Querida amiga
¡Hola desde México! Me encantó recibir tu carta y que me contaras sobre tu cumpleaños que ya se aproxima. Parece que te asusta un poco dejar la Primaria. ¿Quieres que te cuente de cuando yo pasé a las Mujeres Jóvenes?
Yo también estaba nerviosa en cuanto a dejar la Primaria. Me preocupaba que quizás no tendría amigas y me asustaba ser una de las niñas más jóvenes en lugar de una de las mayores.
Pero todo salió bien. El obispo me entrevistó antes de mi cumpleaños y me dijo que el cambio sería algo bueno. El domingo todavía tenía vergüenza y me quedé en el salón de la Primaria. Por suerte, una de las líderes de las Mujeres Jóvenes me encontró allí y me dijo: “¡Ya sabía que te encontraría aquí! Vamos, es hora de ir a clase”.
La hermana Díaz me dio la bienvenida durante la apertura y me dio tres libros que he llegado a apreciar mucho: Para la Fortaleza de la Juventud, el Progreso Personal, y un diario personal. Al mirar alrededor del salón, me di cuenta de que conocía a algunas de las chicas de la Primaria; algunas de las que no conocía me saludaron y pronto sentí paz en lugar de temor.
Después de eso, las cosas cada vez fueron mejor. Las actividades de la Mutual han sido especiales para mí porque me han enseñado cómo vivir el Evangelio y cómo ayudar a mi familia y amigos. ¡Ir al campamento cada año es muy divertido! Ahora que soy laurel, espero terminar mi Progreso Personal pronto. Ya no veo la hora de poder usar el medallón de las Mujeres Jóvenes para que me recuerde cuánto me he ido acercando a mi Padre Celestial con el pasar de los años.
No tengas miedo, amiga mía. Abre tus alas y vuela a las Mujeres Jóvenes, te prometo que no te arrepentirás.
Con amor,
Maribel