Están invitados
¿A quién no le gusta recibir una invitación? Cuando recibimos una invitación para ir a un cumpleaños o a una boda, nos sentimos felices de celebrar junto a las otras personas los momentos importantes de su vida. El lema de la Mutual para el año 2014 contiene una jubilosa invitación de significado eterno: “Venid a Cristo, y perfeccionaos en él, y absteneos de toda impiedad” (Moroni 10:32).
Muchas invitaciones solicitan una respuesta —SRC— para confirmar si se aceptan o no. ¿Han respondido a esta invitación que se les ha hecho? Venir a Cristo significa que guardamos el convenio sagrado que hicimos cuando fuimos bautizados; significa que hemos aceptado a Jesucristo como nuestro Salvador y Redentor personal; significa que reconocemos y creemos lo que Alma enseñó a su hijo Shiblón: “…no hay otro modo o medio por el cual el hombre pueda ser salvo, sino en Cristo y por medio de él” (Alma 38:9). El aceptar esta invitación significa que nos hemos comprometido a seguir el ejemplo perfecto de Cristo por medio de una vida consagrada y virtuosa, y de amar y servir a los demás.
Esta invitación no es un acontecimiento que ocurre una sola vez; es un proceso. Se nos invita a seguir el sendero que nos guiará al templo, donde hacemos convenios adicionales con nuestro Padre Celestial y participamos en ordenanzas esenciales para nuestra exaltación. Ese sendero podría incluir servir en una misión; incluirá el matrimonio en el templo y el llegar a ser hombres y mujeres rectos en el reino de Dios. También significa perseverar hasta el fin. Como dice la invitación, cuando venimos a Cristo, nos perfeccionamos en Él. Cristo hace posible que nos mantengamos en el sendero del convenio por medio de la fe en Él y del arrepentimiento. Este proceso de llegar a ser perfeccionados puede comenzar hoy; la expiación de Cristo lo hace posible.
Esta invitación requiere que nos abstengamos de toda impiedad: que seamos diferentes en cuanto a la moda, las normas y las prácticas del mundo. Se nos invita a “desechar las cosas de este mundo y buscar las de uno mejor” (D. y C. 25:10). Testificamos que el aceptar la invitación de “venir a Cristo y ser perfeccionados” nos dará felicidad en esta vida y vida eterna en el mundo venidero. ¡Los invitamos a que respondan hoy!