2003
Preparémonos por medio de una vida próvida y el pago de los diezmos y las ofrendas
diciembre de 2003


Mensaje de las maestras visitantes

Preparémonos por medio de una vida próvida y el pago de los diezmos y las ofrendas

Por medio de la oración, seleccione y lea de este mensaje los pasajes de las Escrituras y las enseñanzas que mejor satisfagan las necesidades de las hermanas a las que visite. Comparta sus experiencias y su testimonio, e invite a las hermanas a las que enseñe a hacer lo mismo.

¿Qué es la vida próvida y cómo puede bendecirnos?

Presidente Spencer W. Kimball (1895–1985): “ ‘El llevar una vida próvida’… incluye la administración prudente de nuestros recursos, la planificación sabia de los asuntos económicos, el proveer plenamente para la salud personal y el prepararse adecuadamente en lo que concierne a los estudios académicos y al progreso en el trabajo, concediendo la atención adecuada a la producción y al almacenamiento en el hogar, así como al desarrollo de la capacidad de recuperarse emocionalmente después de una desgracia…

“Hagamos estas cosas porque son justas, porque nos llenan de satisfacción y porque somos obedientes a los consejos del Señor… Es cierto que vendrán tiempos difíciles, pues el Señor lo ha dicho… Pero si vivimos prudente y próvidamente, estaremos tan a salvo como si estuviéramos en la palma de Su mano” (“Welfare Services: The Gospel in Action”, Ensign, noviembre de 1977, pág. 78).

Presidente Gordon B. Hinckley: “Una y otra vez se nos ha aconsejado en cuanto a la autosuficiencia, en cuanto a las deudas, en cuanto a la frugalidad…

“Almacenemos alimentos que nos sostengan durante un tiempo en caso de necesidad, pero no nos llenemos de pánico ni nos vayamos a los extremos; seamos prudentes en todo respecto. Y sobre todo… sigamos adelante con fe en el Dios Viviente y en Su Hijo Amado” (“Los tiempos en los que vivimos”, Liahona , enero de 2002, págs. 84–85).

Bonnie D. Parkin, presidenta general de la Sociedad de Socorro: “La industria publicitaria es muy eficaz para transformar nuestros deseos en necesidades. Muchas veces las tentaciones de adquirir más de lo que nuestros recursos económicos nos lo permiten son abrumadoras, pero el pago regular del diezmo debiera enseñarnos la gestión prudente de las finanzas. El pago del diezmo no nos libera de la necesidad de vivir de acuerdo con nuestros medios. La felicidad familiar no la determinan las cosas, antes bien procede de esposos y esposas que trabajan en unión, que se comunican el uno con el otro y que juntos solucionan los problemas” (conferencia de la mujer, Herriman, Utah, 8 de febrero de 2003).

¿De qué forma contribuyen los diezmos y las ofrendas a nuestra preparación espiritual y temporal?

Malaquías 3:10: “…probadme ahora en esto… si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”.

Presidente N. Eldon Tanner (1898–1982), Primer Consejero de la Primera Presidencia: “El diezmo es un mandamiento con promesa. Si lo obedecemos, se nos promete que prosperaremos en la tierra. Esa prosperidad consiste en más que los bienes materiales: puede incluir el disfrutar de buena salud y agudeza mental. Incluye la solidaridad familiar y el aumento espiritual” (“Constancy amid Change”, Ensign, noviembre de 1979, pág. 81).

Élder Joseph B. Wirthlin, del Quórum de los Doce Apóstoles: “El contribuir una generosa ofrenda de ayuno bendice en abundancia a los que lo hacen y les permite convertirse en socios del Señor y del obispo en ayudar a aliviar el sufrimiento y a fomentar la autosuficiencia… Tal vez debamos evaluar nuestras ofrendas y concluir si somos igual de generosos con el Señor como Él lo es con nosotros” (“El programa inspirado de bienestar de la Iglesia”, Liahona , julio de 1999, pág. 92).