“31 mayo – 6 junio. Doctrina y Convenios 60-62: ‘Toda carne está en mi mano’”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical Doctrina y Convenios 2021 (2020)
“31 mayo – 6 junio. Doctrina y Convenios 60–62”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical 2021
31 mayo – 6 junio
Doctrina y Convenios 60–62
“Toda carne está en mi mano”
El élder Ronald A. Rasband ha dicho: “Cada uno de nosotros debe primero fortalecerse espiritualmente a sí mismo y después fortalecer a los que nos rodean. Mediten en las Escrituras con regularidad y recuerden los pensamientos y sentimientos que experimentan al leerlas” (“Para que no te olvides”, Liahona, noviembre de 2016, pág. 114).
Anotar sus impresiones
Invitar a compartir
Puede fomentar un análisis significativo invitando a los miembros de la clase a responder alguna pregunta o idea específica que se relacione con los pasajes de las Escrituras que leyeron en el hogar. Por ejemplo, podría invitarlos a compartir algo que hayan aprendido esta semana sobre el Padre Celestial o Jesucristo.
Enseñar la doctrina
Doctrina y Convenios 60:2–3, 7, 13–14; 62:3, 9
El Señor se siente complacido cuando abrimos la boca para compartir el Evangelio.
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Como miembros de la Iglesia, sabemos que el Evangelio restaurado es un gran tesoro que bendice la vida de los hijos de Dios; entonces, ¿por qué a veces titubeamos en compartir nuestro testimonio con otras personas? Considere invitar a la clase a enumerar en la pizarra algunas de las razones por las que quizá no abramos la boca para compartir el Evangelio. Los integrantes de la clase podrían leer Doctrina y Convenios 60:2–3, 7, 13–14; 62:3, 9 en busca de palabras o frases que los inspiren a compartir el Evangelio; tal vez podrían escribir en la pizarra lo que encuentren. Quizá algunos miembros de la clase podrían relatar alguna experiencia en la que hayan vencido sus temores y compartido el Evangelio con alguien.
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A lo largo de Doctrina y Convenios 60–62 hay enseñanzas, tanto explícitas como implícitas, en cuanto a compartir el Evangelio. A fin de ayudar a los de la clase a descubrirlas, podría pedir a cada persona que repase una de esas secciones y que comparta cualquier cosa que halle que le enseñe sobre compartir el Evangelio. Algo que podría mejorar el análisis sería leer acerca de misioneros ejemplares en otros pasajes de las Escrituras (véanse, por ejemplo, Hechos 8:27–40; Alma 19:16–17), y hablar sobre lo que aprendemos de ellos. ¿Qué ejemplos de nuestra propia vida podemos compartir? ¿Puede algún miembro de la clase explicar cómo se le habló del Evangelio por primera vez y qué sintió por quienes le enseñaron? Quizá sea de provecho para la clase representar algunas formas en que podemos “abrir [la] boca” y compartir el Evangelio.
Doctrina y Convenios 60:2–4; 61:1–2, 20, 36–38; 62:1, 6
Las Escrituras nos enseñan sobre Jesucristo.
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Invite a los integrantes de la clase a escribir en la pizarra cualquier cosa que hayan aprendido acerca del Salvador esta semana al estudiar las secciones 60–62, junto con los versículos relacionados. O bien podrían leer Doctrina y Convenios 60:2–4; 61:1–2, 20, 36–38; 62:1, 6 en busca de lo que se enseña sobre el Salvador. ¿Qué relatos de las Escrituras o anécdotas de nuestra propia vida ilustran las funciones y los atributos del Salvador sobre los que hemos aprendido? (Por ejemplo, Juan 8:1–11; Éter 2:14–15). Podría invitar a los de la clase a compartir su testimonio de Jesucristo o a reflexionar en privado acerca de lo que Él significa para ellos.
Doctrina y Convenios 60:5; 61:22; 62:5–8
El Señor quiere que tomemos algunas decisiones “como [nos] parezca bien”.
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Si lo desea, invite a los miembros de la clase a leer Doctrina y Convenios 60:5; 61:22; 62:5–8 en grupos pequeños o de dos personas, y a compartir lo que sientan que sea el mensaje que el Señor nos da. ¿En qué ocasiones han sentido que deben usar su propio criterio al tomar una decisión? Si lo desea, lean las palabras del presidente Dallin H. Oaks, que están en “Recursos adicionales”, como parte del análisis. ¿Cómo pueden los padres y las madres ayudar a los hijos a aprender ese importante principio?
Recursos adicionales
Actuar según nuestro mejor criterio.
El presidente Dallin H. Oaks enseñó:
“El deseo de que el Señor nos guíe es un punto fuerte, pero debe estar unido a la comprensión de que nuestro Padre Celestial deja muchas de las decisiones a nuestro criterio personal. El hecho de tomar decisiones es una de las formas de progresar que hemos de experimentar aquí en la tierra. Las personas que tratan de darle al Señor la responsabilidad de decidir, y suplican revelación en toda elección que toman, pronto encontrarán circunstancias en las que oran para pedir guía y no la reciben. Por ejemplo, es muy factible que eso ocurra en las numerosas situaciones en que las decisiones sean triviales o en que cualquier decisión sea aceptable.
“Debemos estudiar el asunto en nuestra mente, valiéndonos de los poderes de razonamiento que el Creador nos ha dado. Luego, debemos orar pidiendo guía y, si la recibimos, tomar las medidas necesarias para seguirla. Si no la recibimos, debemos actuar basándonos en nuestro mejor criterio” (véase “Nuestros puntos fuertes se pueden convertir en nuestra ruina”, Liahona, mayo de 1995, pág. 15).