Solo en formato digital: Retratos de Fe
El Señor me sanó
Desde que encontramos La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, no nos han faltado bendiciones.
Durante muchos años, estuve enfermo. Tomaba medicamentos, pero mi condición nunca mejoraba. Difícilmente podía caminar una manzana sin detenerme a descansar unas tres o cuatro veces. Pensaba que quizás estaba siendo probado por no asistir a una iglesia.
Mi esposa, Silvia, y yo estamos muy agradecidos a los hermanos y las hermanas que nos ayudaron a unirnos a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Un hermano dijo: “No voy a decirte que tienes que ir a la Iglesia. Es el Señor el que te pide que vayas”.
Eso es lo mismo que llegamos a sentir.
Nos arrepentimos de nuestros pecados cuando nos hablaron de la Iglesia. El arrepentimiento es sumamente importante. Renunciamos a nuestros vicios y rogamos al Señor que nos perdonara nuestros pecados y que se aferrara a nosotros hasta que muramos.
Después de que encontramos el Evangelio y empezamos a asistir a las reuniones, comencé a sentirme mejor. Después de que comenzamos a asistir al templo, mi salud mejoró aún más. Incluso pude jugar fútbol de nuevo. El Señor me sanó de mi enfermedad. Mi esposa y yo todavía tenemos problemas físicos, pero gracias a nuestra fe, el Señor nos bendice y fortalece.
Desde que encontramos la Iglesia, no nos han faltado bendiciones. Pagamos nuestro diezmo y el Señor nos da mucho más de lo que nosotros le damos. Estamos agradecidos por el hogar que nos ha dado; estamos agradecidos por tener suficiente como para poder ayudar a los pobres; estamos agradecidos por la vida sana que hemos disfrutado. Somos muy felices. Amamos la Iglesia y estamos agradecidos por ella. ¡Sabemos que es verdadera!
Sabemos que nuestras vidas están en las manos del Padre Celestial y de Jesucristo, y por eso oramos al Padre Celestial varias veces al día. No sabemos cuándo llegará el momento de morir, cuando el Señor venga por nosotros, pero estamos agradecidos porque nos ha mostrado la senda de regreso a Él.