2021
Lo que el templo significa para mí
Octubre de 2021


Lo que el templo significa para mí

La autora vive en Tasmania, Australia.

Tener una recomendación vigente para el templo me ayuda a asegurarme de que mi entusiasmo por vivir el evangelio de Jesucristo siga vigente.

Melbourne Australia Temple

Templo de Melbourne, Australia

Izquierda: Fotografía por Karen Larsen

Mi esposo y yo vivimos en Tasmania, el estado isleño que se encuentra al sur de Australia continental. El templo más cercano es el Templo de Melbourne, Australia, que está a unos 480 km (300 millas) de distancia.

Tuvimos la suerte de asistir unos días al Templo de Melbourne en noviembre de 2019. No teníamos idea de que sería nuestro último viaje en mucho tiempo. Antes de la pandemia, mi esposo y yo asistíamos al templo de una a cuatro veces al año. Para llegar allí, viajábamos en avión o en transbordador. Algunos años eso ha sido económicamente difícil, así que viajamos con menos frecuencia. Algunos de esos viajes duraban un día; otros, varios días.

Soy obrera de las ordenanzas del templo, así que los pocos días en los que asistía al templo eran una oportunidad preciada para retomar mi llamamiento, para aprender más sobre el plan del Padre Celestial y para servir a los demás y verlos sentir gozo y felicidad en el templo.

Cuando el templo y las fronteras de nuestro estado se cerraron durante la pandemia del COVID-19, me preguntaba qué haría para que el templo siguiera siendo una parte significativa de mi vida. Me sentí fortalecida cuando el Espíritu Santo me hizo sentir que, aunque el templo estuviese cerrado, las bendiciones de mis convenios del templo no estaban fuera de mi alcance. Me sentía más cerca del Señor, en especial cuando me centraba en servir a los demás, tanto a mi familia como a las personas a las que ministro.

Pasé tiempo repasando en la mente los convenios que he hecho, los sentimientos que he tenido en el templo y el conocimiento que he recibido. Repasaba mentalmente las palabras de las ordenanzas. Continué investigando mi historia familiar, ingresando nombres y fuentes en FamilySearch y compartiendo esos nombres con el templo. Estoy ansiosa por ver que la lista de nombres que he compartido comience a completarse cuando los templos vuelvan a abrir.

Hace años, una querida hermana de nuestro barrio me contó que, debido a que una sesión de investidura dura unas dos horas, y por causa de que ella vivía tan lejos del templo, había decidido dedicar un mínimo de dos horas a la semana a la obra de historia familiar. Ella quería demostrarle al Señor que estaba comprometida con la obra del templo, aunque le fuera difícil asistir. Su meta realmente me conmovió, por lo que me puse el mismo objetivo.

El discurso que el élder Ronald A. Rasband, del Cuórum de los Doce Apóstoles, pronunció en la Conferencia General de octubre de 2020 me recordó aquella meta de mucho tiempo atrás. Él dijo: “Llevamos a cabo la obra del templo cuando buscamos a nuestros antepasados y enviamos sus nombres para que se efectúen las ordenanzas por ellos. Mientras nuestros templos han estado cerrados, todavía hemos podido buscar los datos de nuestros familiares. Con el Espíritu de Dios en nuestro corazón, actuamos de manera vicaria, en representación de ellos para que sean ‘recomendados al Señor’”1.

El vigésimo aniversario de la dedicación del Templo de Melbourne tuvo lugar en 2020, lo cual me trajo muchos tiernos recuerdos de las bendiciones que nuestra familia había recibido al asistir a ese y a otros templos desde aquella dedicación en el año 2000. El templo ha sido un fundamento de la fortaleza y del testimonio de nuestra familia. Con nuestros cuatro hijos, hemos asistido a varios templos en toda Australia continental para verlos realizar bautismos, recibir sus investiduras y ser sellados a sus cónyuges.

family standing in front of a temple

El hermano y la hermana Prebble con sus hijos y los cónyuges de ellos en el Templo de Sídney, Australia, durante el sellamiento de su hija menor.

Arriba: Fotografía por Sally Crosbie

Tener una recomendación vigente para el templo me ayuda a asegurarme de que mi entusiasmo por vivir el evangelio de Jesucristo siga vigente. Mis entrevistas para renovar la recomendación han sido momentos de reflexión; me han dado la oportunidad de expresar mi testimonio; me han permitido fortalecer mi convicción de ser leal y fiel a la “multiplicidad de bendiciones” (Doctrina y Convenios 104:2) que el Señor ha prometido, que mi familia y yo hemos recibido y que nos han fortalecido.

Tener una recomendación vigente para el templo habla de mi fe, mi compromiso para con el evangelio de Jesucristo, mi gozo, mi esperanza, mi gratitud, mi obediencia y mi amor por mi Salvador Jesucristo y mi Padre Celestial.

Nota

  1. Ronald A. Rasband, “Recomendados al Señor”, Liahona, noviembre de 2020, pág. 25.