“18 – 24 octubre. Doctrina y Convenios 121–123: ‘Oh Dios, ¿en dónde estás?’”Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical Doctrina y Convenios 2021 (2020)
“18 – 24 octubre. Doctrina y Convenios 121–123”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical 2021
18 – 24 octubre
Doctrina y Convenios 121–123
“Oh Dios, ¿en dónde estás?”
La mejor manera de prepararse para enseñar es leer las Escrituras, pensar en las personas a las que se enseña y obedecer al Espíritu. Las actividades de esta reseña pueden complementar la inspiración que usted reciba.
Anote sus impresiones
Invitar a compartir
Invite a los miembros de la clase a escoger un mensaje de Doctrina y Convenios 121–123 que compartirían con alguien que esté sufriendo. Permítales explicar por qué eligieron ese mensaje.
Enseñar la doctrina
Doctrina y Convenios 121:1–33; 122
Si sobrellevamos bien nuestras pruebas, Dios nos exaltará.
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Es posible que haya miembros de la clase que, debido a pruebas difíciles, tengan sentimientos semejantes a los que José Smith expresó en Doctrina y Convenios 121:1–6. Tras leer juntos esos versículos, podría invitar a la clase a buscar y compartir mensajes en los versículos 7–33 que les brinden esperanza y consuelo durante las pruebas. ¿Qué significa “sobrelleva[rlas] bien” (versículo 8)? ¿Cómo nos ayuda el Salvador a hacerlo? ¿Cómo podemos ayudarnos mutuamente a sobrellevarlas bien?
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A efectos de ayudar a los miembros de la clase a pensar en cómo las pruebas pueden “servir[nos] de experiencia” y ser “para [nuestro] bien” (Doctrina y Convenios 122:7), podría entregarles un trozo de papel y pedirles que escriban alguna prueba que hayan atravesado. Al dorso del papel, podrían escribir las palabras “experiencia” y “bien”. Al analizar en conjunto Doctrina y Convenios 122, ínstelos a escribir cualquier idea que se les ocurra acerca del “otro lado” de sus pruebas: la “experiencia” que hayan adquirido o el “bien” que hayan recibido. Tal vez algunos miembros de la clase se sientan lo bastante cómodos para explicar el modo en que su prueba terminó siendo para su bien. O bien podrían leer la experiencia del élder Koichi Aoyagi que se halla en “Persevera en tu camino” (Liahona, noviembre de 2015, págs. 126–128).
Doctrina y Convenios 121:34–46
Debemos ser rectos para acceder a los “poderes del cielo”.
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Podría resultar de interés comparar el modo en que se mantiene el “poder o [la] influencia” en el mundo con el modo en que el Señor enseñó que estos deben mantenerse (véase la sección 121). Para contribuir a dicho análisis, si quiere, haga un cuadro de dos columnas en la pizarra y titule las columnas: Poder del mundo y Poderes del cielo. Los miembros de la clase podrían completar el cuadro con palabras y frases de Doctrina y Convenios 121:34–46. ¿Cómo cambian esos versículos la forma en que vemos nuestras responsabilidades en nuestra familia, como hermanos y hermanas ministrantes, o en otras situaciones en que esperamos influir en los demás para bien?
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Uno de los modos de analizar el consejo y las maravillosas bendiciones que están en Doctrina y Convenios 121:45–46 sería dividir la clase y pedir a cada grupo que lean detenidamente y traten alguna oración de dichos versículos, tales como: “Deja que la virtud engalane tus pensamientos incesantemente” o “como rocío del cielo”. Podrían buscar definiciones de palabras, leer los pasajes de las Escrituras relacionados de las notas al pie de página, y hablar sobre lo que significan esas oraciones para ellos. Es posible que algunos grupos deseen dibujar para ilustrar su oración. Invite cada grupo a explicar a la clase lo que hayan aprendido.
Jesucristo ha descendido debajo de todas las cosas y nos fortalece en nuestras pruebas.
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Comprender que Jesucristo “ha descendido debajo de todo” puede dar confianza a los miembros de la clase para acudir a Él. Estos pasajes adicionales de las Escrituras ayudan a explicar lo que significa dicha expresión: Isaías 53:3–4; Hebreos 2:17–18; 1 Nefi 11:16–33; Alma 7:11–13. Los integrantes de la clase podrían leer los versículos, junto con Doctrina y Convenios 122:8, en busca de algo que aumente su fe en que Jesucristo puede ayudarlos en sus pruebas. También podrían hallar inspiración en himnos sobre el Salvador, como, por ejemplo, “¿Dónde hallo el solaz?” (Himnos, nro. 69).
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La cita que está en “Recursos adicionales” explica en más profundidad cómo el Salvador ha descendido debajo de todo. Tal vez se le ocurra alguna manera de demostrar el modo en que, al estar “debajo” de un objeto pesado, quedamos “en una posición perfecta para levantar[lo]”. ¿Cómo nos ayuda en nuestras pruebas el hecho de saber que el Salvador ha descendido debajo de todo?
Recursos adicionales
Cristo descendió debajo de todo.
El presidente Dallin H. Oaks enseñó: “Hay millones de personas temerosas de Dios que oran a Él para que las libre de sus aflicciones. El Salvador ha revelado que Él “descendió debajo de todo” (Doctrina y Convenios 88:6). Como enseñó el élder Neal A. Maxwell: ‘Habiendo “descendido debajo de todo”, Él “comprende”, perfecta y personalmente, la gama completa de los sufrimientos humanos’ [Liahona, enero de 1998, pág. 26]. Podríamos decir que habiendo descendido debajo de todo, Él está en una posición perfecta para levantarnos y darnos la fuerza que necesitamos para soportar nuestras aflicciones” (“Fortalecidos por la expiación de Jesucristo”, Liahona, noviembre de 2015, pág. 64).