Hogares Y Familias Espiritualmente Fuertes
“Las normas del Señor para la edificación de un templo se aplican también para la edificación de la fortaleza espiritual de los hogares.”
Mis queridos hermanos y hermanas, el tema que elegí para hoy es la edificación de hogares y familias espiritualmente seguras.
Durante la conferencia de la Estaca Manitoba, Canadá, hace algunos años, la hermana Karen Beaumont describió sus sentimientos con respecto a las violentas tormentas de ese invierno en su comunidad, de esta manera:
“Me encantan las tormentas de invierno … Cuando empieza a soplar el viento y a caer la nieve, empieza a nacer dentro de mi un sentimiento de entusiasmo … Cuando ya no puedo ver los arboles de la granja de mi vecino … ¡llamó por teléfono a mi esposo! … El entonces pasa a buscar a los niños a la escuela … Es difícil describir lo que siento cuandonuestra familia se encuentra reunida en el hogar y la tormenta azota afuera … ¡Y me encanta! Todos están a salvo y estamos juntos. Tenemos mucha comida y agua, y mientras mas dure la tormenta, mejor … Estamos aislados del mundo … Nos abrigamos en el calor de nuestro hogar y en el calor de nuestro amor. Mi corazón rebosa y estoy en paz. A veces pienso que me gustaría permanecer así para siempre, con mi familia a mi alrededor, protegidos, apartados de las influencias malignas del mundo, pero, desafortunadamente, la tormenta se aleja finalmente, nos abrimos paso al exterior y allí estamos nuevamente enfrentando al mundo”.
Quizás todos nosotros a veces deseemos retiramos y aislarnos de las tormentas de la vida y de los dardos encendidos del adversario; sin embargo, debemos permanecer en el mundo pero no ser del mundo, o en otras palabras, caminar en medio del pecado, de la maldad y de la corrupción que existe en el mundo, pero resistirla y rechazarla. Puede intimidamos el estar en el mundo dado que vivimos en una época en que Satanás se ha convertido en mas y mas audaz. El Señor dijo: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” (Juan 17:15).
LA MALDAD EN EL MUNDO
En un informe reciente titulado l crisis de la niñez”, se refleja un aspecto de esa maldad. Los editores de una revista norteamericana hicieron un estudio profundo sobre la niñez:
“De los 65 millones de norteamericanos menores de 18 años, [muchos] viven en la pobreza, el 22% vive en un hogar con un solo padre, y casi el 3% vive sin ningún padre. La violencia entre los jóvenes es … desenfrenada … Las peleas en los parques, que solían terminar en sangre de narices, terminan ahora en una desgracia. Las escuelas que una vez consideraron el hablar en clase como una ofensa capital, ahora controlan entre los niños el uso de armas, los interrogan sobre drogas … Una buena educación publica, calles seguras y cenas familiares-con ambos padres- parecen antiguos recuerdos de un distante pasado … Los padres de aproximadamente 2.750 niños se separan o se divorcian cada día … Cada día mas de 500 niños de entre los 10 y 14 años empiezan a utilizar drogas ilegales, y mas de 1.000 empiezan a beber alcohol. Cerca de la mitad de los estudiantes de enseñanza media abusan de las drogas o [se involucran en acciones inmorales]” (Luis S. Richman, “Struggling to Save Our Kids”, Fortune, 10 de agosto de 1992, págs. 34–35). La información de otros países es igualmente alarmante.
Estas como muchas otras enfermedades de la sociedad actual tienen sus raíces en la desintegración de la familia. Si Satanás debilita o destruye la relación de amor entre los miembros de la familia, puede causar mas sufrimiento e infelicidad a mas gente que lo que podría hacer de cualquier otra forma.
LOS HOGARES PUEDEN PROPORCIONAR LA SEGURIDAD
Es en el hogar donde se pueden curar la mayoría de las enfermedades de la sociedad. El hacer que nuestros hogares sean fortalezas de rectitud para protegernos del mundo requiere de nosotros trabajo y diligencia constantes. El simple hecho de ser miembros de la Iglesia no garantiza una familia fuerte y feliz; a menudo los padres se ven abrumados; muchos deben hacer la tarea completa sin la ayuda de su compañero, mientras siguen enfrentando el dolor emocional del divorcio. El Señor nos ha proporcionado un plan que nos ayudara a tener éxito en el cumplimiento de los cometidos que enfrentemos.
En el plan de salvación, todas las familias son instrumentos preciosos en las manos del Señor para ayudar a los hijos de Dios en su camino hacia un destino celestial. La labor mas importante que podemos hacer es el modelar en rectitud un alma inmortal, y el hogar es el lugar para lograrlo. Con el objeto de alcanzar esta tarea eterna, debemos centrar nuestro hogar en el evangelio. Cuando abunda la paz y la armonía, siempre estará presente el Espíritu Santo. Se pueden detener las tormentas de la maldad a la entrada de nuestros hogares.
Asegurémonos que el fundamento espiritual de todo hogar es la roca de nuestro Redentor, como enseñó Helamán: “Y ahora bien, recordad, hijos míos, recordad que es sobre la roca de nuestro Redentor, el cual es Cristo, el Hijo de Dios, donde debéis establecer vuestro fundamento, para que cuando el diablo lance sus impetuosos vientos, si, sus dardos en el torbellino, sí, cuando todo su granizo y furiosa tormenta os azoten, esto no tenga poder para arrastraros al abismo de miseria y angustia sin fin, a causa de la roca sobre la cual estáis edificados, que es un fundamento seguro, un fundamento sobre el cual, si los hombres edifican, no caerán” (Helamán 5:12).
Las normas del Señor para la edificación de un templo se aplican también para la edificación de la fortaleza espiritual de los hogares: “Organizaos; preparad todo lo que fuere necesario; y estableced una casa, si, una casa de oración, una casa de ayuno, una casa de fe, una casa de instrucción, una casa de gloria, una casa de orden, una casa de Dios” (D. y C. 88: 119). ¿Seguimos este consejo del Señor? ¿Hacemos lo que nos pide? Haríamos bien en edificar nuestros hogares de acuerdo con este plan o estarán destinados a caer.