Tiempo para compartir
Soy un hijo de Dios
“…Y todos vosotros hijos del Altísimo” (Salmos 82:6).
Nombra algunas de tus canciones favoritas de la Primaria. ¿Por qué escogiste esas canciones? Puede que te gusten por tener una melodía agradable o un mensaje importante.
Una canción que es la favorita de los niños de la Primaria en todo el mundo es “Soy un hijo de Dios”. Las hermanas Naomi W. Randall y Mildred T. Pettit la compusieron en 1957 para una conferencia de la Primaria. La hermana Randall oró pidiendo ayuda para escribir el mensaje y aquella noche se despertó con la letra de la canción en mente. Se la envió a la hermana Pettit, quien hizo el arreglo musical.
Unos años después, el presidente Spencer W. Kimball sugirió que se cambiara “Enséñenme la senda a conocer” a “Enséñenme la senda a seguir”, y añadió: “No basta con saber… tenemos que hacer algo”. (Véase “Fun with Favorites”, Tambuli , junio–julio de 1985, pág. 4.)
Al cantar esta canción, aprendes verdades importantes, como por ejemplo que eres en verdad un hijo de Dios, que nuestro Padre Celestial te ha enviado a un hogar donde tienes unos padres que te pueden ayudar y, especialmente, que al hacer lo correcto, algún día podrás volver a vivir con nuestro Padre Celestial.
Dibujo personalizado y marco
Retira la página 5 de la revista. Corta por la línea gruesa y oscura y pega el marco a una cartulina gruesa. Dobla hacia abajo la línea de puntos de la parte inferior para formar la base del marco. Para decorarlo, corta los dibujos que reflejen las cosas que te gustan o deseas hacer, o haz tus propios dibujos, y luego pégalos al marco. Pega una foto (o un dibujo que hayas hecho) de ti en medio del marco y colócalo donde te recuerde que eres un hijo de Dios y que has sido bendecido con muchos talentos.
Ideas para el Tiempo para compartir
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1. Ponga a la vista algunas fotos de los niños de su Primaria y hable de cómo cada niño es diferente y especial. Testifique de la naturaleza divina de todo niño. Escriba en la pizarra el Artículo de Fe Nº 7, para ayudarles a memorizarlo. Pida a los niños que lo repitan; luego escoja a uno de ellos para que borre una o dos palabras y pídales que lo repitan de nuevo. Siga con este proceso hasta que no queden más palabras en la pizarra. Hablen de varios talentos y rasgos de la personalidad, tales como el ser buenos en los deportes, la música o el arte y el ser amigables y amables. Pida a los niños que formen un círculo; escoja a uno de ellos para que se ponga en el medio y que lance una bolsita de maíz u otra cosa a alguien del círculo y mencione un talento, como por ejemplo “deportes”, en voz alta y cuente rápidamente hasta 10. El niño que tome la bolsita debe nombrar un talento deportivo, como por ejemplo “jugar al fútbol”, antes de que el niño que esté en el círculo llegue a 10; en caso contrario, el niño o la niña que no haya podido contestar toma su lugar en el círculo. Canten “Soy un hijo de Dios” ( Canciones para los niños, págs. 2–3).
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2. Pida a los niños que nombren a personas de las Escrituras a las que admiren, como Moisés, Daniel, David, Ester, Pablo, Nefi y Alma, y escriba la lista en la pizarra. Divida los niños en grupos y permítales que escojan una de las personas de la lista y representen el relato de la vida de dicha persona (véase La enseñanza: el llamamiento más importante, 2000, págs. 188–189). A medida que los grupos presenten sus dramatizaciones, pida a los niños de la Primaria que adivinen quién es el personaje cuya historia se esté representando. Después de cada representación, comenten las cualidades de nobleza y grandeza que tenga el personaje de las Escrituras. Canten canciones o himnos que hablen de esas cualidades. Lean Abraham 3:22–23 y testifique que todas esas personas fueron escogidas en la vida preterrenal. Explique que también cada uno de los niños fue escogido antes de nacer y anímeles a llevar una vida semejante a las de las personas nobles y grandes de las Escrituras.