En la senda de su deber
Extractos
Estoy agradecido por los millones de miembros de la Iglesia que hoy vienen al Salvador y avanzan en la senda de los convenios… Su firme fe en el Padre Celestial y el Señor Jesucristo, y su vida modesta y consagrada me inspiran a ser un mejor hombre y discípulo.
Los amo, los admiro, les agradezco y los elogio.
Una declaración de Samuel el Lamanita en el Libro de Mormón resume bien mis sentimientos hacia ustedes:
“Fija[os] en que la mayor parte de ellos se hallan en la senda de su deber […], y con infatigable diligencia se están esforzando por traer al resto de sus hermanos al conocimiento de la verdad” [Helamán 15:5–6; cursiva agregada]…
Ustedes aman y sirven, escuchan y aprenden, cuidan y consuelan, y enseñan y testifican por el poder del Espíritu Santo. Ustedes ayunan y oran a menudo, se vuelven más y más fuertes en su humildad, y más y más firmes en la fe de Cristo, “hasta henchir sus almas de gozo y de consolación; sí, hasta la purificación y santificación de sus corazones, santificación que viene de entregar [su] corazón a Dios” [Helamán 3:35].
… Ustedes, que hoy avanzan en la senda de su deber, son la fortaleza de la Iglesia restaurada del Salvador. Y como el Señor ha prometido: “Todos los tronos y dominios, principados y potestades, serán revelados y señalados a todos los que valientemente hayan perseverado en el evangelio de Jesucristo” [Doctrina y Convenios 121:29].