Las mujeres de los primeros días de la Restauración
De una sociedad de costura a la Sociedad de Socorro
¿Qué podía hacer Margaret Cook para contribuir a la construcción del Templo de Nauvoo, siendo una hermana soltera de recursos limitados?
A principios de la década de 1840, los santos de Nauvoo eran pobres y los medios eran escasos. Por necesidad, todos tuvieron que participar en la construcción de casas y negocios. No obstante, su principal interés era construir el Templo de Nauvoo.
Los líderes de la Iglesia a menudo pedían a los santos de la región y de otras partes que ayudaran con mano de obra y materiales. En el periódico de la Iglesia, Times and Seasons, se les enseñó a los santos que “el templo ha de construirse mediante los diezmos y la consagración, y cada persona tiene la libertad de consagrar lo que le dicte el corazón […], ya sea dinero o cualquier otra cosa con la que sea bendecido”. Los líderes de la Iglesia también los instaron a que donaran “ropa de cama, calcetines, mitones, zapatos, ropa de todo tipo y suministros en general […] a fin de brindar comodidad a los trabajadores durante este invierno”1.
El 1.º de marzo de 1842, Margaret Cook visitó a Sarah Kimball con el fin de hacerle un trabajo de costura. Hablaron de los recientes llamados a apoyar a los trabajadores del templo. Los recursos de Margaret eran escasos, pero sus aptitudes de costura podrían ser de ayuda para aquellos que necesitaran ropa. Ella dijo que, si se le proporcionaba la tela, “le complacería contribuir con las tareas de costura”2. Sarah dijo que ella pondría el material y, conforme siguieron conversando, se preguntaron si habría otras personas que también quisieran ayudar. Hablaron con sus amigas en cuanto a la organización de una sociedad de costura.
Esa conversación, motivada por Margaret y Sarah que actuaron bajo inspiración, dio pie a otras interacciones inspiradas con otras personas, entre ellas el profeta José Smith. En respuesta, el Señor le dijo a Su profeta que tenía “algo mejor” para las mujeres e inspiró a José a organizarlas “de acuerdo con el modelo [del sacerdocio]”3. Así se estableció el fundamento de revelación de lo que hoy conocemos como la Sociedad de Socorro, una de las organizaciones de servicio más antiguas y grandes del mundo integrada por mujeres.