“26 julio – 1 agosto. Doctrina y Convenios 84: ‘El poder de la divinidad’”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical Doctrina y Convenios 2021 (2020)
“26 julio – 1 agosto. Doctrina y Convenios 84”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical 2021
26 julio – 1 agosto
Doctrina y Convenios 84
“El poder de la divinidad”
¿Qué hará para invitar a los miembros de la clase a compartir lo que aprendieron al estudiar Doctrina y Convenios 84?
Anotar sus impresiones
Invitar a compartir
Invite a los integrantes de la clase a compartir con un compañero de clase alguna verdad que hayan encontrado en la sección 84 que los haya inspirado o los haya ayudado a comprender mejor el sacerdocio de Dios. Luego invite a algunos a compartirlo con la clase.
Enseñar la doctrina
Doctrina y Convenios 84:1–5, 17–28, 31–42
Todos tenemos acceso al poder y a las bendiciones del sacerdocio de Dios.
-
El Señor comienza esta “revelación sobre el sacerdocio” (encabezamiento de Doctrina y Convenios 84) enseñando que se edificará un templo en Sion (véanse los versículos 1–5). ¿Cómo puede ayudar a los miembros de la clase a comprender la relación que existe entre los propósitos sagrados de los templos y el sacerdocio? Podría comenzar escribiendo una pregunta en la pizarra, tal como: ¿Cuáles son los propósitos del sacerdocio?, y luego invitar a la clase a buscar respuestas en Doctrina y Convenios 84:17–28, 31–42. ¿De qué modo los templos y las ordenanzas del templo contribuyen a cumplir con esos propósitos?
-
A fin de ayudar a los integrantes de la clase a comprender el poder que el sacerdocio puede tener en sus vidas, podría invitarlos a leer Doctrina y Convenios 84:17–28 y pensar qué sería diferente en sus vidas sin el sacerdocio de Dios. Aliéntelos a compartir por qué están agradecidos por el sacerdocio, así como las experiencias que hayan tenido con el poder del sacerdocio, ya sea en la familia, los llamamientos o la vida personal. ¿Cómo podemos acceder al poder del sacerdocio?
-
El juramento y el convenio del sacerdocio (véase Doctrina y Convenios 84:31–42) se aplica especialmente a aquellos que son ordenados a algún oficio del sacerdocio. Sin embargo, muchas de las bendiciones que se prometen en esos versículos están al alcance de todos. Para ayudar a la clase a ver cómo se aplican esas promesas a ellos, podría invitarlos a leer los versículos 33–42 y a hablar sobre las formas en que nosotros podemos “recibir” el sacerdocio (versículo 35), a los siervos del Señor y al Señor. Además, podrían leer las citas que se hallan en “Recursos adicionales” para averiguar lo que debemos hacer para recibir las bendiciones del sacerdocio. Puede ayudar a los miembros de la clase a pensar en lo que podría incluirse en “todo lo que [el] Padre tiene” (versículo 38), como Sus atributos y el tipo de vida que Él disfruta. ¿Qué más nos llama la atención de estos versículos y afirmaciones?
El Señor sostendrá a quienes le presten servicio.
-
Aunque estos versículos se dirigen a quienes “salga[n] y predique[n] este evangelio del reino” (versículo 80), muchos de los principios que contienen pueden aplicarse a cualquier persona que preste servicio a Dios. Podría asignar a cada miembro de la clase que lea una parte de Doctrina y Convenios 84:61–88, y pedirles que compartan con otro compañero de la clase lo que hayan aprendido que pudiera aplicarse a cualquier persona que sirva al Señor. Los integrantes de la clase podrían escoger un versículo o conjunto de versículos preferidos para memorizarlos, o bien colocarlos donde puedan verlos todos los días. ¿Qué promesas les causan más entusiasmo? ¿Qué compartiríamos de esos versículos para inspirar a quienes sean misioneros de tiempo completo o se estén preparando para servir?
Recursos adicionales
Todos pueden recibir todo lo que el Padre tiene.
El presidente M. Russell Ballard enseñó: “Todos los que han hecho convenios sagrados con el Señor y que honran dichos convenios son dignos de recibir revelación personal, de ser bendecidos con el ministerio de ángeles, de comunicarse con Dios, de recibir la plenitud del Evangelio y, finalmente, de llegar a ser herederos junto con Jesucristo de todo lo que nuestro Padre tiene” (véase “Los hombres, las mujeres y el poder del sacerdocio”, Liahona, septiembre de 2014, pág. 36).
La primera presidencia de la Sociedad de Socorro de la Estaca Salt Lake escribió en 1878: “Nos sentimos verdaderamente agradecidas de que, mediante la bendición de nuestro Padre Celestial, nosotras, Sus siervas, seamos llamadas a ser compañeras en la obra junto a nuestros hermanos para edificar el Reino de Dios sobre la tierra, al ayudar a construir templos, en los que podemos recibir bendiciones por esta vida y por la eternidad. En todas las ordenanzas que se reciben en la Casa del Señor, la mujer está al lado del hombre, tanto a favor de personas vivas como fallecidas, mostrando que el varón no es sin la mujer ni la mujer sin el varón, en el Señor” (Mary Isabella Horne, Elmina S. Taylor y Serepta M. Heywood, “To the Presidents and Members of the Relief Society of Salt Lake Stake of Zion, Greeting!”, Woman’s Exponent, 15 de enero de 1878, pág. 123).