“Porque he aquí, esta vida es cuando el hombre debe prepararse para comparecer ante Dios; sí, el día de esta vida es el día en que el hombre debe ejecutar su obra”.
Meditar: ¿Por qué es el tiempo uno de los mayores dones que Dios nos ha dado?
“El regalo del tiempo” (¿No tiene el video? Lea la página siguiente .)
Analizar: ¿Qué aprendió de la hermana Benkosi?
Practicar: Los siguientes son cinco pasos que puede seguir diariamente para hacer un buen uso del tiempo. Lea cada uno de ellos. ¿Hizo estas cosas la hermana Benkosi?
❶
Haga una lista de tareas
Cada mañana, haga una lista de las tareas por hacer. Agregue nombres de personas a quienes pueda servir.
Ore pidiendo guía. Escuche. Comprométase a hacer lo mejor que pueda.
Enumere sus prioridades principales. Coloque un “1” junto a la tarea más importante, un “2”, junto a la siguiente, y así sucesivamente.
Preste atención al Espíritu. Fije metas. Trabaje con ahínco. Comience con la tarea más importante y siga la lista en orden de importancia.
Cada noche, dé un informe al Padre Celestial en oración. Haga preguntas. Escuche. Sienta Su amor. Arrepiéntase.
Empiece ahora mismo. Escriba en este manual o en otra hoja de papel. Realice el paso 1: Haga una lista de sus tareas para mañana. Estas deben ser tareas importantes en su trabajo, en sus estudios o para el servicio en la Iglesia o a su familia, no simplemente quehaceres cotidianos.
Realice los pasos 2 y 3.
Mañana, realice los pasos 4 y 5.
Comprométase: Comprométase a hacer las siguientes tareas durante la semana. Marque las casillas al completar cada tarea:
Practique estos pasos todos los días para utilizar su tiempo más sabiamente.
Enseñe este principio a su familia.
Continúe practicando el principio fundamental anterior.
“El tiempo es todo el capital que tenemos en la tierra. … Si lo emplean debidamente, les incrementará su tranquilidad, comodidad y satisfacción. Considerémoslo y dejemos de permanecer sentados con las manos cruzadas, malgastando el tiempo”.
Brigham Young, en Enseñanzas de los presidentes de la Iglesia: Brigham Young, pág. 144.
Cuando los miembros del grupo tengan preguntas, ayúdeles a encontrar las respuestas por sí mismos.
Si no le es posible ver el video, lea el siguiente guión asignando las partes.
KOFI: Hola, hermana Benkosi. ¿Cómo está?
HERMANA BENKOSI: ¿Estás bien, Kofi?
KOFI: Oh, hermana Benkosi. Estoy tan ocupado. Tengo que trabajar, prestar servicio, ayudar a mi familia… y además, el fútbol. ¡No tengo tiempo!
HERMANA B.: Kofi, tienes todo el tiempo del mundo.
KOFI: ¿Qué?
HERMANA B.: Mira hijo, Dios nos ha dado un gran regalo: nuestro tiempo. Debemos usarlo en las cosas más importantes.
KOFI: Pero, ¿cómo?, hermana Benkosi. Usted ha logrado tantas cosas. Le va bien con su familia y con su negocio. Ha servido y bendecido a muchas personas, entre ellas yo. No sé cómo lo hace.
HERMANA B.: ¿Realmente quieres saber? Si te sientas y escuchas, te diré mi secreto.
Cada mañana me levanto antes de que salga el sol. Me visto y me lavo la cara y las manos.
Leo las Escrituras. Luego hago una lista de lo que debo hacer ese día.
Pienso en alguien a quien puedo servir. Oro por saber la voluntad de Dios, y escucho.
A veces me vienen a la mente los nombres o los rostros de ciertas personas. Los agrego a mi lista.
KOFI: ¿Es por eso que siempre sabe quién necesita de su servicio?
HERMANA B.: Sí, Kofi. Oro para obtener fortaleza y sabiduría. Oro para que Dios “consagre [mis] acciones”. Así lo dice en 2 Nefi 32 .
Le doy las gracias. Le prometo hacer lo mejor que pueda. Le pido que Él haga lo que yo no puedo hacer.
Luego, miro mi lista. Escribo un “1” en lo más importante, luego un “2”.
KOFI: ¿Cómo determina las prioridades?
HERMANA B.: Cada vez que oro, ¡escucho! Después me pongo a trabajar. Miro el número 1 y trato de hacerlo primero, luego el 2.
A veces los planes cambian. El Espíritu Santo me indica que haga otra cosa. No hay problema.
Me esfuerzo mucho, pero siento paz. Sé que Dios me ayudará.
Así que, con mi lista y el Espíritu, hago las cosas más importantes, Kofi.
KOFI: Eso parece ser sencillo y a la vez difícil.
HERMANA B.: ¡Es verdad! Cuando me preparo para ir a dormir, ofrezco una oración. Le doy un informe al Padre Celestial. Le cuento cómo me fue durante el día. Le hago preguntas. Le pregunto en qué puedo mejorar. Escucho. A menudo siento Su amor. Yo sé que Él magnifica lo que trato de hacer. Entonces siento paz, Kofi, y me duermo.
KOFI: Qué lindo, mamá Benkosi. Yo quiero sentir esa paz. Quiero utilizar mi tiempo. Quiero trabajar y servir mejor.
HERMANA B.: Tendrás que dejar de lado cosas que no son importantes, Kofi. Dedicarás tu tiempo a hacer lo que sí es importante, y Dios estará contigo si eres sincero de corazón.
KOFI: Gracias.
HERMANA B.: Ahora ve, hijo. ¡Tienes mucho qué hacer!