Lección 85: Doctrina y Convenios 76:1–19: “Los ojos de nuestro entendimiento […] fueron abiertos”
“Lección 85: Doctrina y Convenios 76:1–19: ‘Los ojos de nuestro entendimiento […] fueron abiertos’”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario, 2025
“Doctrina y Convenios 76:1–19”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario
“Los ojos de nuestro entendimiento […] fueron abiertos”
En enero de 1832, mientras trabajaban en la traducción inspirada de la Biblia, el profeta José Smith y Sidney Rigdon reflexionaron sobre el significado de Juan 5:29. Mientras meditaban, experimentaron una serie de visiones en las que el Señor les reveló importantes verdades sobre Su plan. Esta lección puede ayudar a los alumnos a aprender por el poder del Espíritu Santo al dedicar tiempo a meditar sobre las palabras del Salvador.
Algunas posibles actividades de aprendizaje
Buscar revelación personal
¿Cuáles son algunas de las circunstancias o situaciones que enfrentas, o podrías enfrentar, en las que te gustaría recibir la guía del Señor por medio del Espíritu Santo?
¿Por qué deseas la ayuda del Señor en estas cosas?
Hoy aprenderás acerca de una manera en que puedes invitar al Señor a hablarte por medio del Espíritu Santo. A medida que estudies, presta atención a las impresiones del Espíritu que podrían ayudarte con alguna de las situaciones o preguntas que hayas encontrado.
La visión
El 16 de febrero de 1832, José Smith, Sidney Rigdon y unos doce hombres más estaban en la habitación de arriba de la casa de John y Elsa Johnson en Hiram, Ohio. Mientras José y Sidney trabajaban en la traducción inspirada de la Biblia, estaban estudiando Juan 5:29, un pasaje de las Escrituras que describía el cielo, y ellos quisieron saber más. Mientras meditaban, tuvieron una visión que está registrada en Doctrina y Convenios 76. El Salvador les mostró a José y a Sidney una serie de visiones distintas que les enseñaron verdades importantes sobre el Plan de Salvación del Padre Celestial.
Doctrina y Convenios 76 comienza con el Señor compartiendo verdades importantes acerca de Sí mismo.
Lee Doctrina y Convenios 76:1–10 y busca palabras o frases que creas que muestran lo que Jesucristo desea que entendamos acerca de Él. Ten en cuenta que temer a Dios (versículo 5) significa adorarlo, amarlo y admirarlo.
¿Qué te ayudan a comprender mejor esos versículos en cuanto al Salvador?
¿Cómo puede influir en ti el saber estas cosas acerca del Salvador?
Meditar sobre las Escrituras conduce a la revelación
¿Qué acciones crees que llevaron a José y Sidney a experimentar lo que vivieron?
¿Qué verdad aprendiste de esos versículos acerca de la manera en que podemos prepararnos para recibir revelación por medio del Espíritu Santo?
El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, describió cómo podemos estudiar las Escrituras y meditar sobre ellas de una manera que nos conduzca a la revelación por medio del Espíritu Santo.
2:3
Cuando digo “estudiarlo”, me refiero a algo más que leerlo […]. A veces te imagino leyendo algunos versículos, deteniéndote a meditar en ellos, volviéndolos a leer con detenimiento y, al pensar en lo que significan, orando para recibir entendimiento, haciéndote preguntas en tu mente, esperando recibir impresiones espirituales y anotando las impresiones e ideas que recibas para recordarlas y aprender más. Al estudiar de este modo, tal vez no leas muchos capítulos o versículos en media hora, pero harás lugar en tu corazón a la palabra de Dios, y Él se dirigirá a ti (D. Todd Christofferson, “Cuando te hayas convertido”, Liahona, mayo de 2004, págs. 11–12).
¿Cuáles son algunos de los obstáculos que a veces pueden impedirnos meditar? ¿Qué puede ayudarnos a superar estos obstáculos?
Practica cómo estudiar y meditar con espíritu de oración
Dedica un tiempo a practicar cómo estudiar las Escrituras y meditar sobre ellas. Piensa en las circunstancias o situaciones que identificaste anteriormente en las que deseas la ayuda del Señor. Ora para pedir guía, medita sobre lo que lees y presta atención a las impresiones del Espíritu que pueden proporcionarte la orientación o la ayuda que necesitas. Anota tus pensamientos e impresiones en tu diario de estudio.
¿De qué manera estudiar las Escrituras y meditar sobre ellas te ayudaron a prepararte para recibir revelación por medio del Espíritu Santo?
¿Qué te enseñó esa experiencia acerca del Padre Celestial, Jesucristo y el Espíritu Santo?
¿Qué podrías hacer, o seguir haciendo, para recibir ayuda y revelación adicionales del Señor?