Helamán desea saber
“Solo son correos electrónicos. ¿Es eso historia familiar?”
“[E]l corazón de los hijos se volverá hacia sus padres” (Doctrina y Convenios 2:2).
Helamán deseaba saber acerca de muchas cosas. Se hacía preguntas sobre ciencias e historia, y se preguntaba cómo eran las cosas cuando sus abuelos tenían su edad.
Un día se encontraba afuera lanzando un balón de fútbol contra una valla. Lo pateaba una y otra vez.
Me pregunto a qué tipo de cosas jugaban los niños al aire libre hace muchos años, pensó. ¿Jugaban sus abuelos al fútbol también cuando eran niños?
Helamán detuvo el balón con el pie. Espera… ¡podría preguntarles!
Entró corriendo y fue a la computadora, e inició sesión en su cuenta de correo electrónico. Su mamá y su papá habían creado una solo para él. La utilizaba para enviar correos electrónicos a sus familiares que vivían lejos. Se sentó y escribió un correo electrónico para la abuela Barnes.
Helamán desea saber…
¿Qué era lo que más te gustaba jugar al aire libre cuando eras pequeña? A mí el fútbol.
Con amor,
Helamán
¡Clic! Envió su pregunta. Le envió la misma pregunta al abuelo Barnes. Luego se la envió también a la abuela y al abuelo White.
Al día siguiente, Helamán revisó su correo electrónico. ¡Tenía dos mensajes nuevos! Hizo clic para abrir el primero.
¡Hola, Helamán!
Lo que más me gustaba hacer al aire libre era jugar con muñecas de papel. Mis amigas y yo colgábamos una cobija para formar una casita. También me gustaba jugar a las tabas [matatenas, payaya, yaces, payana], a la rayuela y andar en bicicleta.
Con amor,
Abuela White
A continuación leyó el correo electrónico del abuelo White.
Hola, Helamán.
Cuando yo era niño, no había televisores ni computadoras, así que jugábamos mucho al aire libre. En verano íbamos a nadar, y en invierno a patinar sobre hielo. También me gustaba jugar a capturar la bandera con mis amigos.
Con amor,
Abuelo White
Helamán sonrió. ¡Era divertido descubrir cosas sobre los abuelos!
A medida que pasaban los días, Helamán continuaba preguntándose cosas. Cada vez que tenía una pregunta, se la enviaba a sus abuelos. ¡Y aprendió mucho de ellos!
Se enteró de que el abuelo Barnes tomó clases de bailes de salón. A la abuela Barnes le encantaba memorizar palabras y hacer álbumes de recortes. A la abuela White le asustaba cantar enfrente de otras personas, pero más adelante cantó en su graduación de la escuela secundaria. El abuelo White aprendió a hacer maquetas de aviones cuando era pequeño, y todavía le gustaba hacerlas.
Helamán se rio cuando leyó acerca del viejo gato de la abuela White, Tommy. Ella solía vestirlo con ropa de muñecas y lo llevaba de paseo en su carrito para las muñecas.
“¿Qué lees, Helamán?”, preguntó el papá.
“Es un correo electrónico de la abuela White”, respondió Helamán. “He estado haciéndole preguntas”.
Helamán le mostró a su papá todos los correos electrónicos que había estado enviando y recibiendo de sus abuelos.
“¡Parece que has recopilado algunos buenos relatos de historia familiar!”, dijo el papá. “¿Por qué no los ponemos en FamilySearch?”.
Helamán ladeó la cabeza. “Solo son correos electrónicos. ¿Es eso historia familiar?”.
“¡Claro que sí!”, dijo el papá. “Siempre que aprendes algo sobre tu familia, estás haciendo historia familiar. Es una buena idea conservar esos relatos para poder recordarlos más tarde. Mira; déjame enseñarte”.
El papá ayudó a Helamán a iniciar sesión en FamilySearch.org y escribió todas las cosas que sus abuelos le habían contado.
“Ahora esos relatos están guardados y nuestra familia podrá leerlos más tarde. ¿No es genial?”, preguntó el papá.
“¡Sí!”, sonrió Helamán. “Y tengo muchas preguntas más que quiero hacer”.