“9 – 15 agosto. Doctrina y Convenios 88: ‘Estableced […] una casa de Dios’”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical Doctrina y Convenios 2021 (2020)
“9 – 15 agosto. Doctrina y Convenios 88”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical 2021
9 – 15 agosto
Doctrina y Convenios 88
“Estableced […] una casa de Dios”
Como maestro del Evangelio, usted tiene la responsabilidad de ayudar a los de su clase a “enseñ[arse] el uno al otro la doctrina del reino” y “palabras de sabiduría” (Doctrina y Convenios 88:77, 118). Además de compartir lo que se le inspire enseñar de Doctrina y Convenios 88, inste a los miembros de la clase a enseñarse los unos a los otros lo que hayan aprendido.
Anotar sus impresiones
Invitar a compartir
En ocasiones, una imagen puede fomentar el análisis. Podría mostrar una lámina de una rama de olivo (o dibujar una en la pizarra) e invitar a los integrantes de la clase a compartir versículos de Doctrina y Convenios 88 que los ayuden a entender por qué José Smith habrá llamado esta revelación la “‘hoja de olivo’ […], el mensaje de paz del Señor a nosotros” (encabezamiento de la sección).
Enseñar la doctrina
La luz y la ley provienen de Jesucristo.
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Para ayudar a la clase a comprender Doctrina y Convenios 88:6–50, podría escribir luz y ley en la pizarra, y dividir la clase en dos grupos. Un grupo puede repasar Doctrina y Convenios 88:6–13, 40–50 en busca de lo que se aprende sobre Jesucristo gracias a las referencias que se hacen a la luz en esos versículos. El otro grupo puede leer los versículos 13–26, 34–42 en busca de lo que se aprende acerca de la importancia de seguir Su ley. ¿Qué nos enseñan sobre el Salvador las verdades en cuanto a la luz y la ley en la sección 88? ¿De qué modo nos inspiran a llegar a ser más semejantes a Él?
Doctrina y Convenios 88:62–76, 119–126
Podemos llegar a ser puros mediante la expiación de Jesucristo.
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El mandamiento del Señor: “Santificaos” aparece dos veces en la sección 88 (versículos 68, 74). Si siente la inspiración de analizar lo que aquello significa, podrían comenzar por examinar juntos las definiciones de la palabra santificar o bien repasar algunos de los pasajes que se encuentran en “Santificación” en la Guía para el Estudio de las Escrituras (scriptures.ChurchofJesusChrist.org). También podría invitar a los miembros de la clase a leer Doctrina y Convenios 88:62–76, 119–126 y analizar preguntas como estas con un compañero: ¿Cómo llegamos a ser santificados? ¿Qué promesas del Señor hallamos en esos versículos? ¿Por qué desea el Señor que estemos limpios? También pueden encontrar respuestas a dichas preguntas en el mensaje del presidente Dallin H. Oaks: “Limpios mediante el arrepentimiento” (Liahona, mayo de 2019, págs. 91–94; véase también “Recursos adicionales”).
Doctrina y Convenios 88:77–78, 118–126
El Señor quiere que busquemos conocimiento por el estudio y por la fe.
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El consejo que el Señor dio para ayudar a establecer la “escuela de los profetas” en Kirtland (versículo 137) podría ayudar a la clase en su labor de “enseñ[arse] el uno al otro la doctrina del reino” (versículo 77). Quizás podrían examinar los versículos 77–78 y 118–126 y analizar cómo hacer de la clase una “casa de instrucción” (versículo 119). Los integrantes de la clase podrían escribir algunas “reglas de la clase” o principios basándose en esos versículos, para que guíen el aprendizaje en clase. También puede pedir a los miembros de la clase que expliquen cómo tratan de aplicar dichos principios al “busca[r] conocimiento” (versículo 118).
El templo es la casa de Dios.
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De ser posible, coloque una lámina del templo más cercano en la pizarra, e invite a la clase a escribir junto a ella las palabras del versículo 119 que se usan para describir la Casa del Señor. Invítelos a compartir experiencias que muestren la forma en que el templo concuerda con cada una de las frases descriptivas. Además, podrían analizar cómo puede guiar nuestra vida ese versículo.
Recursos adicionales
Limpios mediante el arrepentimiento
El presidente Dallin H. Oaks enseñó:
“El arrepentimiento comienza con nuestro Salvador; y es un gozo, no una carga […].
“Para ser limpios mediante el arrepentimiento, debemos abandonar nuestros pecados y confesarlos al Señor y a Su juez terrenal, cuando se requiera (véase Doctrina y Convenios 58:43). Alma enseñó que también debemos ‘hace[r] obras de rectitud’ (Alma 5:35). Todo eso es parte de la frecuente invitación en las Escrituras de venir a Cristo.
Es necesario que participemos de la Santa Cena cada día de reposo. En esa ordenanza concertamos convenios y recibimos bendiciones que nos ayudan a vencer todos los hechos y deseos que nos impiden lograr la perfección que nuestro Salvador nos invita a lograr (véanse Mateo 5:48; 3 Nefi 12:48). Conforme nos ‘absten[gamos] de toda impiedad, y am[emos] a Dios con todo [n]uestro poder, mente y fuerza’, entonces podremos ser ‘perfectos en Cristo’ y ser ‘santificados’ mediante el derramamiento de Su sangre para ‘lleg[ar] a ser santos, sin mancha’ (Moroni 10:32–33). ¡Qué promesa! ¡Qué milagro! ¡Qué bendición!” (“Limpios mediante el arrepentimiento”, Liahona, mayo de 2019, pág. 92).