Despejar nuestra agenda para la conferencia
Ya que nuestro tiempo no estuvo lleno de actividades adicionales, pudimos sentir más el Espíritu mientras escuchamos la conferencia general.
Hace años, cuando nuestros seis hijos eran pequeños, decidimos que queríamos que la conferencia general fuera más significativa para nosotros y hablamos sobre la importancia de escucharla con mentes claras y cuerpos descansados. La conferencia es un tiempo importante para recibir instrucción de nuestros profetas actuales, de modo que nos pusimos la meta de no planear nada extra para unos días antes ni para el fin de semana de la conferencia. Cancelamos esos días de nuestra agenda y cada uno de nosotros se comprometió a no programar actividades extras durante esos días.
Si ustedes deciden hacer algo similar, el enfoque que usen será exclusivo para su familia y su situación, pero en nuestra familia definimos “las actividades extras” como: asistir a actividades de la escuela, recibir visitas de los niños del vecindario, realizar actividades fuera de casa con amigos, tener fiestas o cenas con amigos y familiares, llevar a cabo proyectos o trabajos de jardinería en medio o durante las sesiones de la conferencia, postergar los proyectos de la escuela para última hora y aceptar tareas adicionales en el trabajo.
Cuando llegó la semana anterior a la conferencia general, a veces resultaba difícil decir que no a esas actividades, pero la mayoría de las veces, los miembros de nuestra familia tomaron con alegría las decisiones correctas para cumplir con nuestra meta. Notamos que nuestros hijos menores deseaban ser parte de la conferencia general, y creo que fue porque hablamos acerca de la importancia de la conferencia una y otra vez a lo largo de la semana previa a ella.
Me complace decir que el despejar nuestra agenda los días antes y durante la conferencia cambió por completo la experiencia de nuestra familia. Nuestros corazones y nuestras mentes estuvieron preparados para la conferencia y nuestro tiempo no estuvo lleno de actividades adicionales, por lo que pudimos sentir el Espíritu cuando nos sentamos y escuchamos el consejo de los líderes.
Hemos mantenido nuestra meta después de esa conferencia porque el hacerlo llena nuestro hogar de paz. Aunque varios de nuestros hijos ya no viven en casa, los animamos a que aún eliminen actividades de su agenda algunos días antes y durante la conferencia como lo hacemos en casa. También tratamos de programar un tiempo para ver una sesión de la conferencia con toda la familia. Espero que a medida que nuestros hijos se casen y tengan sus propios hijos, continúen dando suma importancia a proteger su experiencia de la conferencia, manteniendo sus agendas libres de otras actividades.