“Alma 41: Jesucristo restaura todas las cosas”, El Libro de Mormón: Manual del maestro, 2024
“Alma 41”, El Libro de Mormón: Manual del maestro
Alma 41
Jesucristo restaura todas las cosas
Después de enseñar a Coriantón acerca de los peligros de sus pecados, Alma se esforzó por corregir enseñanzas falsas. Enseñó a Coriantón verdades importantes para ayudarlo a entender el plan de restauración del Padre Celestial y para ayudarlo a arrepentirse. Esta lección te ayudará a darte cuenta de que la maldad no puede conducir a la felicidad.
Algunas posibles actividades de aprendizaje
Creencias sobre la vida después de la muerte
Piensa en cómo tus acciones podrían verse influenciadas si creyeras cualquiera de las siguientes afirmaciones incorrectas:
No hay vida después de la muerte.
Después de morir, seremos exaltados sin importar cuáles fueron nuestras obras en la tierra.
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¿Por qué es importante tener una comprensión correcta de lo que nos sucederá después de morir?
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¿Qué sabes acerca de la vida después de la muerte que influye en tus acciones aquí y ahora?
El significado de la restauración
Recuerda que Alma estaba enseñando a su hijo Coriantón, quien había cometido pecados graves (véase Alma 39) y tenía preguntas sobre el Evangelio. En Alma 41 aprendemos que Coriantón estaba confundido por las enseñanzas de personas que se habían desviado del evangelio de Jesucristo.
Lee Alma 41:1 para saber lo que Coriantón no entendía. (En las enseñanzas de Alma, la palabra restauración se refiere a algo que se devuelve o se lleva de nuevo a un estado anterior. Quizás te resulte útil saber que tergiversar las Escrituras quiere decir desviar, distorsionar o cambiar su significado).
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¿Qué era lo que Coriantón no entendía?
Para ayudar a Coriantón a arrepentirse, Alma le enseñó la doctrina verdadera. Alma sabía que “[l]a verdadera doctrina, cuando se entiende, cambia la actitud y la conducta” (Boyd K. Packer, “No temáis”, Liahona, mayo de 2004, pág. 79). Comprender la doctrina de la restauración nos ayuda a entender por qué las decisiones que tomamos en esta vida son tan importantes.
Lee Alma 41:2–9 para averiguar lo que Alma enseñó a fin de tratar la inquietud de Coriantón.
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¿A qué seremos restaurados después de morir?
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Según Alma, ¿cómo es posible esta restauración?
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¿Cómo podría ese conocimiento de la restauración alentar a alguien como Coriantón a regresar a la senda de los convenios?
“La maldad nunca fue felicidad”
Lee Alma 41:10 y averigua lo que Alma enseñó a su hijo acerca de la restauración, la iniquidad y la felicidad.
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¿Qué malentendido de Coriantón corrigió Alma?
En Alma 41:10 aprendemos que la maldad nunca fue felicidad.
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Al pensar en las enseñanzas de Alma acerca de la ley de la restauración, ¿por qué crees que es verdad que “la maldad nunca fue felicidad”?
Comprender la naturaleza de Dios
El plan de restauración de Dios es algo más que un plan para que vivamos de nuevo; es un plan para ayudarnos a llegar a ser semejantes a Él y experimentar Su felicidad.
Lee Alma 41:11 y busca la razón por la que es imposible ser feliz de verdad cuando se toman malas decisiones. Podría ser útil saber que la “hiel de amargura” (versículo 11) se refiere a experimentar un pesar extremo o una intensa aflicción emocional como resultado del pecado.
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¿Qué diferencias has visto entre la felicidad que Dios ofrece y la felicidad del mundo?
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¿Cuáles son las ideas falsas que ves que se promueven y que no brindan felicidad, aunque resulten tentadoras?
El élder Marcus B. Nash, de los Setenta, explicó la relación que existe entre la naturaleza de Dios y la felicidad:
Quiero subrayar que estar “sin Dios en el mundo”, o sea, negarse a vivir de acuerdo con Su evangelio y, por tanto, carecer de la compañía del Espíritu, equivale a encontrarse en un estado contrario a la felicidad. De hecho, el evangelio de Jesucristo es el (fíjense que está en singular, lo cual equivale a decir que es el único) “gran plan de felicidad” (Alma 42:8). Si ustedes eligen cualquier otro estilo de vida o intentan cumplir únicamente aquellas partes del Evangelio que les parezcan convenientes, esa elección los privará del pleno y resplandeciente gozo y felicidad que nuestro amoroso Padre Celestial y Su Hijo han previsto para ustedes (véase Marcus B. Nash, “El gran plan de felicidad”, Liahona, noviembre de 2006, pág. 49).
Para ayudarte a darte cuenta de que la naturaleza de Dios es la felicidad, haz una lista de algunos de Sus atributos o características. Una vez que hayas hecho una lista, piensa en cómo esas características brindan felicidad tanto al Padre Celestial como a otras personas. Por ejemplo, Dios es misericordioso, y debido a que Dios es misericordioso, Él puede sentir gozo por las almas que se arrepienten y extender el gozo del perdón a los demás (véase Doctrina y Convenios 18:13). Escoge al menos una característica o un mandamiento de Dios y describe las maneras en que vivir con esa característica o guardar ese mandamiento puede brindar felicidad.
Ser restaurados a lo bueno
Coriantón creía que podía vivir una vida inicua y aun así resucitar en gloria; según la ley de Dios, eso no podía suceder (véase Gálatas 6:7–8). Alma corrigió a Coriantón y lo invitó a comenzar a dar pasos para regresar a Dios y, con el tiempo, a la felicidad. Lee Alma 41:12–15 para saber cómo Alma alentó a Coriantón a vivir de tal manera que pudiera ser restaurado a lo bueno y a la felicidad.
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Según lo que leíste, ¿qué podría “salir” de una persona si esta deseara que una mayor felicidad “volv[iera] otra vez a [ella]”? (Alma 41:15).
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¿En qué ocasiones has experimentado la verdadera felicidad al vivir el evangelio de Jesucristo?
Piensa en lo que has aprendido en Alma 41 y en tu deseo de ser feliz. Las preguntas siguientes pueden ayudarte a elaborar un plan para hallar mayor felicidad:
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¿Qué puedo empezar a hacer que pueda ayudarme a ser feliz y a ser restaurado a lo bueno?
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¿Qué puedo dejar de hacer que pueda ayudarme a ser feliz y ser restaurado a lo bueno?
Invita al Espíritu Santo a inspirar tus pensamientos y sentimientos. Considera anotar tus impresiones en tu diario personal o en tu ejemplar de las Escrituras, donde puedas repasar esas impresiones. Haz un plan para actuar que incluya cuándo comenzarás y cómo medirás tu progreso.