¡Creemos!
Creemos que una mujer joven virtuosa, guiada por el Espíritu, puede cambiar el mundo. Como presidencia general de las Mujeres Jóvenes, hemos observado a mujeres jóvenes que hacen lo que creen que es correcto, que son testigos, que viven las normas del Evangelio y que están marcando una auténtica diferencia. Es increíble lo que una mujer joven puede lograr cuando es virtuosa, escucha la voz apacible y delicada del Espíritu Santo, y después actúa.
Cuando José Smith escribió el decimotercer artículo de fe, expresó todo lo que podemos y debemos buscar y llegar a ser como creyentes. José Smith sabía que debemos creer en normas y valores y aspirar a estas cosas para tener el poder y la fortaleza del Espíritu Santo. Sabía que deberíamos seguir al Salvador en palabras y hechos. Sabía que al hacer esto nos prepararíamos para ser dignas de las bendiciones del templo.
Cree en ti misma
¿Cómo puedes hacer esto? ¿Cómo guiarás a otras personas para que sigan el ejemplo del Salvador, vivan una vida virtuosa y se preparen para el templo? En primer lugar, ¡cree en ti misma! Tu valentía y fortaleza te han permitido llegar a ser líder, y tu compromiso marcará una tremenda diferencia este año. Tus ideas, innovaciones y acciones pueden moldear el mundo ahora y en el futuro.
En el mundo tecnológico en el que vives, tienes la capacidad de inundar la tierra con aquellas cosas que son virtuosas, bellas y dignas de alabanza. Tienes a tu alcance la capacidad de testificar del evangelio de Jesucristo al mundo entero. Nunca antes ha habido una generación con tal capacidad, bendición y oportunidad.
Tres cosas y una más… ¡todos los días!
Creemos en ti. Ha llegado el momento de unirnos y dar comienzo a un cambio que te dará poder a ti misma y que bendecirá a los demás. Te invitamos a seguir haciendo tres cosas, y una más, cada día.
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Ora todas las mañanas y todas las noches.
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Lee el Libro de Mormón al menos cinco minutos al día.
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¡Sonríe!
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Además, te invitamos a obedecer y vivir las normas que se indican en Para la Fortaleza de la Juventud. Familiarízate con estas normas, compártelas con los demás y sé ejemplo de los creyentes.
Durante este año, cree. Cree que eres una hija del Padre Celestial, que te ama y te ayudará. Cree en el Salvador, Jesucristo. Él es tu luz; Él es tu esperanza; Él es tu ejemplo y tu Redentor. ¡Cree en ti misma! Cree en el poder de todas las mujeres jóvenes que viven las normas. Todas juntas podemos aspirar a todo aquello que es virtuoso, bello y digno de alabanza. Todas juntas podemos marcar la diferencia en nuestro mundo.
Creemos que ustedes son la generación cuyas creencias y acciones cambiarán el mundo. ¡Creemos en ustedes!