LA OBSERVANCIA DEL DÍA DE REPOSO
Estaba donde debía estar
Utiliza el día de reposo para adorar al Señor, asistir a la iglesia, acercarte más a tu familia y ayudar a los demás. No busques diversiones ni gastes dinero en el día de reposo. De ser posible, evita trabajar los domingos.
¿Han tenido alguno de esos domingos en que no sienten deseos de ir a la iglesia? Yo sí, en particular últimamente. Me he trasladado a la Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, y asisto a un barrio nuevo; no es que la gente del barrio no sea simpática y amable, pero no son mis amigos de donde vivía.
Después de la primera vez que asistí al barrio, tomé la resolución de que de ahí en adelante iría sólo a la reunión sacramental. A la semana siguiente, llegué tarde; al entrar en la capilla, unas cuantas personas me saludaron, y luego me senté. Allí, empecé a extrañar mucho a mi gente; todo lo que quería era estar de regreso en mi barrio anterior, ver las caras amistosas de los que me conocían bien.
En ese momento se puso de pie la primera discursante y empezó a hablar. Era como si estuviera dirigiéndose a mí; habló de sentirse sola en una nueva ciudad, y entonces me di cuenta de que yo no era la única en esa situación. Después, el segundo discursante dio otro mensaje que tuvo para mí un significado personal. Antes de terminar la reunión, el obispo habló y dijo cuánto nos amaba a cada uno de nosotros; dijo también que sabía que había personas que confiaban en que él las atendiera y velara por ellas.
Al cantar el último himno, supe que estaba donde debía estar. No había sentido esa paz desde hacía mucho tiempo, y sabía que provenía del Padre Celestial. Él nos conoce a cada uno de nosotros y sabe cuáles son nuestras necesidades; ese día me dio lo que me hacía falta, y sé que si sigo guardando Sus mandamientos, Él siempre lo hará.