“Lección 114: Doctrina y Convenios 101:1–42: ‘No obstante sus pecados, mis entrañas están llenas de compasión’”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario , 2025
“Doctrina y Convenios 101:1–42”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario
Lección 114: Doctrina y Convenios 98–101
“No obstante sus pecados, mis entrañas están llenas de compasión”
Los santos de Misuri tenían dificultades para vivir con rectitud como el Señor lo había mandado. Por consiguiente, perdieron gran parte del poder y la protección del Señor y sus enemigos los expulsaron de sus hogares. A pesar de eso, el Señor les aseguró Su amor y compasión hacia ellos. El objetivo de esta lección es ayudar a los alumnos a sentir la compasión y la misericordia del Salvador para con ellos.
Algunas posibles actividades de aprendizaje
Podría mostrar la ilustración siguiente y preguntar a los alumnos cuáles serían las razones por las que la joven podría sentirse angustiada. Usted podría anotar las respuestas de los alumnos en la pizarra.
Después de darles suficiente tiempo, explique a los alumnos que las pruebas que experimentamos pueden deberse a diversas razones; entre ellas, nuestras decisiones, acontecimientos naturales de la vida o las malas decisiones de otras personas. Podría anotar esas tres categorías en otra parte de la pizarra y permitir que los alumnos clasifiquen las razones que mencionaron en cada categoría.
Quizás quiera consultar la declaración de la sección “Recursos adicionales” de la entrada “Adversidad ”, en Temas y preguntas, para obtener más información sobre esas tres razones para sufrir.
La respuesta del Señor al sufrimiento de los santos
Usted podría leer o resumir con sus propias palabras la información contextual siguiente.
En 1833, la oposición en Misuri se tornó violenta a medida que los populachos comenzaron a usar la fuerza para expulsar a los santos de Independence. Los santos no estaban seguros de si debían permanecer firmes o huir a medida que el clima se hacía más frío y aumentaban los conflictos. En ese momento, el profeta José Smith se hallaba en Kirtland, Ohio, pero recibía información sobre la condición de los santos. Sabía de su dolor y angustia y oró para pedir al Padre Celestial que fueran restablecidos en sus hogares en Misuri. Él recibió una revelación que ahora se conoce como Doctrina y Convenios 101 . (Para obtener más información sobre las pruebas de los santos, véase Santos , tomo I, El estandarte de la verdad , capítulo 17 ).
Lee Doctrina y Convenios 101:1–2 y busca por qué el Señor permitió que los santos sufrieran de la manera en que lo hicieron.
Ayude a los alumnos a comprender que, además de sufrir a causa de sus transgresiones, los santos sufrieron por las malas decisiones de otras personas (los populachos) y por acontecimientos naturales de la vida (el frío del invierno).
Para la actividad siguiente, podría agrupar a los alumnos de dos en dos. Podría invitarlos a leer los versículos, y que uno de ellos busque cosas que podrían haber sido difíciles de escuchar y el otro, cosas que podrían haber sido reconfortantes de escuchar.
Lee Doctrina y Convenios 101:3–9 y busca lo que habría sido reconfortante de escuchar y lo que habría sido difícil de escuchar.
¿Qué descubriste?
Según los versículos 3 y 9 , ¿cómo ve el Señor a los que han pecado?
Los alumnos podrían identificar verdades, como que, incluso cuando hemos pecado, el Señor nos extiende Su compasión y misericordia .
Ayúdelos a analizar cómo ese principio puede ayudarnos a acudir al Señor en nuestros días. Preguntas como las siguientes podrían ayudar.
¿Qué aprendes acerca del Señor, quien nos brinda Su compasión y misericordia cuando pecamos en lugar de ignorar nuestros pecados?
¿Por qué crees que Jesucristo es capaz de sentir compasión y misericordia en respuesta a nuestros pecados?
Motivados por el carácter de Cristo
Invite a los alumnos a meditar sobre la razón por la que necesitan personalmente la compasión y la misericordia del Salvador. Pídales que reflexionen sobre cómo podría ser bendecida su vida al recibir Su compasión y misericordia.
Dé a los alumnos oportunidades de analizar las verdades del Evangelio. La actividad siguiente anima a los alumnos a estudiar y luego analizar las verdades del Evangelio que están aprendiendo. Para obtener más capacitación sobre cómo hacerlo, véase la capacitación titulada “Anime a los alumnos a compartir las verdades que están aprendiendo ”, que se encuentra en Habilidades para el desarrollo del maestro . Considere la posibilidad de practicar la habilidad de invitar a los alumnos a compartir unos con otros lo que están aprendiendo.
