“¡Ay de vosotros… hipócritas!”

Mateo 21–23; Juan 12:1–8

• ¿Qué le llama la atención en cuanto al relato de Jesús montado humildemente y sin embargo entrando triunfalmente en Jerusalén? (Véase Mateo 21:1–11.) ¿Qué piensa usted que habría sentido si hubiera estado presente ese día?

• ¿Por qué piensa que son tan importantes los mandamientos registrados en Mateo 22:37–40? ¿Qué puede hacer para vivirlos más plenamente?

• El Salvador pronunciaba “ayes” sobre los escribas y los fariseos porque eran hipócritas. Los fariseos ponían mucha atención a las ordenanzas y a los hechos exteriores que les daban la apariencia de ser rectos, pero no les preocupaba realmente ser rectos en su corazón. (Mateo 23:13–33.) ¿Qué puede hacer para evitar la hipocresía?

Sugerencia para el análisis en familia

En una hoja de papel dibuje un árbol con hojas pero sin fruto. Al dorso de la hoja, dibuje un árbol con hojas y fruto. Muestre a los miembros de la familia el dibujo del árbol sin fruto y pida a uno de ellos que lea Mateo 21:17–20. Explique que cuando fingimos ser rectos pero no vivimos con rectitud, somos como el árbol frutal con muchas hojas pero sin fruto. Muéstreles el dibujo del árbol con fruto, e ínstelos a vivir rectamente, o sea, hacer más que simplemente dar la apariencia de rectitud.

Cadena de pasajes de las Escrituras: El verdadero cometido.

Mateo 22:37
Josué 24:15
1 Nefi 3:7
Omni 1:26
D. y C. 4:1–2
D. y C. 20:37