Meditar: ¿Por qué es tan difícil, y tan importante, administrar el dinero?
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“¡Lo primero es lo primero!” (¿No tiene el video? Lea la página siguiente .)
Analizar: ¿Qué aprendió de estos niños? ¿Por qué debemos llevar un control de nuestro dinero? ¿Por qué debemos ahorrar?
Leer: Declaración de Preparad todo lo que fuere necesario; Doctrina y Convenios 104:78 (a la derecha)
“Paguen los diezmos y ofrendas… eviten las deudas… utilicen un presupuesto… determinen la manera de reducir lo que gasten en cosas que no sean esenciales… [y] disciplínense para vivir de acuerdo con su plan de presupuesto”.
Preparad todo lo que fuere necesario: La economía familiar (librito, 2007, pág. 3)
“Además, de cierto os digo en cuanto a vuestras deudas, he aquí, es mi voluntad que las paguéis todas”.
Practicar: Los siguientes son cuatro pasos que puede seguir para administrar su dinero y servir mejor a los demás. Lea los pasos. Hable en grupo acerca de la manera en que pueda hacer que esto se convierta en un hábito.
Demuestre a su empleador que trabaja con ahínco todos los días. Demuestre el valor de su trabajo. Sea honrado.
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Pague diezmos y ofrendas
Cada vez que reciba dinero, primero pague el diezmo. Entonces, Dios lo bendecirá.
Establezca un presupuesto. Mantenga un registro de lo que gana y lo que gasta. Evite las deudas. Gane más. Gaste menos de lo que gana.
Ahorre dinero todos los días para gozar de tranquilidad y libertad.
Comprométase: Comprométase a hacer las siguientes tareas durante la semana. Marque las casillas al completar cada tarea:
Practique administrar su dinero todos los días.
Enseñe este principio a su familia.
Continúe practicando los principios fundamentales anteriores.
“En la sociedad actual parece reinar cierto sentimiento de que se debe adquirir. … La carga de la deuda excesiva acaba con nuestro preciado albedrío para caer en una servidumbre autoimpuesta que nos obliga a dedicar todo nuestro tiempo, esfuerzos y medios al pago de las deudas. … Es esencial que entendamos la necesidad de tener un plan de gastos y de ahorro, un presupuesto, y que distingamos entre deseos y necesidades”.
Robert D. Hales, “Busquemos y alcancemos una posición espiritual elevada en la vida” (Devocional del Sistema Educativo de la Iglesia, marzo de 2009; págs. 6–7; speeches.byu.edu
Pídale a alguien que comparta cómo estos principios bendicen a su familia.
Si no le es posible ver el video, lea el siguiente guión asignando las partes.
SITUACIÓN: Un niño y una niña vestidos con ropa de adultos actúan como sus padres.
NIÑO: ¡Ya llegué, cariño!
NIÑA: ¡Bienvenido a casa! Oh, te ves cansado
NIÑO: Tú también. Trabajas mucho, ¿verdad?
NIÑA: Pues sí, pero hay que trabajar, ¿no?
NIÑO: Hoy gané 10.
NIÑA: Oh, qué bendición. Lo primero es lo primero. Vamos a pagar el diezmo.
NIÑO: Pero ¿y si no tenemos suficiente?
NIÑA: Ahí es donde tenemos que tener fe.
NIÑO: Bueno. Entonces, ¿qué viene después?
NIÑA: Vamos a comprar la comida, el pase para el autobús y pagar el alquiler. Después, sería lindo comprar una silla. …
NIÑO: Pero no podemos. ¿Ves? No tenemos suficiente dinero.
NIÑA: Bueno, podemos pedir prestado algo.
NIÑO: Dicen que la deuda es peligrosa. No queremos tener problemas.
NIÑA: Bueno. Tiene razón. Entonces, ¿qué hacemos con esto?
NIÑO: Lo ahorraremos. Nunca sabemos qué va a pasar.
NIÑA: Parece lo correcto, pero no queda nada para divertirnos.
NIÑO: Nos tenemos el uno al otro. Y voy a tratar de ganar más.
NIÑA: Yo trataré de gastar menos.
NIÑO: De esa manera podemos ser felices y autosuficientes.
NIÑA: Ajá. No fue tan difícil. ¿Por qué los adultos lo complican tanto?
NIÑO: Oh, ya sabes. Así son los adultos.