestilencias hasta que te consuman de sobre la tierra a la cual vas a entrar para poseerla.
22 Jehová te herirá de tisis, y de fiebre, y de inflamación, y de calor sofocante, y de espada, y de calamidad repentina y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas.
23 Y los cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de hierro.
24 Dará Jehová como lluvia a tu tierra polvo y ceniza; de los cielos descenderán sobre ti hasta que perezcas.
25 Jehová te entregará derrotado delante de tus enemigos; por un camino saldrás contra ellos y por siete caminos huirás delante de ellos; y serás objeto de espanto a todos los reinos de la tierra.
26 Y será tu cadáver comida para toda ave del cielo y para toda bestia de la tierra, y no habrá quien las espante.
27 Jehová te herirá con las úlceras de Egipto, y con almorranas, y con sarna y con comezón, de los que no podrás ser curado.
28 Jehová te herirá con locura, y con ceguedad y con turbación de corazón.
29 Y andarás a tientas al mediodía, como anda a tientas el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos; y no serás sino oprimido y robado todos los días, y no habrá quien te salve.
30 Te desposarás con una mujer, y otro hombre dormirá con ella; edificarás casa y no habitarás en ella; plantarás viña y no la disfrutarás.
31 Matarán tu buey delante de tus ojos, y tú no comerás de él; tu asno te será arrebatado delante de ti, y no se te devolverá; tus ovejas serán dadas a tus enemigos, y no tendrás quien te las rescate.
32 Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo, y tus ojos lo verán y desfallecerán por ellos todo el día; y no habrá fuerza en tu mano.
33 El fruto de tu tierra y de todo tu trabajo lo comerá un pueblo que no has conocido, y no serás sino oprimido y quebrantado todos los días.
34 Y enloquecerás a causa de lo que verás con tus ojos.
35 Te herirá Jehová con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, sin que puedas ser curado, desde la planta de tu pie hasta tu coronilla.
36 Jehová te llevará a ti, y a tu rey que hayas puesto sobre ti, a nación que no habéis conocido tú ni tus padres, y allá servirás a dioses ajenos de madera y de piedra.
37 Y serás motivo de horror, y servirás de refrán y de burla a todos los pueblos a los cuales te llevará Jehová.
38 Sacarás mucha semilla al campo y recogerás poco, porque la langosta lo consumirá.
39 Plantarás viñas y labrarás, mas no beberás vino ni recogerás uvas, porque el gusano se las comerá.
40 Tendrás olivos en todo tu territorio, mas no te ungirás con el aceite, porque tu aceituna se caerá.
41 Hijos e hijas engendrarás, y no serán para ti, porque irán en cautiverio.
42 Toda tu arboleda y el fruto de tu tierra los consumirá la langosta.
43 El extranjero que esté en medio de ti se elevará sobre ti muy alto, y tú descenderás muy bajo.
44 Él te prestará a ti, y tú no le prestarás a él; él será la cabeza, y tú serás la cola.
45 Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán y te alcanzarán hasta que perezcas, por cuanto no habrás atendido a la voz de Jehová tu Dios, para guardar los mandamientos y los estatutos que él te mandó.
46 Y serán sobre ti como una señal y un prodigio, y sobre tu descendencia para siempre.
47 Por cuanto no serviste a Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón por la abundancia de todas las cosas,
48 servirás, por tanto, a tus enemigos que enviará Jehová contra ti, con hambre y con sed, y con desnudez y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte.
49 Jehová traerá contra ti una nación de lejos, del extremo de la tierra, que vuele como águila, una nación cuya lengua no entiendas;
50 gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano ni tendrá compasión del niño.
51 Y comerá el fruto de tus animales y el fruto de tu tierra hasta que perezcas; y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte.
52 Y te sitiará en todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y fortificados en que tú confías, en toda tu tierra; te sitiará, pues, en todas tus ciudades y en toda tu tierra que Jehová tu Dios te haya dado.
53 Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio, en el sitio y en el apuro con que te angustiará tu enemigo.
54 El hombre tierno y delicado en medio de ti mirará con malos ojos a su hermano, y a la esposa amada y al resto de sus hijos que le queden,
55 para no dar a ninguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comerá, porque nada le habrá quedado en el sitio y en el apuro con que tu enemigo te angustiará en todas tus ciudades.
56 La mujer tierna y delicada entre vosotros, que nunca probó a asentar la planta de su pie sobre la tierra por su ternura y delicadeza, mirará con malos ojos al marido amado, y a su hijo y a su hija,
57 y la placenta que sale de entre sus piernas, y a sus hijos que dé a luz, porque los comerá a escondidas, por carecer de todo en el sitio y en el apuro con que tu enemigo te angustiará en tus ciudades.
58 Si no cuidas de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y temible: Jehová tu Dios,
59 Jehová aumentará asombrosamente tus plagas y las plagas de tu descendencia, plagas grandes y persistentes, y enfermedades malignas y duraderas;
60 y traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no te dejarán.
61 Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no están escritas en el libro de esta ley, Jehová las enviará sobre ti, hasta que seas destruido.
62 Y quedaréis pocos, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud, por cuanto no obedeciste la voz de Jehová tu Dios.
63 Y acontecerá que como Jehová se regocijó en vosotros para haceros bien y para multiplicaros, así se regocijará Jehová en vosotros para arruinaros y para destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra a la cual vais a entrar para poseerla.
64 Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de ella; y allí servirás a dioses ajenos, de madera y de piedra, que no conociste tú ni tus padres.
65 Y ni aun entre las mismas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; y allí te dará Jehová un corazón temeroso, y decaimiento de ojos y tristeza de alma.
66 Y tendrás tu vida como algo que pende delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida.
67 Por la mañana dirás: ¡Quién diera que fuese la tarde!, y a la tarde dirás: ¡Quién diera que fuese la mañana!, por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado y por lo que verán tus ojos.
68 Y Jehová te hará volver a Egipto en naves, por el camino del cual te ha dicho. Nunca más volverás a verlo; y allí seréis vendidos a vuestros enemigos como esclavos y como esclavas, y no habrá quien os compre.