“Conéctate”, Para la Fortaleza de la Juventud, febrero de 2024.
Conéctate
Angel A.
16, Alberta, Canadá
Vivo en Canadá (giro argumental: en realidad no vivimos en iglús ni vamos montados en alce al colegio). Ser miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días aquí me ha dado mucha alegría, pero también hay días de tristeza y oposición. Crecí en un lugar donde no tenía parientes cercanos, pero el Padre Celestial me dio mi familia del barrio y me ayudó a forjar amistades eternas con los jóvenes de mi estaca. No importa dónde estés, tienes familia cuando tienes el Evangelio.
Cuando se acercaba mi cita para recibir la bendición patriarcal, me sentía muy desanimada. El adversario me hizo pensar que no merecía recibir mi bendición. Entonces, oí una voz apacible y delicada que me pedía que llamara a las misioneras. Cuando vinieron las hermanas, sentí con mucha fuerza y claridad el amor del Salvador por mí.
Aunque no podemos estar cerca de nuestro Salvador físicamente, es muy importante que siempre nos acerquemos más a Él. Mi bendición patriarcal me fortalece y me recuerda que soy una hija divina de Dios.