Para la Fortaleza de la Juventud
Cuando se rompe el arco
Febrero de 2024


“Cuando se rompe el arco”, Para la Fortaleza de la Juventud, febrero de 2024.

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1 Nefi 16:9–32

Cuando se rompe el arco

Cuando te enfrentas a contratiempos, ¿qué haces? Nefi tiene una respuesta.

Imagen
Nefi

En la vida suceden cosas. Todos sabemos que es una realidad.

Todos los días hay accidentes, coincidencias, sucesos aleatorios: cosas que simplemente ocurren. (Quizá vas caminando y ves pasar volando un ave exótica y poco común. Eso es genial).

Sin embargo, a veces ocurren cosas malas, y cuando ocurren, podrían parecer más significativas y menos aleatorias. (Quizá vas caminando y un pájaro exótico vuela hacia tu rostro, te asusta y te hace caer en una zanja. Eso no es genial).

¿Cómo reaccionas cuando te pasan cosas malas?

Un gran ejemplo de cómo reaccionar ante acontecimientos desafiantes nos lo ofrece Nefi en el Libro de Mormón.

Las cosas ya eran bastante difíciles, y entonces…

Cuando Nefi y su familia estaban en el desierto, las cosas eran difíciles, pero el Señor los ayudó. Incluso les dio una brújula (la Liahona) para dirigirlos (véase 1 Nefi 16:10; véase también Alma 37:38–46). Sin embargo, seguían en el desierto, así que la vida no era precisamente fácil. Por ejemplo, tenían que cazar para comer.

La labor de cazar recaía en Nefi y sus hermanos. Y les estaba yendo bien, por un tiempo.

Pero entonces… ¡zas!

El arco de Nefi se rompió. Eso fue un gran problema, porque ese arco era especial. Era de “acero fino” (1 Nefi 16:18). Además, los arcos de sus hermanos habían “perdido su elasticidad” (1 Nefi 16:21), por lo que lo más probable es que sus flechas no podían volar con tanta distancia o fuerza. El resultado fue que “no obtuvi[eron] alimento” (1 Nefi 16:18).

No tenían comida. Eso no era bueno. Y aparentemente no era culpa de nadie. Simplemente sucedió. Podría haber habido explicaciones (aumento del calor y la humedad durante el viaje, por ejemplo), pero sin importar la causa, seguía habiendo un problema: no había alimentos.

Enfadarse o resolverlo

Claramente, la falta de alimentos hizo que los integrantes de la familia “sufrier[an] mucho” (1 Nefi 16:19). Y varios de ellos empezaron a quejarse. Incluso el padre de Nefi, Lehi, “empezó a murmurar contra el Señor su Dios” (1 Nefi 16:20).

Nefi probablemente tenía la misma cantidad de hambre que todos los demás, pero reaccionó de manera diferente:

“Yo, Nefi, hice un arco de madera, y una flecha de un palo recto; por tanto, me armé con un arco y una flecha, y con una honda y piedras, y le dije a mi padre: ¿A dónde debo ir para obtener alimento?” (1 Nefi 16:23).

En lugar de murmurar, Nefi se puso a trabajar en una solución. Y aunque Lehi mismo se había quejado, todavía era el padre de Nefi y un profeta, así que Nefi buscó orientación de él.

Cuando se rompe tu arco

Con la ayuda del Señor, Nefi pudo conseguir alimentos para todos. El accidente del arco roto fue sin duda un problema, pero él encontró la manera de resolverlo.

Entonces, ¿qué haces cuando se rompe tu arco? ¿Cuándo los planes no salen bien? ¿Cuándo se estropea algo? ¿O cuando los efectos persistentes de una pandemia hacen que la vida sea difícil?

Estas son cinco lecciones que puedes aprender del relato sobre el arco roto de Nefi:

  1. No puedes esperar que el Señor simplemente resuelva tus problemas por ti. El Señor dio a los israelitas maná del cielo cuando necesitaron alimento en el desierto, pero Él no lo hizo por la familia de Lehi en el desierto, ni siquiera cuando sus arcos quedaron rotos e inservibles. Por lo general, necesitas hacer algo para resolver tus problemas mientras sigues buscando la dirección y la ayuda del Señor.

  2. Enfadarse y quejarse no ayudan. Como dijo el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles: “Traten de no quejarse ni de gemir incesantemente […]. Toda desgracia, por más terrible que sea, empeora con nuestras quejas”1.

  3. Siempre hay algo positivo que puedes hacer. A diferencia de la Liahona, el nuevo arco de Nefi no apareció un día de manera milagrosa. Nefi hizo lo que pudo. Y el Señor bendijo sus esfuerzos y lo ayudó a tener éxito. Recuerda: “El Señor se deleita con el esfuerzo”2.

  4. Tus habilidades, tus conocimientos y tu disposición de hacer cosas difíciles pueden ayudar a resolver problemas. Hacer un arco tal vez no haya sido tan fácil. (Si lo hubiera sido, quizá hasta Lamán y Lemuel lo habrían hecho). Para ello, Nefi necesitaba aplicar las habilidades y los conocimientos que ya tenía, e incluso aprender algunas cosas nuevas. También debía tener la determinación de llegar hasta el final. Los problemas a los que te enfrentas no siempre tienen fácil solución. A medida que adquieres habilidades y conocimientos y te vuelves más dispuesto a hacer cosas difíciles, te preparas para resolver problemas por ti mismo y por los demás.

  5. Debes buscar la ayuda del Señor. Basándose en experiencias pasadas, Nefi sabía que el Señor podía ayudar a su familia a encontrar alimentos (1 Nefi 16:14–16). Así que pidió a su padre que le pidiera orientación al Señor. Debes buscar la ayuda del Señor. Aunque Él no te dé todos los detalles, puede guiarte y bendecirte en tus esfuerzos.

Una vez más, en la vida suceden cosas. Sin embargo, la próxima vez que sucedan, recuerda a Nefi y su arco. Siempre hay algo que puedes hacer y el Señor puede bendecirte.

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