“De más valor que las suelas”
El 14 de febrero de 1878, el esposo de Anna Gaarden Widtsoe, John, murió. A los veintinueve años de edad, ella quedó viuda con dos niños pequeños: John, de seis años, y Osborne, de dos meses. Widtsoe trasladó a su pequeña familia de Namsos a Trondheim para estar cerca de sus familiares y que sus hijos pudieran recibir una mejor educación. Allí abrió una tienda de ropa para complementar la pensión de su esposo.
Un día, Widtsoe le envió al zapatero Olaus Johnsen un par de zapatos del pequeño John para que les pusiera suelas nuevas. Cuando le fueron devueltos, encontró dentro de cada zapato un folleto de índole religiosa. Movida por la curiosidad, mandó un segundo par de zapatos gastados al taller de Johnsen.
Tras explicarle las reparaciones que deseaba, se dio media vuelta para salir, pero el zapatero la detuvo: “Puedo darle algo de mayor valor que las suelas para los zapatos de sus hijos”.
“¿Qué puede darme usted, un zapatero, que sea mejor que las suelas para los zapatos de mis hijos?”, objetó ella.
“Si tan solo escucha”, dijo él, “puedo enseñarle la manera de hallar la felicidad en esta vida y a prepararse para el gozo eterno en la vida venidera”.
Al descubrir que Johnsen era Santo de los Últimos Días, Widtsoe recordó las cosas terribles que había oído acerca de esa religión y se marchó a toda prisa. Sin embargo, no podía negar el poder de aquellas palabras. Durante cerca de dos años, Widtsoe asistió con frecuencia a las reuniones que tenían lugar en una sala del hogar de Johnsen. Las cosas que aprendía a menudo entraban en conflicto con las tradiciones de su familia y de su país, pero resonaban poderosamente en su corazón y en su mente. El 1 de abril de 1881, Anna Widtsoe fue bautizada en las aguas heladas del fiordo de Trondheim.
Muchos familiares y amigos trataron de convencerla de que había sido engañada, pero ella no dio marcha atrás. Encontró apoyo en los miembros de la Rama Trondheim. Widtsoe se entregó de lleno a la obra del Evangelio y llegó a ser líder en la Sociedad de Socorro de la rama. Más adelante decidió que era más probable que sus hijos crecieran en su nueva fe en Utah. En octubre de 1883, Anna, John y Osborne Widtsoe emprendieron el largo viaje a Sion.