Los santos de Hyderabad, India
La antigua ciudad de Hyderabad, en la India, con sus 400 años de existencia, bulle bajo el ajetreo de una población de aproximadamente cuatro mil doscientos millones de personas. En esta ciudad donde lo antiguo y lo tradicional se mezcla con el progreso y el mundo de los negocios, quienes caminan por sus calles oyen muchos de los idiomas que se hablan en la India.
La lengua oficial es el hindi, la cual habla el treinta por ciento de la población. El inglés es el idioma oficial asociado y el que más comúnmente se utiliza para la educación avanzada, el gobierno y el comercio. El Libro de Mormón ha sido traducido al hindi y al telugu, y selecciones del mismo se han traducido al bengalí y al tamil. Hay además unos trescientos idiomas conocidos en la India, pero hay uno que es universal: el idioma del Espíritu.
Desde los humildes comienzos de la Iglesia en la India, en 1850, ésta ha crecido hasta llegar a tener tres distritos y veintidós ramas en esa predominante nación hindú. La primera capilla que se construyó en la ciudad de Hyderabad, un centro de ciencia y tecnología ubicado en la parte sur de India central, se terminará en diciembre de 2003.
“Es un sueño hecho realidad”, dice Gundey Solomon Israel, de dieciocho años, al que se le llama por su apellido. “El diseño de la capilla en sí me hace sentir el Espíritu. Agradezco a mi Padre Celestial que contestara mis oraciones”.
Al terminarse la capilla, los miembros de la Iglesia y los investigadores de Hyderabad tendrán un hermoso edificio en el cual reunirse y sentir el idioma del Espíritu en su corazón, como le ocurrió a Israel hace tres años.
“Cuando fui por primera vez a la Iglesia, quedé sorprendido al ver el amor que reinaba entre los santos. Eran tan felices; podía ver la luz del Evangelio en sus rostros”, recuerda Israel.
Al igual que Israel, Madhu Bunga, de diecisiete años, recuerda la primera vez que asistió a una reunión de la Iglesia y sintió el Espíritu.
“Me sentí feliz de ver a tanta gente extraña acercarse y sentarse junto a mí e interesarse en mi vida”, dice Madhu, que asistió por primera vez a una reunión de la Iglesia en diciembre de 2000. “Me sentí asombrado de ver cómo la gente enseñaba y comprendía las cosas por medio del Espíritu de Dios. Me sentí encantado y corrí a mi casa pensando que tenía el mundo entero en mis manos”.
Para mantener el Espíritu en su vida, Madhu y otros miembros jóvenes de la Iglesia asisten a la Iglesia y a seminario, y participan en proyectos de servicio de la comunidad.
“Soy el único miembro de la Iglesia de mi familia”, explica Madhu. “Para mantenerme firme asisto a seminario regularmente. Hemos llevado a cabo muchos proyectos de servicio; por ejemplo, ir a los centros caritativos para enseñar a los niños inglés, hacerles cuentos divertidos y jugar con ellos. Fui con los hombres y las mujeres jóvenes a un hospital del gobierno para pintar las paredes y hemos ayudado a los miembros de la Iglesia cuando se han mudado”.
Joseph Cornelius, presidente de la Rama Hyderabad 1, también es consciente de la importancia del servicio y de la asistencia a la Iglesia para sentir el Espíritu.
“Los miembros tienen algunos proyectos de servicio, tales como recolectar ropa para el asilo de niños una vez al año”, dice el presidente Cornelius. “Asistimos a todas las reuniones y actividades de la Iglesia; efectuamos oraciones familiares y noches de hogar”.
Hace poco, los miembros de las ramas Hyderabad 1 y 2 juntaron ropa usada y compraron arroz y cereal para donar al refugio de niños. Las personas que dirigen el refugio van a la estación de trenes del lugar, buscan a los niños que viven allí y los llevan al refugio para que tengan un lugar donde dormir. En el refugio también se les brinda estudios y orientación.
Cuando los miembros de la Iglesia llegaron al refugio, fueron recibidos con gran afecto. Después de conversar, jugar y reírse, los miembros lijaron las paredes del refugio, las cuales necesitaban urgente reparación, y luego que se hubieron pintado con la pintura donada, el refugio tuvo una apariencia más limpia y alegre.
Ya sea en un proyecto de servicio o en una discusión amigable sobre el Evangelio, el Espíritu sigue susurrando el Evangelio a muchas personas de Hyderabad. A pesar de ser suave, el idioma del Espíritu es claro, uniendo a los santos a lo largo y a lo ancho de uno de los países más populosos del mundo.