Pioneros en toda tierra
Andrew Jenson
Historiador de Dinamarca
Para Andrew, la historia de todos era importante.
Andrew sacó un bolígrafo y abrió su diario. Hoy regreso a casa porque termino mi misión, escribió.
Sonrió y miró por la ventanilla del tren. Había pasado los dos últimos años en Dinamarca, el país donde nació. También fue allí donde su familia fue bautizada. Luego, se mudaron a Utah, Estados Unidos, cuando él era adolescente, y pronto estaría con su familia de nuevo.
Andrew dio vuelta a la página y siguió escribiendo. Le gustaba escribir, y también le encantaba aprender acerca de la historia de la Iglesia. Había leído todo lo que le fue posible sobre José Smith, e incluso memorizó todas las fechas importantes de la vida de José Smith.
Poco después, Andrew estaba en casa con su familia. Todos los días les ayudaba a trabajar en la granja, araba y plantaba, pero quería hacer algo más; deseaba leer, escribir y viajar.
Así que Andrew oró y pensó mucho sobre qué debía hacer, y entonces, ¡tuvo una idea! Comenzó a traducir parte de la historia de José Smith al danés.
Eso solo fue el principio, Andrew siguió escribiendo, leyendo y traduciendo. Comenzó a trabajar para la Iglesia como historiador. Fue a diferentes lugares de los Estados Unidos, y reunió historias y papeles importantes.
Un día, los líderes de la Iglesia le pidieron que hiciera algo aún más emocionante: le pidieron que fuera a diferentes países. Escribiría relatos sobre los miembros de la Iglesia que conociera. ¡Andrew no podía esperar!
Se despidió de su familia, y luego, con el pasaporte en la mano, ¡Andrew partió! Viajó en barco y en tren, y a veces, en carruaje o incluso en caballo o camello.
A todos los lugares que iba, Andrew hablaba con los miembros de la Iglesia sobre la vida de ellos y también sobre su fe. Escribió sus historias para que otras personas pudieran leerlas. Para Andrew, la historia de todos era importante.
Cuando Andrew regresó de su viaje, puso las historias en un libro. Enseñó a otras personas sobre escribir las cosas y mantenerlas en un lugar seguro.
Andrew era feliz haciendo la obra que amaba, pero a veces se preguntaba si realmente marcaba una diferencia, así que decidió orar sobre ello.
“Padre Celestial, ¿por qué no se me ha pedido hacer cosas más importantes?”. Llegó una respuesta clara a su mente: Dios te ha inspirado a hacer la obra que has hecho.
Andrew sonrió porque supo que hacía lo que Dios deseaba que hiciera y no dejaría de hacerlo.
Andrew guardó las historias de más de 15 000 personas. Podemos seguir su ejemplo escribiendo nuestras propias historias familiares. La historia de todos es importante, ¡incluso la tuya!
Un historiador escribe y guarda relatos para que las personas aprendan sobre ellos algún día.
En la actualidad, hay un templo en Dinamarca.
Casi 17 000 santos daneses se mudaron a Utah a mediados del siglo XIX, como lo hizo Andrew.
Andrew escribió 27 libros y más de 2000 artículos de periódico.
¡Viajó casi 1,6 millones de kilómetros (1 millón de millas)!
Sirvió en nueve misiones más, en Dinamarca, en otras partes de Europa y en los Estados Unidos.
Ilustraciones por Christopher Thornock