2008
LAS AMISTADES
Octubre de 2008


LAS AMISTADES

Podía haberme pasado a mí

Elige amistades que tengan las mismas normas elevadas que tú tienes. Trata a todos con bondad y respeto. Invita a las actividades de la Iglesia a los amigos que tengan otras creencias religiosas. Extiende una mano de ayuda a los nuevos conversos y a los menos activos.

Cuando yo tenía siete años, se mudó a mi vecindario una niña con la cual hice amistad. Nos gustaban las mismas cosas y teníamos una buena influencia recíproca. Tomábamos buenas decisiones porque nuestros padres nos habían enseñado a ser prudentes al tomarlas.

Pero cuando llegamos al sexto grado, tomamos algunas decisiones incorrectas a fin de ser parte de nuestro grupo de amigos que tenían normas más bajas. Al año siguiente, decidí que para vivir de acuerdo con normas más elevadas debía cambiar mis amistades para poder empezar otra vez a decidir correctamente. Mi único problema era que mi amiga y yo seguíamos siendo amigas y no quería dejar de estar con ella.

Lo que tuve que hacer fue muy difícil. Toda mi vida se me había dicho que debía elegir buenos amigos y mantener mis normas elevadas; pero no tenía el testimonio de la razón por la cual eso era importante, así que tuve que confiar en que eso era lo correcto. Durante el verano y mientras cursamos el octavo grado, dejamos de pasar tanto tiempo juntas y al fin optamos por tomar diferentes caminos.

Más tarde, ese mismo año, vi las bendiciones de mi decisión: mis amigas anteriores decidieron llevar bebidas alcohólicas a la escuela; convencieron a otras jovencitas a tomar y todas ellas se metieron en problemas. Me di cuenta de que yo podría haber sido una de esas chicas; si hubiera estado con ellas, no sé si habría tenido la fortaleza para defender mis creencias.

Cuando pienso en las consecuencias que habría tenido que enfrentar, me siento abrumada. Tal vez habría luchado con la adicción, habría hecho algo ilegal, habría perdido la confianza de mis padres, pero, sobre todo, habría traicionado la confianza que mi Padre Celestial tiene en mí.

Sé que lo que nos dice el Profeta en cuanto a vivir de acuerdo con normas elevadas es para nuestra protección. Aunque podamos considerarlo como un inconveniente, nos ayuda espiritual, física, mentalmente, y de otras formas que ni siquiera percibimos.