Preguntas y respuestas
“¿Por qué es tan difícil la vida? ¿Me veré alguna vez libre de las pruebas? ¿Cómo puedo perseverar?”
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Las pruebas pueden ayudarte a aprender, a ser humilde y más fuerte.
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Si tomas decisiones correctas evitas algunas pruebas.
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La vida es una prueba; las pruebas son oportunidades de demostrar que deseamos ser fieles.
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Si buscas la ayuda del Señor, Él te apoyará para que superes las pruebas con entereza.
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Acude a Cristo en tus pruebas y Él te dará descanso.
Liahona
La vida sería más fácil sin las pruebas, pero no aprenderíamos ni creceríamos mucho. Las pruebas nos hacen más humildes, nos ayudan a crecer espiritualmente y nos recuerdan que necesitamos la ayuda del Señor. También nos enseñan a apreciar los momentos de tranquilidad; pero, por encima de todo, nos dan oportunidades de demostrar al Señor y a nosotros mismos que seguiremos siendo fieles.
Algunas pruebas forman parte de la vida terrenal, como las catástrofes naturales o la muerte de un ser querido. Si tenemos en cuenta que estas cosas suceden, podemos prepararnos para ellas y, por ende, superarlas mejor.
Otras pruebas son el resultado de nuestras propias decisiones o de las de otras personas, como los errores o pecados. Al tomar decisiones correctas, podemos evitar ocasionar algunas de esas pruebas. Es difícil sobrellevar bien las pruebas que nos sobrevienen por causa de otras personas. Puede que un amigo le haya vuelto la espalda, o que sus compañeros de clase hablen de manera vulgar. En ese tipo de pruebas, debemos estar dispuestos a perdonar, permanecer fieles y pedir al Señor que nos dé Su ayuda y consuelo.
Depende de nosotros lo bien o lo mal que soportaremos las pruebas. Los que crecen por causa de las pruebas son los que permanecen cerca del Señor y se preguntan: “¿Qué puedo aprender de esto?”. Los que se compadecen de sí mismos en las pruebas se preguntan: “¿Por qué yo?”.
Observa cómo afectó de manera desigual a los nefitas una larga guerra que tuvieron con los lamanitas: “muchos se habían vuelto insensibles por motivo de la extremadamente larga duración de la guerra; y muchos se ablandaron a causa de sus aflicciones, al grado de que se humillaron delante de Dios con la más profunda humildad” (Alma 62:41; cursiva agregada). A todos les afectó la guerra, pero no todos crecieron como resultado de ella.
A continuación hay algunas sugerencias para hacer frente a las pruebas de manera positiva: (1) Busca el Espíritu —el Consolador— mediante la oración, el ayuno, el estudio de las Escrituras y una vida recta. (2) Sirve a los demás, asiste a la Iglesia y al templo y pasa tiempo con amigos y familiares que te den su cariño. Estas cosas te pueden aportar paz. (3) Procura mantener una perspectiva equilibrada; incluso durante las pruebas, todavía te quedan muchas cosas buenas en la vida. Por último, (4) pide consejo a tus padres y a tu obispo o presidente de rama sobre cómo superar la prueba.
¿Te has dado cuenta de que cuando ves a una persona que esté atravesando una prueba por la que tú ya has pasado, eres capaz de comprenderla mejor y estás más dispuesto a ayudarla? Del mismo modo, el Salvador ha tomado sobre Sí tus pruebas —entre ellas tus dolores, enfermedades y debilidades— y tiene una compasión y una capacidad perfectas para ayudarte (véase Alma 7:11–12). Durante las pruebas, recuerda lo que dijo Él: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).
Lectores
Dios nos envió a la tierra para probarnos. No es fácil, pero es necesario para nuestro crecimiento y progreso. Pide ayuda al Señor específicamente para convertirte en una persona perseverante, y ora a Él para obtener consuelo. Te tomará de la mano y derramará muchas bendiciones sobre tu cabeza. No pierdas la esperanza, sino permanece cerca del Evangelio. Es lo único que ayuda de verdad.
Lia C., 19, Italia
Nuestro Padre Celestial no nos saca del horno de la aflicción sino hasta que haya visto Su semblante en nosotros. Aprende a enfrentar las pruebas con optimismo porque ¡son para tu bien! Sé feliz a pesar de tener todo en tu contra. Éste es el camino hacia una mayor rectitud. Las pruebas fortalecen nuestra relación con nuestro Padre Celestial y Jesucristo. Pide consuelo en oración, escudriña las Escrituras y en todo momento mantén una perspectiva eterna.
Odessa B., 18, Filipinas
Muestra agradecimiento por tus pruebas, porque son una bendición. Dios ya sabe cómo les harás frente. Ora a tu Padre Celestial y pídele la fuerza y la paciencia que necesitas y el Señor te apoyará.
Sarah M., 16, Alemania
Mi obispo se ha convertido en mi mejor amigo por motivo de los momentos difíciles por los que he pasado. Aconsejo con insistencia a que todos hablen con su obispo. Él te ama y desea ayudarte. Aparte de eso, si has recibido la bendición patriarcal, léela a menudo ya que te servirá de guía durante las experiencias difíciles.
Kaycee H., 20, Montana, E.U.A.
En cada prueba tengo dos opciones: dejarme vencer o aprender de ellas. A veces me siento perdida y sola, pero es importante permanecer cerca de nuestro Padre Celestial para que en esos momentos podamos recibir consuelo. Ora, lee las Escrituras y fortalece tu testimonio. Las pruebas serán más llevaderas a medida que fortalezcas tu relación con el Padre Celestial y Jesucristo.
Lita J., 20, Alberta, Canadá
Vinimos aquí para que se nos probara, para aprender y crecer. Las pruebas son una parte esencial del aprendizaje. Al pasar por pruebas frecuentes, nos mantenemos preparados y listos para desafíos mayores que puedan venir. Es más fácil perseverar si oramos, leemos las Escrituras y guardamos santo el día de reposo. Recuerda que podemos superar cualquier prueba, como dice en 1 Corintios 10:13.
Jesse H., 14, Nevada, E.U.A.
El Señor no nos envía pruebas que sabe que no podemos soportar. Esa convicción me ha ayudado mucho durante las pruebas. Cuando echo la vista atrás y veo el dolor que he sufrido, lo que más me llama la atención es que el Señor me ama. He aprendido alguna que otra lección que puedo incorporar a mi trayecto por la vida y que puedo utilizar para ayudar a alguien que esté pasando por lo mismo. El Señor está con nosotros en cada paso del camino.
Liz O., 20, Inglaterra
Nuestra vida terrenal es un periodo de probación y es necesario que experimentemos los afanes de la vida y que se nos tiente, para demostrar si somos dignos de regresar a la presencia de nuestro Padre Celestial. El adversario procura desviarnos de la barra de hierro; pero a medida que sigamos a Cristo y Su Evangelio, quedaremos a salvo del mal. Resulta más fácil perseverar si tenemos fe en que este mundo es sólo una etapa del plan de salvación.
Celso O., 19, Brasil
Las respuestas tienen por objeto servir de ayuda y exponer un punto de vista, y no deben considerarse como pronunciamientos de doctrina de la Iglesia.
“Cuando las cargas de la vida se vuelven muy pesadas, cuando las aflicciones ponen a prueba nuestra fe, cuando el dolor, la tristeza y la desesperación hacen que la luz de la esperanza tiemble y se debilite, la comunicación con nuestro Padre Celestial nos brinda paz”.
Presidente Thomas S. Monson, Primer Consejero de la Primera Presidencia, “Finishers Wanted”, Ensign, junio de 1989, pág. 5.