Podría dividir a los alumnos en grupos de a dos e invitarlos a leer la declaración y el pasaje de las Escrituras que se encuentran a continuación. Luego podrían analizar juntos las preguntas.
Lee la declaración y el pasaje de las Escrituras siguientes, y busca alguna enseñanza acerca del carácter de Jesucristo que pueda ayudar a alguien que haya pecado.
El élder Ulisses Soares, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó lo siguiente:
13:12
A diferencia de ustedes y de mí, Cristo es capaz de ver claramente todas las facetas de una situación determinada. Aunque Él conoce todas nuestras debilidades, el Salvador no nos condena precipitadamente, sino que continúa trabajando con nosotros con compasión a lo largo del tiempo (Ulisses Soares, “La perdurable compasión del Salvador ”, Liahona , noviembre de 2021, pág. 15).
Hebreos 4:14–16
Usted podría relatar una experiencia personal de cómo ha sido bendecido por la compasión y la misericordia del Salvador. Además, invite a los alumnos que así lo deseen a relatar sus experiencias. Recuerde que ni usted ni los alumnos deben relatar experiencias que sean demasiado personales ni confesar pecados del pasado.
Quizás quiera compartir con los alumnos que los santos de Misuri esperaban edificar Sion en Independence, pero se vieron obligados a marcharse. Aunque es posible que los alumnos no se sientan identificados con la pérdida de Sion, quizás sientan que han perdido otra cosa valiosa o sagrada para ellos, como amigos u oportunidades de crecer espiritualmente. Invítelos a leer los versículos siguientes y a pensar en lo que enseñan acerca del Salvador.
Lee Doctrina y Convenios 101:16–19 y busca el consuelo y la perspectiva que ofrece el Señor.
¿Qué te ayudan a entender esos versículos acerca de la perspectiva del Salvador?
¿Qué enseñó el Señor sobre Sion que pueda relacionarse con nuestra vida actual?
Podría pedirle a los alumnos que reflexionen sobre sus propios desafíos y decisiones. Ellos podrían responder las preguntas siguientes en su diario de estudio.
¿Qué versículo de Doctrina y Convenios 101:1–19 deseas recordar?
¿Qué has sentido en cuanto a la compasión o la misericordia del Salvador que pueda ser una bendición para tu vida?
¿Qué paso podrías dar para actuar de acuerdo con lo que has sentido?
“La adversidad proviene de diversas fuentes. A veces las pruebas son la consecuencia de nuestro orgullo y desobediencia. Dichas pruebas pueden evitarse por medio de una vida recta. Otras pruebas son simplemente parte natural de la vida y pueden venir en momentos en los que estamos viviendo una vida recta. Por ejemplo, podríamos tener pruebas en tiempos de enfermedad o de incertidumbre, o ante la defunción de un ser querido. A veces, la adversidad se debe a las malas decisiones de los demás, o a sus palabras y acciones dañinas” (Temas y preguntas, “Adversidad ”, topics.ChurchofJesusChrist.org ).
El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó lo siguiente:
15:23
Por más tarde que piensen que hayan llegado, por más oportunidades que hayan perdido, por más errores que piensen que hayan cometido, sean cuales sean los talentos que piensen que no tengan, o por más distancia que piensen que hayan recorrido lejos del hogar, de la familia y de Dios, testifico que no han viajado más allá del alcance del amor divino. No es posible que se hundan tan profundamente que no los alcance el brillo de la infinita luz de la expiación de Cristo (Jeffrey R. Holland, “Los obreros de la viña ”, Liahona , mayo de 2012, pág. 33).
El élder C. Scott Grow, de los Setenta, dijo lo siguiente:
2:3
Jesucristo es el Gran Sanador de nuestras almas. Con excepción de los pecados de perdición, no existe pecado ni transgresión, ni dolor ni pena, que esté fuera del alcance del poder sanador de Su expiación.
Cuando pecamos, Satanás nos dice que estamos perdidos. En cambio, nuestro Redentor ofrece la redención a todos, sin importar lo que hayamos hecho mal, incluso a ustedes y a mí (C. Scott Grow, “El milagro de la Expiación ”, Liahona , mayo de 2011, pág. 109).
En una transmisión para los jóvenes, el élder Gerrit W. Gong, del Cuórum de los Doce Apóstoles, compartió el ejemplo siguiente de un joven que no se sentía digno del amor de Dios:
59:33
La disciplina divina tiene por lo menos tres propósitos: (1) persuadirnos al arrepentimiento, (2) purificarnos y santificarnos y (3) a veces reorientar nuestro rumbo en la vida hacia lo que Dios sabe que es un mejor camino (D. Todd Christofferson, “Yo reprendo y disciplino a todos los que amo ”, Liahona , mayo de 2011, pág. 98).
