“23 – 29 agosto. Doctrina y Convenios 93: ‘Recib[id] de su plenitud’”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical Doctrina y Convenios 2021 (2020)
“23 – 29 agosto. Doctrina y Convenios 93”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical
23 – 29 agosto
Doctrina y Convenios 93
“Recib[id] de su plenitud”
Las personas a las que enseña son preciados hijos e hijas procreadas como espíritu por Padres Celestiales, y tienen un potencial divino. Tras estudiar Doctrina y Convenios 93, ¿qué se siente inspirado a hacer para ayudarles a crecer en “luz y verdad”? (versículo 36).
Anote sus impresiones
Invitar a compartir
Escriba en la pizarra: En Doctrina y Convenios 93, Jesucristo nos invitó a…. Invite a la clase a sugerir maneras de completar la oración.
Enseñar la doctrina
Adoramos a Dios el Padre y a Su Hijo Jesucristo.
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Al estudiar Doctrina y Convenios 93, es posible que los miembros de la clase hayan encontrado muchas verdades acerca del Padre Celestial y Jesucristo. Invite a varios de ellos a que compartan lo que hayan hallado. También podría dividir la clase en grupos y asignar a cada grupo varios versículos para que los estudien juntos. Luego, cada grupo podría compartir con la clase lo que aprendieron sobre “cómo adorar, y […] qué ador[amos]” (versículo 19).
Podemos “recibi[r] de [la] plenitud [de Dios] y se[r] glorificados”.
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Doctrina y Convenios 93 contiene muchas verdades tocantes a nuestra naturaleza y potencial eternos como hijos de Dios. Es posible que algunos integrantes de la clase hayan descubierto esas verdades al estudiar la sección 93 en el hogar (véase la reseña de esta semana de Ven, Sígueme — Para uso individual y familiar). Quienes lo hayan hecho podrían compartir lo que han hallado, y todos —como clase— podrían encontrar otras verdades. ¿Cómo influyen esas verdades en el modo en que tratamos a quienes nos rodean, o incluso a nosotros mismos?
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La siguiente es otra forma de aprender sobre nuestra naturaleza y potencial eternos: los miembros de la clase podrían leer juntos el versículo 24 y escribir en la pizarra tres títulos: Como somos, Como éramos y Como hemos de ser. Luego podría dividir la clase en tres y pedir a cada grupo que lean detenidamente Doctrina y Convenios 93:6–39 en busca de verdades sobre nuestra identidad eterna presente, pasada o futura. Los de cada grupo podrían escribir debajo del título correspondiente lo que hayan encontrado. ¿Cómo influyen esas verdades en las decisiones que tomamos?
Se nos manda “poner [nuestra] propia casa en orden”.
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El mandamiento de “poner tu propia casa en orden” (versículo 43) no se refiere a ordenar alacenas ni armarios, sino a enseñar —y aprender— “luz y verdad” (versículo 42). Quizá los miembros de la clase podrían mencionar de qué modo tratan de seguir ese consejo. ¿Cuáles son algunos de los desafíos que afrontan? ¿Qué verdades o principios de Doctrina y Convenios 93 pueden ser de ayuda?
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Como parte del análisis de esos versículos, los integrantes de la clase podrían leer partes del mensaje del presidente Henry B. Eyring “Un hogar en el que more el Espíritu del Señor” (Liahona, mayo de 2019, págs. 22–25) y mencionar cualquier reflexión relacionada con las verdades que se hallan en Doctrina y Convenios 93:40–50. (Véase también la cita que está en “Recursos adicionales”).
Recursos adicionales
“Procurar que sean más diligentes y atentos en el hogar”.
El élder David A. Bednar enseñó:
“En mi oficina tengo un hermoso cuadro de un campo de trigo. La pintura se compone de una vasta colección de pinceladas, ninguna de las cuales sería interesante o impresionante si estuviera aislada. De hecho, si uno se acerca al lienzo, todo lo que se aprecia es una masa de pinceladas de pintura amarilla, dorada y marrón que aparentemente no tienen relación ni atractivo alguno. Sin embargo, al alejarse gradualmente del cuadro, todas esas pinceladas se combinan, y juntas producen un magnífico paisaje de un campo de trigo. Son una infinidad de pinceladas ordinarias y sueltas que se unen para crear una bella y cautivadora pintura.
“Cada oración familiar, cada episodio de estudio de las Escrituras en familia y cada noche de hogar es una pincelada en el lienzo de nuestras almas. Ninguno de esos hechos por sí solo puede parecer muy impresionante o memorable, pero así como las pinceladas amarillas, doradas y marrones se complementan entre sí y producen una obra maestra impresionante, de la misma manera nuestra constancia en acciones aparentemente pequeñas puede llevarnos a alcanzar resultados espirituales significativos. ‘Por tanto, no os canséis de hacer lo bueno, porque estáis poniendo los cimientos de una gran obra. Y de las cosas pequeñas proceden las grandes’ (D. y C. 64:33). La constancia es un principio clave para poner los cimientos de una gran obra en nuestra vida personal y para ser más diligentes y atentos en nuestro hogar” (“Más diligentes y atentos en el hogar”, Liahona, noviembre de 2009, págs. 19–20).