Voces de los Santos
Gratitud
Durante unos cuantos años, muchas formas de vivir han cambiado en mi país, Venezuela. Hay días alentadores y otros días son una desafiante manera de ser pacientes; pero una cosa sí he aprendido — la ley del diezmo es como hablar de la ley de gravedad.
Ni un sólo día desde que atravesamos esta situación me he sentido abandonada. Al contrario, una fuerza más allá de la fortaleza física que poseo se alínea para vivir en gratitud. El dinero nunca es suficiente, pero jamás nos ha faltado, y allí veo la mano del Señor sosteniéndonos.
A pesar de estar separados por distintas partes en el continente, la familia se sostiene con la oración; allí la fortaleza y la energía para bendecir a los menos favorecidos con lo que podemos, pero sé que guardar la ley del diezmo nos protege del enemigo. Y nunca falta la harina ni el aceite.