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Mi consejo para buscar trabajo después de la universidad
La vida después de graduarse no siempre es fácil, pero cuando tenemos fe, el Padre Celestial nos puede ayudar a ver las oportunidades que nos rodean.
Fui bautizado en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Nigeria, junto con mis padres, cuando tenía diez años. Al crecer, comencé a ayudar a los misioneros locales en su labor. Me asombraba el hecho de que a menudo, sin tener títulos universitarios, aquellos misioneros fueran capaces de hablar con todo tipo de personas y que lo hicieran con poder, autoridad, convicción y sin temor.
Su ejemplo me ayudó a darme cuenta de que deseaba servir en una misión, pero también deseaba procurar una formación académica superior. Tuve dificultades para que se aprobara mi ingreso a la universidad, de modo que llené y envié mi solicitud misional casi al mismo tiempo. La carta de aprobación de ingreso a la universidad y el llamamiento misional llegaron el mismo día. Sabía que deseaba ir a la universidad, pero elegí servir al Señor al ir primero a la misión.
Aunque era un sacrificio, valía la pena posponer la universidad para servir en una misión. Aprendí muchas aptitudes valiosas, cosas como la autodisciplina, el centrarse en un objetivo, la comunicación, el liderazgo y la confianza en el Señor; y todo lo que aprendí me ayudó más adelante en mis estudios. Nunca lamentaré haber puesto al Señor en primer lugar.
Mi camino después de graduarme
Para mí, la formación académica es como una llave que abre las puertas de las oportunidades. La instrucción académica por medio del programa Pathway Connect de BYU–Pathway Worldwide en Ghana me ha brindado la oportunidad de aumentar mis conocimientos. El conocimiento me da la capacidad de mejorar la vida de los miembros de mi familia y de quienes me rodean.
Luego de graduarme de un programa universitario en línea de BYU-Idaho, fui pasante en una compañía financiera de Ghana, donde comencé a trabajar a tiempo completo. Me agradaba lo que hacía y a ellos les agradaba mi manera de trabajar, pero luego de un tiempo, la empresa entró en bancarrota y me quedé sin trabajo.
Aquello fue desalentador, pero continué aplicando lo que había aprendido en la universidad y en la misión. Decidí poner en práctica las habilidades que había aprendido en mi trabajo anterior y comencé mi propio negocio de prestación de servicios financieros.
Mi camino después de graduarme ha estado colmado de altibajos, pero no lamento haber dado prioridad a mi formación académica. Sin ella, no sería capaz de dirigir mi propio negocio ahora.
Cuando encontrar trabajo se torna difícil
Muchos jóvenes adultos con los que he hablado piensan que, de alguna manera, los títulos universitarios proporcionan trabajo de forma automática; pero mi mayor desafío ha sido encontrar un empleador que valore mi título tanto como yo lo valoro. Si tienes dificultades para encontrar trabajo o para saber qué hacer después de la universidad, debes saber que no eres el único. A continuación hay algunas cosas que he hecho durante mi búsqueda de trabajo que tú también puedes hacer:
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Saca el máximo provecho de la universidad. Hay un refrán en África que dice que lo importante es que la universidad entre en ti, y no que tú entres en la universidad. Si cursas la universidad con un propósito (y no solo por inercia), obtendrás conocimiento y aptitudes reales que los empleadores notarán y, luego de obtener trabajo, vas a poder desempeñarte bien en él.
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Habla con todas las personas. En tu búsqueda laboral, sal a buscar trabajo, habla con todas las personas y amplía tu red de contactos.
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Ten confianza en ti mismo. Ten confianza en que estás cualificado para el trabajo. Céntrate en tus sueños y en tus metas, y cree en ti mismo. Es fácil perder la confianza después de afrontar rechazos desalentadores, pero mantén la esperanza. Con el tiempo, encontrarás el empleador adecuado o las oportunidades de negocios adecuadas.
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Aprovecha cada oportunidad. Estamos rodeados de oportunidades. Si somos de mente abierta y somos agradecidos por las oportunidades que el Señor nos da, podremos ver las oportunidades que Él pondrá en nuestro camino y actuar en consecuencia.
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Rodéate de personas que compartan tus valores y que te alienten a lograr tus metas. Es más fácil avanzar cuando estás cerca de las personas correctas; personas que tengan el mismo objetivo que tú. La sociedad está colmada de desánimo, pero las personas que comparten tus valores y tus sueños siempre te elevarán y alentarán para que logres tus metas.
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Ten fe. Es posible que a veces despiertes en la mañana sabiendo que aún no tienes trabajo ni forma de traer el pan a casa, pero la fe en el Señor Jesucristo puede aligerar tus cargas y mitigar el desánimo conforme das pasos para alcanzar tus metas.
Al final, siempre recuerda que el Padre Celestial tiene un plan eterno para ti. Aunque las cosas no marchen bien por ahora, no significa que siempre será así. El élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, lo expresó muy bien: “… les insto a creer que su vida será infinitamente mejor si procuran que Dios guíe sus pasos. Él conoce cosas que ustedes no pueden saber y tiene preparado un futuro para ustedes que no se imaginan”1.
El futuro es brillante y tu búsqueda de conocimiento y de formación no será en vano. Ten fe y continúa avanzando. Serás guiado hacia donde el Señor pueda bendecirte más, y valerse de ti y de tus talentos para bendecir a los demás.
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Puedes hallar más artículos sobre cómo afrontar las transiciones de la vida en la sección “Jóvenes adultos” de la revista Liahona de febrero de 2021.
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