El diezmo: abriendo las ventanas de los cielos
Extractos
Todo lo que tenemos y todo lo que somos proviene de Dios. Como discípulos de Cristo, compartimos de buena gana con quienes nos rodean.
El Señor, con todo lo que nos da, nos ha pedido que les devolvamos a Él y a Su reino en la tierra el diez por ciento de nuestros ingresos. Él nos ha prometido que, si somos honrados en nuestros diezmos, “abrir[á] las ventanas de los cielos y derramar[á] […] bendición hasta que sobreabunde” [Malaquías 3:10]. Nos ha prometido que nos protegerá del destructor…
Las ventanas de los cielos se abren de muchas maneras. Algunas son temporales, pero muchas son espirituales. Algunas son sutiles y es fácil pasarlas por alto. Confíen en el tiempo del Señor; las bendiciones siempre llegan…
… El mundo habla del diezmo en términos de nuestro dinero, pero la sagrada ley del diezmo tiene que ver principalmente con nuestra fe. Ser honrados en nuestros diezmos es una manera de demostrar nuestra voluntad de poner al Señor en primer lugar en nuestra vida, por encima de nuestras preocupaciones e intereses. Les prometo que conforme confiemos en el Señor, las bendiciones del cielo llegarán…
La abundancia añadida del Señor que se transmite por medio de sus generosos diezmos ha fortalecido las reservas de la Iglesia, brindando oportunidades de hacer avanzar la obra del Señor mucho más allá de lo que hayamos experimentado hasta ahora. El Señor todo lo sabe y, con el tiempo, veremos cumplidos Sus sagrados propósitos.