“Decisiones pequeñas y sencillas”, Para la Fortaleza de la Juventud, febrero de 2024.
Decisiones pequeñas y sencillas
Ser joven no es un entrenamiento para la edad adulta. Las decisiones que tomes ahora determinan quién estás llegando a ser.
Antes de que existieran las lámparas eléctricas, la gente a veces pasaba semanas cada año sumergiendo mechas pesadas en cera, dejándolas enfriar brevemente y volviéndolas a sumergir cientos de veces. Cada vez que la vela entraba en la cera, salía más grande de lo que había entrado. El proceso podría haber parecido lento, pero capa tras capa, las velas se volvían como tenían que ser: fuertes para llevar luz a todos.
A veces podría parecer que estás esperando a que empiece la vida, pero las buenas decisiones que tomas hoy añaden capas de fuerza a la persona en la que te estás convirtiendo. El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo: “No esperes para vivir. Esto no es un ensayo, no es un simulacro, no es una rutina previa a una actuación. Esto es todo. Esto es la vida real. No demores. Saborea cada minuto”1. No tenemos que esperar a ser fuertes para llevar la luz de Cristo.
Cambiamos por elección, no por accidente
Cuando Nefi no entendía las enseñanzas de su padre, podría haberse frustrado, pero en lugar de eso le pidió a Dios que le enseñara (véase 1 Nefi 10:17). Cuando su arco se rompió, podría haberse dado por vencido, pero se humilló e hizo un arco nuevo en su lugar (véase 1 Nefi 16:18–23).
Cuando su familia llegó a la orilla del mar y Dios le ordenó a Nefi que construyera un barco, podría haber levantado las manos, enojado porque Dios le pedía que hiciera otra cosa difícil. En lugar de eso, pidió instrucciones a Dios y se puso a trabajar (véase 1 Nefi 17:9–11). Cada vez, tenía la opción de alejarse de Dios o de añadir otra capa de fuerza.
No podemos esperar que un día seamos velas de fe fuertes y brillantes a menos que dejemos que nuestras decisiones cotidianas nos fortalezcan. Leer las Escrituras, arrepentirse diariamente, orar siempre: pueden parecer insignificantes en la guerra contra Satanás, pero estos simples actos de fe añaden capas a nuestra fuerza para elegir rectamente sin importar lo que Satanás nos arroje.
Entonces, ¿qué eliges? ¿Eliges añadir capas a tu fe en el Padre Celestial y en Jesucristo, o crees que puedes enfrentarte a Satanás sin ellas? ¿Te esfuerzas por elegir la rectitud en lugar de la rebelión?
Una capa a la vez
El profeta Alma escribió: “… por medio de cosas pequeñas y sencillas se realizan grandes cosas” (Alma 37:6). La hermana Marjorie Pay Hinckley, esposa del Presidente de la Iglesia Gordon B. Hinckley, nos alentó: “Cuando miramos hacia atrás a décadas de vida, vemos que las cosas aparentemente insignificantes que hacemos una y otra vez en realidad tejen el patrón de nuestra vida. Y si esas cosas pequeñas y sencillas son buenas, acabaremos habiendo vivido una vida plena, ¡y eso es algo grandioso!”2
Mediante nuestras decisiones, nosotros, como la vela, podemos fortalecernos capa tras capa en las manos de nuestro Hacedor. ¿Qué vas a elegir?