La semana pasada hablamos de reconocer patrones de pensamiento distorsionados, como el generalizar en exceso o los pensamientos de tipo “todo o nada”. ¿Notaste algunos de ellos durante la semana?
Ahora que ya sabes cómo detectar esos pensamientos erróneos, el siguiente paso es convertirlos en pensamientos más correctos. A continuación verás varias preguntas que puedes hacerte a ti mismo.
- ¿Es esto algo que el Salvador querría que yo pensara?
- ¿Estoy teniendo en cuenta toda la información posible?
- ¿Qué le diría a mi mejor amigo si me dijera que está teniendo estos mismos pensamientos?
La próxima vez que notes un pensamiento distorsionado, escríbelo. Luego táchalo y escribe en su lugar una afirmación que sea más correcta. Por ejemplo:
No obtuve el trabajo que solicité, así que obviamente nunca nadie me contratará.
Es cierto que no obtuve este trabajo, pero habrá más oportunidades de encontrar un empleo. Puedo intentarlo otra vez.
Después de escribir estas afirmaciones más correctas durante unos días, puede que llegue un momento en el que tu cerebro sea más capaz de detener los pensamientos distorsionados y reemplazarlos inmediatamente con pensamientos más veraces. ¡Eso sería fantástico!
Esperamos que tengas muchos pensamientos buenos acerca de ti mismo hoy. Eres un hijo de Dios. Él te ama y el equipo de Vivir el Evangelio, ¡también!
Explora más
Nota: Esto es parte de una serie en curso de mensajes sobre la resiliencia emocional, adaptada de este manual.