Para los más pequeños
Nuevos amigos, viejos amigos
“En todo tiempo ama el amigo” (Proverbios 17:17).
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Era domingo por la mañana y Lissa estaba nerviosa. Los límites de su barrio habían cambiado y eso quería decir que ese día tendría que ir a un barrio nuevo. Papá y mamá vieron que Lissa estaba preocupada.
¿Qué sucede?
No voy a conocer a nadie del barrio. ¿Por qué cambiaron nuestro antiguo barrio?
En realidad es algo bueno. La Iglesia está creciendo. Eso significa que más personas han aceptado el Evangelio.
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¿Alguna vez volveré a ver a mis amigos del otro barrio?
Nos aseguraremos de que así sea. Puedes invitarlos a casa para tu cumpleaños.
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En la iglesia, Lissa entró en el salón de la Primaria y vio a algunos de sus amigos del antiguo barrio, pero también había muchas caras nuevas. Durante la clase, Lissa y los otros niños participaron en un juego que los ayudaba a aprender los nombres de los demás. Los niños nuevos parecían ser simpáticos.
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Después de la clase, Lissa encontró a sus padres y a su hermanito menor esperándola en el pasillo.
Mamá, ¿puedo invitar también a los niños nuevos a casa para mi cumpleaños?
¡Qué buena idea!
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Esa semana Lissa y su mamá hicieron invitaciones para los niños del barrio anterior y para los niños del barrio nuevo.
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El día del cumpleaños de Lissa, llegaron todos los niños e hicieron el mismo juego que habían jugado en la Primaria para que todos aprendieran los nombres de los demás.
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¿Te divertiste?
¡Sí! ¡Ahora tengo viejos amigos y nuevos amigos!