¿Va a compartir su testimonio?
LaReina Hingson, Indiana, EE. UU.
Recientemente tuve la oportunidad de asistir a la reunión sacramental en otro estado, con miembros de la Iglesia a los que no conocía. Para entablar conversación con el hermano que estaba a mi lado, le pregunté si pensaba compartir su testimonio cuando llegara el momento. Me dijo que sí y después me preguntó: “¿Y usted?”.
“No, probablemente no”, respondí. Entonces añadí: “Pero la Iglesia es verdadera, y el Evangelio también”.
Poco después ya había olvidado nuestra breve conversación. Cuando llegó la oportunidad de expresar los testimonios, se nos invitó a ser breves para que muchas personas tuvieran la oportunidad de compartir su testimonio. Cuando el hermano con el que había hablado se levantó y compartió su testimonio, admitió que no había tiempo suficiente para compartir todo lo que deseaba acerca del Evangelio y de la felicidad que brinda. En vez de ello, compartió las palabras de su conversación conmigo, una persona a la que acababa de conocer, y cómo mi simple afirmación lo resumía todo: la Iglesia es verdadera y el Evangelio también. Eso es lo importante.
Al meditar en esa experiencia, comprendo que nos es posible compartir nuestro testimonio de muchas maneras y que podemos ejercer una influencia positiva en los demás incluso en un breve momento. Por muy breve que sea nuestro intercambio con una persona, podemos causar una impresión favorable en cuanto al Evangelio y a nosotros mismos.
Aquel día no compartí mi testimonio desde el púlpito, pero mi breve testimonio fue compartido e influyó tanto en el hermano con quien hablé como en las personas que escucharon su testimonio.