“Una prueba de fe”, Para la Fortaleza de la Juventud, septiembre de 2021, págs. 18–19. Ven, sígueme Una prueba de fe Escrito por Eric B. Murdock Ilustrado por Darren Rawlings Doctrina y Convenios 102–105 1833. Condado de Jackson, Misuri, EE. UU. El populacho obligó a los santos que vivían allí a abandonar sus hogares. José Smith se preguntaba qué debía hacer; poco después recibió una revelación. Se le dijo a José que reclutara hombres para viajar a Misuri y ayudar a los santos a recuperar sus hogares. José partió hacia Misuri con un grupo de voluntarios. El grupo luego fue conocido como Campo de Sion. El trayecto por momentos fue arduo, pero muchos lo disfrutaron. Luego de un mes de marcha, el grupo se detuvo cerca de un río. Escucharon que había hombres del otro lado del río esperando para atacarlos. ¿Qué haremos? Permaneced tranquilos… … y ved la salvación de Dios. Inmediatamente se desató una tormenta. ¡Dios está en esta tormenta! La lluvia hizo que el río creciera tanto que los enemigos del Campo de Sion no pudieron cruzarlo. Luego de unos días, José recibió la revelación que era tiempo de regresar a casa, aunque no habían ayudado a los santos de Misuri a regresar a sus hogares. El Señor ha aceptado nuestros esfuerzos. Se nos ha traído hasta este punto para poner a prueba nuestra fe (véase Doctrina y Convenios 105:19). Algunos pensaban que el viaje había sido un fracaso. ¡Vinimos hasta aquí por nada! ¿Por qué estamos yendo a casa antes de ayudar a los santos de aquí? La mayoría consideraba que era un privilegio estar con el Profeta y aprender de él. El Campo de Sion ayudó a preparar a los futuros líderes de la Iglesia. Ocho personas que marcharon con el Campo de Sion fueron llamadas al Cuórum de los Doce Apóstoles.