Nuevo Testamento 2023
17 – 23 abril. Mateo 18; Lucas 10: “¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?”


“17 – 23 abril. Mateo 18; Lucas 10: ‘¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?’”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical: Nuevo Testamento 2023 (2022)

“17 – 23 abril. Mateo 18; Lucas 10”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical: 2023

El buen samaritano

El buen samaritano, por Dan Burr

17 – 23 abril

Mateo 18; Lucas 10

“¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?”

Lea Mateo 18 y Lucas 10, y anote sus impresiones espirituales. Cuando las reciba, podría preguntarse, como sugirió el élder Richard G. Scott: “¿Hay algo más que deba saber?” (“Cómo obtener guía espiritual”, Liahona, noviembre de 2009, pág. 8).

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Estos capítulos contienen muchos ejemplos de enseñanzas del Evangelio que difieren de lo que nos enseña el mundo. Los miembros de la clase tal vez podrían mencionar algunos ejemplos que hayan encontrado en su lectura de esta semana. ¿De qué forma nos bendice el Señor cuando ponemos en práctica Sus enseñanzas?

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Enseñar la doctrina

Mateo 18:21–35

Debemos perdonar a los demás para poder recibir el perdón del Señor

  • ¿Cómo podría valerse de la parábola de los dos deudores para inspirar a los miembros de la clase a estar dispuestos a perdonar? Tal vez podría escribir en la pizarra preguntas como las siguientes e invitarlos a meditar en ellas mientras una persona relata la parábola: ¿A quién representa el rey? ¿A quién representa el siervo? ¿A quién representa el consiervo? ¿Qué representan las deudas? Invítelos a que hablen de los mensajes de la parábola que les lleguen de forma personal (véase también “Recursos adicionales”).

  • Podría invitar a la clase a crear una adaptación de la parábola de los dos deudores que enseñe la misma lección sobre el perdón valiéndose de situaciones y detalles actuales. (Considere organizarlos para que trabajen en grupos). Analicen la manera en que la parábola contestó la pregunta de Pedro acerca de cuántas veces debía perdonar.

Monedas antiguas

Jesús habló de dinero y deudas para enseñar sobre el perdón

Lucas 10:25–37

Para obtener la vida eterna, debemos amar a Dios y a nuestro prójimo

  • La siguiente es una idea que podría dar a los miembros de la clase una comprensión más clara de la parábola del buen samaritano: invítelos a que finjan que están investigando un caso de ataques y robos en el camino de Jericó a Jerusalén. Pida a algunos de ellos que vayan preparados para representar a las diferentes personas de la parábola y hablar de su implicación en el caso. Por ejemplo, ¿cuáles podrían ser algunas razones por las que el sacerdote y el levita no se detuvieron para auxiliar al herido? ¿Por qué se detuvo el samaritano? ¿Qué reflexiones podría agregar el mesonero? ¿Qué sentimientos podría haber tenido el hombre herido hacia cada una de las otras personas? Asegúrese de que el análisis inspire a los miembros de la clase a que sean como el buen samaritano y el mesonero, y eviten ser como el sacerdote y el levita.

  • ¿De qué manera responde la parábola del buen samaritano las preguntas que Jesús hace en Lucas 10:25–29? Invite a los miembros de la clase a que hablen de alguna ocasión en la que se hayan sentido como ese hombre (versículo 30) que necesitaba ayuda de forma desesperada. ¿Cómo llegó la ayuda? Como miembros del barrio, ¿cómo podemos trabajar juntos para ayudar a los demás, como hicieron el buen samaritano y el mesonero?

Lucas 10:38–42

Escogemos “la buena parte” al tomar decisiones diarias que conducen a la vida eterna

  • Después de leer juntos Lucas 10:38–42, tal vez podría preguntar a los miembros de la clase cómo habrían reaccionado al consejo del Salvador si hubieran estado en el lugar de Marta. ¿Cómo habría afectado esa experiencia a sus decisiones futuras? ¿Cómo podemos saber qué cosas de nuestra vida merecen más tiempo y atención? Los miembros podrían escudriñar el mensaje del presidente Dallin H. Oaks “Bueno, Mejor Excelente” (Liahona, noviembre de 2007, págs. 104–108) en busca de consejos que les sirvan.

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Recursos adicionales

Las deudas de la parábola de los dos deudores

Al comentar sobre las deudas de la parábola de los dos deudores, el élder Jeffrey R. Holland dijo:

“Hay diferencia de opiniones entre los eruditos en cuanto a los valores monetarios mencionados aquí —y perdonen la referencia de la moneda estadounidense—, pero para simplificar las matemáticas, si la deuda más pequeña de 100 denarios que no se perdonó fuera, digamos, cien dólares en el presente, entonces la deuda de 10 000 talentos que se perdonó gratuitamente podría ser aproximadamente de mil millones de dólares… ¡o más!

“Para una deuda personal, esa es una suma astronómica, totalmente fuera de nuestra comprensión. (¡Nadie puede ir de compras y comprar tanto!). Ahora bien, para el propósito de la parábola, se esperaba que fuera incomprensible, se esperaba que estuviera fuera de nuestra compresión, ¡sin mencionar nuestra capacidad de pagarla! Eso es debido a que este no es un relato sobre dos siervos que discuten en el Nuevo Testamento; es un relato sobre nosotros, la familia humana caída, todos los deudores, transgresores y prisioneros mortales. Todos somos deudores, y el veredicto era la prisión para todos; y hubiéramos permanecido allí de no ser por la gracia de nuestro Rey que nos liberó porque nos ama y tiene ‘compasión por nosotros’ [Doctrina y Convenios 121:4]” (véase “Sed, pues, vosotros perfectos… con el tiempo”, Liahona, noviembre de 2017, págs. 41–42).

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Siga el ejemplo del Salvador. Cuando lea los relatos del Nuevo Testamento acerca de cómo enseñaba el Salvador, busque en Su ejemplo lecciones que le ayuden a ser un mejor maestro. Por ejemplo, ¿qué hizo Jesús en Lucas 10:25–37 para enseñar al intérprete de la ley acerca de cómo se obtiene la vida eterna?