Antes de que los santos fueran expulsados del condado de Jackson, Misuri, recibieron varias advertencias de que sufrirían aflicciones si no se arrepentían. Por ejemplo, en enero de 1833, José Smith reprendió a William W. Phelps y a Sidney Gilbert por unas cartas que habían escrito que eran críticas y negativas. Orson Hyde y Hyrum Smith escribieron una carta a los líderes de la Iglesia en Misuri en la que les advertían sobre las “insinuaciones bajas, oscuras y ciegas” que se hicieron sobre el profeta José Smith. Debido a esas y otras transgresiones, Orson Hyde y Hyrum Smith advirtieron que los santos de Misuri afrontarían “un castigo y juicio” (The Joseph Smith Papers, Documents, Volume 2: July 1831–January 1833 , edición de Matthew C. Godfrey y otros, 2013, págs. 367, 373–374).
Si considera que una situación hipotética ayudaría a los alumnos a entender la verdad que identificaron en Doctrina y Convenios 101:3, 9 , podría utilizar una como la siguiente:
Grace es una mujer joven que lleva varios años sin participar en la Iglesia ni el Evangelio. Durante ese tiempo, ella ha tomado muchas decisiones que no se alinean con las enseñanzas del Salvador, y que la han alejado de la Iglesia y de los jóvenes de su edad de su barrio. Lo que ella piensa en cuanto a Jesucristo es que Él es un ser perfecto que no aprueba sus decisiones. Ella se siente más cómoda ignorando las ideas o las cuestiones religiosas en su vida, y cree que ha perdido oportunidades de aprender y desarrollarse como otros jóvenes de su edad después de haber estado ausente tanto tiempo.
¿Qué cosa que han aprendido o sentido hoy podría ser útil que Grace comprendiera?
¿Cómo puede influir en nuestra motivación para arrepentirnos el comprender la compasión y la misericordia de Jesucristo?
¿Qué testimonio o experiencia de su propia vida podrían compartir con Grace acerca de la compasión y la misericordia del Salvador?
Podría ser inspirador para los alumnos conocer las condiciones que reinarán durante el Milenio.
Quizás quiera explicar que, como parte de Su consuelo a los santos, el Señor compartió con ellos una perspectiva más amplia de Sion y del recogimiento y la bendición de los santos (véase Doctrina y Convenios 101:16–19 ). El Señor llevó esa perspectiva aún más lejos al enseñar a los santos acerca del Milenio que vendría después de la edificación de Sion y la Segunda Venida (véase Doctrina y Convenios 101:20–23 ).
Podría invitar a los alumnos a leer Doctrina y Convenios 101:27–35 y a buscar lo que el Señor reveló que ocurriría durante el Milenio. Podría preguntar a los alumnos qué aprendieron que les resulte emocionante. Podría invitarlos a hacer cualquier pregunta que tengan acerca de los versículos. Los alumnos podrían anotar en su ejemplar de las Escrituras que esos versículos se refieren al Milenio.
Luego podría invitar a los alumnos a leer Doctrina y Convenios 101:36–38 y compartir cómo esos versículos los ayudan a responder las preguntas siguientes:
A fin de ayudar a los alumnos a comprender mejor Doctrina y Convenios 101:39–41 (véase también Mateo 5:13 ), podría preguntarles para qué sirve la sal. Ayúdelos a comprender que la sal realza el sabor de los alimentos, los conserva y también tiene propiedades curativas. Invítelos a leer los versículos 39–40 y a buscar lo que el Salvador enseñó acerca de las personas y la sal.
Valore la posibilidad de compartir la declaración siguiente del élder Carlos E. Asay (1926–1999): “Un químico mundialmente famoso me dijo que la sal no pierde su sabor con el paso del tiempo, sino que lo pierde solo cuando se mezcla y contamina” (véase “La sal de la tierra ”, Liahona , julio de 1980, pág. 88). Podría hacer las preguntas siguientes:
¿Cómo pueden los hombres y las mujeres ser como la sal para todas las naciones de la tierra?
¿Cómo se podría comparar esa analogía con los santos de Misuri?
¿Cómo puede el pueblo del Señor conservar su sabor en la actualidad?
Lean Doctrina y Convenios 101:41–42 y busquen lo que el Salvador enseñó que debía suceder para que los santos comenzaran a recuperar su sabor. Dé a los alumnos la oportunidad de compartir y ayúdelos a entender que el Señor deseaba que Sus santos llegaran a ser purificados por medio de la disciplina y la humillación ante Él.