Cómo aplicar el Libro de Mormón a tu vida
Cómo la luz de Cristo puede disipar la oscuridad de las combinaciones secretas
¿Cómo podemos invitar continuamente la luz a nuestra vida?
Como miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días de toda la vida, siempre he estado familiarizada con el término combinaciones secretas. Estas palabras siempre han evocado imágenes de los sombríos ladrones de Gadiantón escondiéndose en los callejones y haciendo juramentos secretos; todo esto siempre me ha parecido un poco misterioso y por cierto, muy alejado de mi vida.
Pero resulta que las combinaciones secretas son muy reales y relevantes para nosotros hoy en día y no siempre son tan complicadas como podrías pensar. Aunque las combinaciones secretas significan “organizaciones de personas unidas por juramentos con el fin de llevar a cabo los propósitos inicuos del grupo”, a continuación hay algunas otras situaciones que también califican como combinaciones secretas:
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“Cuando las personas conspiran para mantener en secreto sus hechos inicuos”
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Cuando las personas utilizan medios injustos para “adquirir poder y riquezas” (Éter 8:23)
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Cuando “las pandillas, las organizaciones de narcotraficantes y las mafias” cometen crímenes y actos de violencia
Estas definiciones me resultan un poco más familiares. Parece que veo este tipo de cosas cada vez que le doy una ojeada a las noticias. Y no debería sorprendernos, ya que las combinaciones secretas han existido desde los tiempos de Caín (véase Éter 8:15) y el profeta Moroni insiste en advertirnos que debemos seguir manteniéndonos alejados de ellas (véase Éter 8:23).
Entonces, ¿cómo nos aseguramos de mantener el peligro espiritual de “estas combinaciones homicidas” (Éter 8:23) lo más lejos posible de nuestra vida?
El Salvador “no obra en la obscuridad”
Las combinaciones secretas son inspiradas por Satanás; él “incita a los hijos de los hombres a combinaciones secretas” (2 Nefi 9:9). Y dado que sabemos que Satanás obra en las tinieblas (véase Éter 8:16), tiene sentido que el antídoto sea lo contrario: la luz. El Salvador “no obra en la obscuridad” (2 Nefi 26:23). Por el contrario, Él es luz:
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“La luz verdadera que alumbra a todo hombre” (Juan 1:9)
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“La luz que brilla en las tinieblas” (Doctrina y Convenios 6:21)
El élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, nos enseñó acerca de la diferencia entre vivir en tinieblas y vivir con luz divina:
“Las tinieblas restringen nuestra capacidad de ver con claridad; nublan nuestra visión de lo que en algún momento era claro y nítido. Cuando nos hallamos en tinieblas, tendemos a hacer malas elecciones porque no podemos ver los peligros en nuestro camino […].
“Por otra parte, la luz nos permite ver las cosas como realmente son. Hace que discernamos entre la verdad y el error, entre lo que es vital y lo trivial”.
¿Cómo podemos invitar la luz a nuestra vida?
No solo necesitamos la luz del Salvador cuando nos enfrentamos a algo tan grande como las combinaciones secretas: la necesitamos todo el tiempo. Entonces, ¿cómo podemos seguir invitando la luz a nuestra vida?
El presidente Uchtdorf nos indicó tres maneras:
Si queremos llevar la luz de Cristo a nuestras comunidades, podemos compartir nuestro testimonio. El presidente M. Russell Ballard (1928–2023) explicó que los lamanitas “destruyeron completamente la influencia de los ladrones de Gadiantón en su sociedad, ‘predicando la palabra de Dios entre […] ellos’ [Helamán 6:37]”.
Si alguna vez sientes que vives en tinieblas, que te sientes avergonzado, perdido, como si tuvieras que esconder algo, debes saber que no es así como obra el Señor. Él desea que entres en la luz de Su amor, te arrepientas, regreses a Él y sigas compartiendo tu luz con las personas que te rodean.
Con Cristo, las tinieblas no pueden triunfar
Entonces, ¿cuál era la intención de Moroni al hablar de combinaciones secretas? ¿Era volvernos temerosos y prevenidos?
En lo absoluto. De hecho, las razones de Moroni son bastante esperanzadoras:
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“Para que sea destruido el mal”
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“[Para] que Satanás no tenga poder en [nuestro] corazón”
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“[Para] que sea[mos] persuadidos a hacer el bien constantemente”
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“[Para] que venga[mos] a la fuente de toda rectitud y sea[mos] salvos” (Éter 8:26)
Cuando somos conscientes de las tácticas de Satanás y, lo que es más importante, somos conscientes de cuánto más poder tienen el Padre Celestial y Jesucristo, podemos estar preparados para resistir los ataques contra nuestro testimonio y mantenernos firmes ante la influencia del mundo. Podemos invitar la luz en lugar de vivir en tinieblas.
Podemos saber que “con Cristo, la oscuridad no puede prevalecer”. Porque “¡la oscuridad no puede permanecer frente a la resplandeciente luz del Hijo del Dios viviente!”.