Seminario matutino celebra 60 años
El seminario matutino puede presentar un desafío, pero durante los últimos 60 años, más de un millón de miembros adolescentes de la Iglesia han aprendido que vale la pena el esfuerzo de levantarse antes de que salga el sol y tratar de concentrar su mente, y no sólo su vista, en las Escrituras.
“El dedicar unos pocos minutos al día a las Escrituras, compartir el testimonio y sentir el Espíritu no sólo fortalece a los jóvenes al ir a la escuela, sino que además tiene un efecto sanador a medida que la expiación de Jesucristo actúa en su vida”, dijo Kelly Haws, administrador asistente de los seminarios e institutos de religión. “Es una gran oportunidad para los jóvenes”.
Cómo nació el seminario matutino
Las primeras clases de seminario se llevaron a cabo en 1912 durante el horario regular de clases de la escuela Granite High School de Salt Lake City, Utah, EE. UU., dentro de un edificio de seminario adyacente a la misma. Sin embargo, a medida que pasaban los años, eran cada vez más los jóvenes de la Iglesia que se inscribían en el también creciente sistema de educación pública, pero que no tenían acceso a las clases de seminario como los alumnos de Granite High.
Al aumentar rápidamente la cantidad de miembros del sur de California a fines de la década de 1940, la necesidad de educar a los jóvenes en el Evangelio inspiró a un grupo de presidentes de estaca a pedir que se estableciera el programa de seminario de la Iglesia en el área del sur de ese estado.
Durante el año escolar 1948–1949, Marion D. Hanks, quien más tarde sirvió en la Presidencia de los Setenta, tuvo éxito en la enseñanza de una clase de seminario matutino en la escuela West High School de Salt Lake City. El llevar a cabo clases similares parecía una solución lógica para los Santos de California, así que las once estacas recibieron aprobación para formar trece clases de seminario matutino.
Satisfacer diferentes necesidades
Desde que comenzó el programa oficial durante el año escolar de 1950–1951, el seminario matutino se ha extendido por todos los Estados Unidos y por todo el mundo, y así ha ayudado a jóvenes de todas partes a aprender las Escrituras y a aplicar los principios del Evangelio. Su nombre oficial se cambió recientemente por el de “seminario diario”, dado que no todas las clases se realizan temprano por la mañana.
En parte, lo que hace que el seminario diario tenga tanto éxito es su flexibilidad. Los programas se organizan a nivel de estaca y de distrito y, de acuerdo con las necesidades y las circunstancias de los jóvenes, de los padres y de los líderes del sacerdocio, las clases se pueden organizar en un solo barrio o una sola rama o conjuntamente con varios barrios o ramas.
Mientras que aproximadamente 115.000 alumnos todavía cuentan cada año con el beneficio de tener el programa de seminario integrado al plan regular de enseñanza secundaria, el cual se realiza durante las horas de escuela en las áreas donde existe una gran concentración de miembros de la Iglesia, son casi 217.000 los alumnos de seminario de todo el mundo que participan en seminario diario.
Debido a que algunos jóvenes de la Iglesia viven demasiado lejos de otros miembros de la Iglesia como para participar del programa de seminario integrado al plan regular de enseñanza secundaria o a las clases de seminario diario, se establecieron las clases de seminario de estudio individual supervisado. Los alumnos de estudio individual supervisado pasan cuatro días a la semana estudiando el material asignado en forma independiente, y luego se reúnen una vez por semana con otros alumnos de estudio individual para hablar acerca de lo que han aprendido.
Una piedra cortada, no con mano
En la actualidad, las clases de seminario se llevan a cabo en cada estado de los Estados Unidos y en 140 países de todo el mundo. En 1948 Canadá fue el primer país en el exterior de los Estados Unidos en el que se incorporó seminario. Con la expansión de seminario matutino, México fue el siguiente en 1958; Finlandia y Alemania, en 1962; Japón, en 1963; Panamá, en 1964; y con el correr de los años, ha habido otros países. Hace muy poco, en 2008, se empezaron a llevar a cabo clases de seminario en Benín, Georgia y Marruecos.
A medida que seminario se esparce por todo el mundo, se está formando una comunidad de alumnos de seminario. Sin importar dónde vivan los alumnos de seminario, aprenden de memoria los mismos versículos de dominio de las Escrituras, estudian los mismos pasajes de las Escrituras, sienten el mismo Espíritu a medida que su testimonio crece y conforme trabajan para edificar el mismo reino.
Las bendiciones del sacrificio
Los alumnos de seminario, ya sea que participen del programa de seminario integrado al plan regular de enseñanza secundaria, de seminario diario o de estudio individual supervisado, llevan a cabo sacrificios que los acercan más al Padre Celestial.
“Cuando un joven de quince años decide: ‘Me levantaré a las cinco de la mañana para ir a seminario’, eso no sólo es un sacrificio, sino que el usar de ese modo el albedrío es una declaración al Padre Celestial que se responde con una bendición”, dijo el hermano Haws.
Esas bendiciones son tan reales en la actualidad como lo fueron hace sesenta años y, seminario, en todas sus formas, sigue bendiciendo la vida de jóvenes de todo el mundo.