2012
Fortalecidos por la palabra
Octubre de 2012


Fortalecidos por la palabra

young man with a backpack

Fotografías por Josué A. Pena y Gloria HIATT.

Adolescentes testifican de ocasiones en las que las Escrituras les enseñaron, los consolaron y los guiaron.

Pedimos a jóvenes que nos hablaran de alguna ocasión en la que les hubiese sido útil un pasaje de las Escrituras que hubieran memorizado, tal como lo mencionó el élder Richard G. Scott, del Quórum de los Doce Apóstoles, en la conferencia general de octubre de 2011 (véase el recuadro lateral). A continuación se encuentran algunas de las respuestas.

Paz a mi alma

“Hijo mío, paz a tu alma; tu adversidad y tus aflicciones no serán más que por un breve momento” (D. y C. 121:7).

El pasaje que me ha dado más consuelo a través de los años es Doctrina y Convenios 121:7, cuando el profeta José Smith estaba en la cárcel de Liberty implorando la ayuda del Padre Celestial. Aprendí ese pasaje de memoria en seminario y lo recuerdo cuando necesito consuelo. Me recuerda que mi Padre Celestial me ama y que está al tanto de mis pruebas. He usado este versículo para encontrar paz en los momentos de frustración y debilidad.

Ese versículo me ayudó cuando estaba en una fiesta donde el ambiente decayó al punto que yo sabía que no debía estar allí. Cortésmente les dije que no a mis amigos cuando me pidieron que tomara o fumara. Ese pasaje me dio las fuerzas que necesitaba para defender mis creencias.

Ese pasaje también me ayudó a tomar una decisión difícil. Mi amiga y yo habíamos sido inseparables durante cinco años; jugábamos deportes juntas, íbamos de viaje juntas y pasábamos los fines de semana juntas; pero ella empezó a salir con un grupo de amigos mayores con los que yo no quería relacionarme. Al final me hizo escoger entre tenerla como amiga o ser fiel a mis creencias en cuanto a la Palabra de Sabiduría y a la ley de castidad. Yo estaba deshecha; nunca había imaginado que el defender mis creencias fuera algo tan difícil; pero decidí hacer nuevas amistades, teniendo siempre en mente la promesa que nuestro Padre Celestial le hizo a José Smith de que todo saldría bien.

No hay nada que valga poner en riesgo mis creencias, y siento gozo verdadero y perdurable cuando elijo lo correcto. Este pasaje de las Escrituras ha fortalecido mi testimonio y me ha brindado ayuda cuando la he necesitado.

Lauren J. 16 años, Arkansas, EE. UU.

Que las cosas débiles sean fuertes

Meses antes del examen de ingreso a la escuela secundaria no me sentía preparado. Estaba seguro de que sería imposible que saliera bien, así que acudí en oración a mi Padre Celestial. Mientras oraba, acudieron a mi mente estas palabras: “Si los hombres vienen a mí, les mostraré su debilidad. Doy a los hombres debilidad para que sean humildes; y basta mi gracia a todos los hombres que se humillan ante mí; porque si se humillan ante mí, y tienen fe en mí, entonces haré que las cosas débiles sean fuertes para ellos” (Éter 12:27).

Me di cuenta de que cuando le pido fuerzas a mi Padre Celestial para enfrentar desafíos y pruebas, Él me bendice y me ayuda a superar mis debilidades. El expresarle al Señor mi preocupación fue la mejor decisión que pude haber tomado. Él es el mejor maestro, y yo sé que me ayudó.

Irvin O. 16 años, El Salvador

Ora siempre

“Ora siempre para que salgas triunfante; sí, para que venzas a Satanás y te libres de las manos de los siervos de Satanás que apoyan su obra” (D. y C. 10:5).

Este versículo me ayuda a enfrentar las tentaciones. Cuando estoy a punto de hacer algo que sé que está mal, acuden a mi mente este versículo y su mensaje. Cada vez que oro después de recibir esa inspiración recibo la ayuda que necesito para vencer las tentaciones que enfrento.

Jesse F. 17 años, Utah, EE. UU.

Estoy contigo

“Sé paciente en las aflicciones, porque tendrás muchas; pero sopórtalas, pues he aquí, estoy contigo hasta el fin de tus días” (D. y C. 24:8).

El memorizar este pasaje ha sido una bendición, especialmente cuando me he sentido atemorizada o sola. Cuando lo recuerdo, me da valor y me siento mejor. Como hombres y mujeres jóvenes necesitamos guía y apoyo, especialmente al afrontar pruebas y desafíos difíciles. Aunque a veces el futuro nos parezca incierto o desalentador, sé que puedo confiar en el Señor y recibir Su cálido abrazo.

Cuando era pequeña, en mi hogar y en la Primaria me enseñaron que el Señor siempre estaría a mi lado si yo hacía mi parte. Gracias a esas enseñanzas y también a este pasaje de las Escrituras sé que siempre puedo confiar en Él.

Sofía I. 15 años, Uruguay

Fotografías por Welden C. Andersen y Christian Ibanez.