Mensaje de las Maestras Visitantes
Sigamos las impresiones del Espíritu Santo
Lean lo siguiente con las hermanas a las que visiten y comenten las preguntas, los pasajes de las Escrituras y las enseñanzas de los líderes de la Iglesia. Compartan sus experiencias y su testimonio, e inviten a las hermanas a hacer lo mismo.
¿Por Qué Es Importante Que Tengamos el Don del Espíritu Santo?
Juan 14:26: “…el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”.
2 Nefi 32:5: “…si entráis por la senda y recibís el Espíritu Santo, él os mostrará todas las cosas que debéis hacer”.
Presidente James E. Faust, Segundo Consejero de la Primera Presidencia: “Los Santos de los Últimos Días, tras haber recibido el don del Espíritu Santo por medio de la imposición de manos, están facultados para recibir revelación personal en las cosas cotidianas al igual que cuando se ven enfrentados a los gigantescos ‘Goliats’ de la vida” (“Comunión con el Espíritu Santo”, Liahona, marzo de 2002, pág. 4).
¿Cómo Nos Habla el Espíritu Santo?
D. y C. 8:2–3: “…hablaré a tu mente y a tu corazón por medio del Espíritu Santo que vendrá sobre ti y morará en tu corazón.
“Ahora, he aquí, éste es el espíritu de revelación; he aquí, es el espíritu mediante el cual Moisés condujo a los hijos de Israel a través del Mar Rojo sobre tierra seca”.
Presidente Boyd K. Packer, Presidente en Funciones del Quórum de los Doce Apóstoles: “…podríamos estar demasiado ocupados para prestar atención a la inspiración del Espíritu… es una voz espiritual que se recibe en la mente como un pensamiento que entra en el corazón” (“Lenguas de fuego”, Liahona, julio de 2000, pág. 10).
¿Cómo Podemos Mejorar Nuestra Capacidad de Percibir las Impresiones del Espíritu?
Moroni 8:26: “…la remisión de los pecados trae la mansedumbre y la humildad de corazón y por motivo de la mansedumbre y la humildad de corazón viene la visitación del Espíritu Santo, el cual Consolador llena de esperanza y de amor perfecto, amor que perdura por la diligencia en la oración”.
Presidente Marion G. Romney (1897–1988), Segundo Consejero de la Primera Presidencia: “Si desean obtener y mantener la guía del Espíritu, pueden hacerlo siguiendo un sencillo programa de cuatro puntos: Uno, orar. Orar con diligencia… Dos, estudiar y aprender el Evangelio. Tres, vivir rectamente; arrepentirse de sus pecados… Cuatro, servir en la Iglesia” (“La guía del Espíritu Santo”, Liahona, agosto de 1980, pág. 5).
Presidente Gordon B. Hinckley: “No podemos recibir mayor bendición en la vida que… el compañerismo del Espíritu Santo para guiarnos, protegernos y bendecirnos, yendo delante de nosotros, por así decirlo, como una columna y una llama para guiarnos por las sendas de la verdad y la rectitud. Ese poder rector del tercer miembro de la Trinidad puede ser nuestro si vivimos dignos de ello” ( Teachings of Gordon B. Hinckley, 1997, pág. 259).
-¿Qué cambios puedo hacer a fin de recibir este notable don y disfrutar de él más plenamente en mi vida?