Consejo para discursos
Si se te ha pedido que des un discurso en la Iglesia, no te preocupes: prepárate. Recuerda que el Señor ha prometido lo siguiente: “…si estáis preparados, no temeréis” (D. y C. 38:30). Mientras prepares y organices tu discurso, piensa en incluir una experiencia personal positiva sobre la manera en que el tema del Evangelio que se te haya asignado funciona en tu vida y te acerca a Jesucristo.